Alex, la víctima de la paliza de Amorebieta, ya está en planta

Este domingo se cumplieron cuatro semanas en coma y según ha podido saber EL CORREO, «no ha evolucionado» desde que se produjo la lesión. Sigue estable, pero en coma. En el TAC realizado este viernes se siguen observando las mismas lesiones que tenía anteriormente. Todo el hemisferio izquierdo «tiene una gran afectación, probablemente sin posibilidad de una recuperación».

El chaval no muestra una evolución positiva. Ha pasado un mes y sigue en la misma situación. «Hay más posibilidades de que no recupere la consciencia que de que despierte», ha informado un allegado de la familia tras hablar con los servicios médicos del hospital. Es decir, que puede que no despierte.

Cuando Alex llegó a Cruces lo hizo en una situación muy delicada, con el cerebro gravemente dañado. Los servicios médicos del hospital hacen todo lo posible para revertir ese estado, pero el tiempo corre en contra del joven. En un nuevo TAC no se ha observado una evolución positiva, por lo que, posiblemente, el lunes trasladarán al chico a planta. Allí no tendrá una monitorización continua. Le administrarán alimentos por una sonda a través de la nariz, le cambiarán de postura y le limpiarán.

A Alex le han tratado de cambiar de postura, pero el chico responde poniéndose rígido y le sube mucho la tensión. Estas descargas se producen cuando hay graves lesiones en el cerebro, como en el caso del joven de Lemoa.

Los padres de Alex siguen teniendo la esperanza de que despierte. Solo les toca esperar. Desgraciadamente, su hijo no mejora y es ahora mismo una persona totalmente dependiente. Según ha informado la familia, el joven podría estar unos días en planta y después ser trasladado a un hospital de larga estancia, posiblemente al Hospital de Gorliz, donde se atiende a pacientes que requieren cuidados prolongados.

El joven ingresó en el hospital de Cruces tras recibir una brutal paliza presuntamente por varios integrantes de 'Los Hermanos Koala' (LKH), una banda juvenil que empezó su actividad delictiva amenazando y robando a chavales de colegios e institutos de Barakaldo. 14 de los 15 detenidos se pueden enfrentar a más de 20 años de prisión.