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Diana Martínez y Octavio Igea
Abanto
Jueves, 6 de junio 2024, 15:07
Si hay una cuestión que está consiguiendo unir a los ayuntamientos de Las Encartaciones y la Zona Minera durante los últimos años, ese es su frontal rechazo a la sucesión de proyectos de energías renovables que se están planteando en ambas zonas. Igual que anteriormente ... ha ocurrido con los molinos de viento, seis alcaldes del PNV escenificaron este jueves una entente municipal contra el plan que ha puesto sobre la mesa la empresa Solaria para desarrollar una línea de alta tensión que cruzaría Bizkaia para descargar en el Puerto la energía generada por tres plantas solares en Álava.
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Como la imagen importa tanto o más que el mensaje, los regidores de Güeñes (Juan Andrés Iragorri), Gordexola (Angela Egia), Ortuella (Saulo Nebreda), Zierbena (Eugenio Mendikote), Abanto (Iñaki Urrutia) y Galdames (Rakel Larruskain) se juntaron delante de la mina Concha II de Gallarta, icono de una actividad pasada «que ya dejó cicatrices difíciles de olvidar». Allí pidieron a la promotora y a las instituciones implicadas que se «replanteen» el dibujo de la línea de alta tensión porque el actual diseño deja huella y «preocupación» en sus municipios sin generar «ninguna contraprestación para los pueblos afectados, ni para las personas que en ellos vivimos».
El proyecto se encuentra aún en una fase incipiente, dando los primeros pasos del proceso administrativo en el que debe resolverse si la promotora obtiene los permisos necesarios para seguir adelante. Hace apenas unas semanas que se sabe que Solaria ha solicitado licencia al Gobierno vasco para crear tres huertos con 310.000 paneles solares en las localidades alavesas de Zigoitia, Ribera Baja e Iruña de Oca cuya energía sería descargada a la red en una subestación que se construiría en Zierbena.
Este planteamiento obligaría a levantar una línea de alta tensión (220 y 400 kv) muy extensa. El trazado tendría exactamente 101 kilómetros de longitud de los que una cuarta parte discurren por Bizkaia. El tendido entraría en el territorio desde Álava por Gordexola y afectaría a otros siete municipios: Orduña, Güeñes, Barakaldo, Galdames, Trapagaran, Abanto y el propio Zierbena antes de alcanzar las instalaciones del Puerto de Bilbao.
Los huertos generarían una energía equivalente a la que se necesita para abastecer de energía a 80.000 hogares. Un impulso muy importante a los planes vascos para la transición energética que tanto retraso acumulan. Se trabaja contrarreloj porque el Gobierno autonómico se autoimpuso hace años el objetivo de que el 21% del consumo eléctrico provenga de fuentes limpias para 2030. Actualmente ronda el 10%.
El problema que presenta la idea de Solaria, cuyo presupuesto ronda los 150 millones, es que la línea de alta tensión obliga a construir medio centenar de torretas de unos 90 metros de altura en territorio vizcaíno que rechazan los alcaldes concentrados ayer. «Estamos de acuerdo en la necesidad de la transición energética, pero no a cualquier precio», dijo el de Ortuella. En su municipio, por ejemplo, se ejecutarían tres pilotes cerca del biotopo de Peñas Negras, y en el barrio de La Cuadra de Güeñes irían otras once. «La zona quedaría arrasada si sumamos esas estructuras a las que ya existen», lamentó la regidora.
Lo que parece evidente es que el PNV ha decidido poner el foco en este proyecto durante las últimas 48 horas. Si ayer se pronunciaron los alcaldes, la víspera lo había hecho el diputado general de Álava. Ramiro González auguró que Solaria va a tener «un camino muy difícil por delante y probablemente no prosperará, al menos si mantiene su idea tal y como ha sido planteada». Aludió, además, a las competencias que su Gobierno tiene en materia medioambiental y urbanística para cuestionar el plan. Además de las alegaciones que preparan los ayuntamientos nacionalistas, también los representantes de EH Bildu en las zonas afectadas han registrado las suyas. «Afectará negativamente a nuestra calidad de vida», considera el portavoz soberanista en Abanto, Sergio Monedero.
Además de las alegaciones, tanto la Diputación alavesa como la de Bizkaia deben remitir sendos informes a Lakua analizando el impacto que los huertos y la línea de alta tensión tendrán en sus territorios, pero la decisión última es del Gobierno vasco. Desde 2021 la Ley de Administración Ambiental le faculta para imponer la construcción de molinos de viento o paneles solares y sus líneas de evacuación contra el criterio foral y municipal en base al «interés público superior».
Vista la contundente postura expresada en Álava, ayer fue cuestionada por el asunto la diputada vizcaína de Medio Natural y Agricultura. Arantxa Atutxa llamó a «reflexionar» sobre un proyecto que «imagina» que «atravesará zonas protegidas», pero fue más cauta. Aseguró que el informe técnico que debe remitir su equipo a Vitoria aún no está terminado y que por lo tanto «no se pueden sacar conclusiones». Sí que mostró, sin embargo, sus dudas sobre lo oportuno de ejecutar un tendido eléctrico de más de 100 kilómetros. «Si la energía que se obtiene no puede ser evacuada (a la red convencional) lo más cerca posible, el plan pierde un poco su sentido».
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