La estampa es la misma cada fin de semana. Grupos de jóvenes reunidos en parques, recintos festivos o en pleno centro de la ciudad en torno a un buen número de bebidas alcohólicas a edades cada vez más tempranas. El botellón es un fenómeno 'normalizado' ... a pesar de sus innumerables peligros para la salud, una realidad a la que ahora los expertos han decidido hacer frente de otra manera. La Asociación para la Promoción de la Salud Mental (APS) de Bizkaia, que preside el psiquiatra infantojuvenil Luis Mendívil, estrenará la campaña 'No pases de largo. Historias del botellón', con la colaboración del Ayuntamiento de Urduliz. Por primera vez, los especialistas informarán a los padres sobre los riesgos que entraña esta práctica - a las 19.00 horas de hoy en la Casa de Cultura de este municipio- y un equipo de educadores, psicólogos y psiquiatras se desplazará la noche del sábado al meollo de la fiesta para brindar «apoyo emocional» y prevenir los efectos del alcohol y las drogas.
- ¿Por qué surge esta iniciativa?
- Es una realidad que cada vez más jóvenes y adolescentes practican el botellón, y hay que enfocarla de otra manera. El alcohol está socialmente aceptado y eso es un problema muy grave. Los índices de alcoholismo en la población son muy altos, los accidentes de tráfico son una de las primeras causas de muerte entre los jóvenes y muchos tienen que ver con las drogas. Como en el caso de las agresiones, los abusos sexuales... Casi siempre detrás de todo eso está el consumo de sustancias.
«Debemos proponer nuevas formas de ocio. Corresponsabilizar del problema a toda la sociedad»
-¿Cómo se trabaja?
- Hay una labor de concienciación social y otra de trabajo 'in situ' que se llevará a cabo durante las fiestas. Además de la charla, en la que los que participen pueden contar sus vivencias, lo innovador será ese 'botiquín de primeros auxilios psicológicos' en el recinto festivo, con una decena de especialistas -la mayoría jóvenes- que estarán a disposición de todo el mundo para prestarles apoyo emocional y brindarles herramientas frente al desamparo o la vulnerabilidad para reducir los casos de intoxicación.
- Se trata de pasar consulta en la txosna.
- Eso es, y es algo distinto a lo que se está haciendo hasta ahora. Para afrontar o acabar con el botellón se manda más policía o se trata de alejar la problemática. Nosotros queremos llamar la atención sobre lo que está ocurriendo, corresponsabilizar a los adultos y que los propios adolescentes sean conscientes de la situación. Creo que sólo el hecho de que estemos ahí ya va a influir, aunque no intervengamos, simplemente porque vamos a prestar ayuda si la necesitan, no sólo al intoxicado, también a los amigos o al padre que no sabe cómo afrontar el problema.
- ¿Cuál es la clave?
- Hay que concienciar tanto al adulto como al adolescente, pero es importante proponer una nueva forma de consumo y de ocio. Romper ese círculo vicioso en el que se han metido los jóvenes, a los que les parece que lo único que pueden hacer es beber... Y que los adultos no pasen de largo.
El 'binge drinking'
- ¿Qué es lo más preocupante?
- Se ha llegado a un punto en el que el consumo de alcohol se ha normalizado, sobre todo entre los jóvenes, a los que se suman ahora los adolescentes y preadolescentes. La media de comienzo de consumo en los hombres está en 15 años, y en las mujeres en 17. Y no es que consuman más que antes, sino que lo hacen de golpe, todo a la vez el sábado o en un el fin de semana. Es el llamado 'binge drinking', que busca únicamente el etilismo.
- ¿Forma parte de una evolución?
- Sí. El consumo rápido en forma de atracón es algo relativamente nuevo, aunque el botellón viene de lejos. Pero evoluciona porque se generaliza, antes estaba más recluido (por ejemplo, en un parking) y se abre cada vez a más gente: es algo que no entiende de clases sociales.
- ¿Se ha convertido el alcohol en un nuevo tipo de ocio?
- Ese es el problema. Parte de la juventud toma el consumo como ocio, sin pensar en otras alternativas. Parece que es lo único que les motiva si quieren divertirse. El alcohol no puede convertirse en el eje principal de la fiesta. Que eso se perpetúe es muy grave.
- ¿Y eso, cómo se soluciona?
- Creando conciencia social sobre la importancia del desarrollo integral de la persona. Ya se han hecho muchas campañas informativas, los jóvenes conocen los riesgos, los efectos... Ahora se trata de estar con ellos.
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