El albergue de Berriz se prepara para recibir a las primeras familias ucranianas

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, concretó ayer que más de 2.000 familias vascas han mostrado su disposición de ayudar a los refugiados en sus domicilios. Para solicitarlo, basta escribir un mail a la dirección errefuxiatuak@euskadi.eus. Así arranca un proceso de acogida que está liderando el Gobierno vasco, en colaboración con Cear Euskadi, que ahora se llama Zehar-Errefuxiatuekin. Las tres diputaciones y los principales consistorios están rastreando espacios con plazas disponibles para hacer frente al que puede convertirse en uno de los mayores éxodos en el Viejo Continente.

La duda principal, y la que condiciona cada paso, es la cantidad. Cuántos serán. Fuentes del área de Artolazabal admiten que las 150 plazas anunciadas la semana pasada en Irún son de urgencia, un primer espacio desde donde se derivará a los refugiados según sus necesidades: varones, mujeres solas, familias enteras, personas enfermas o con discapacidad. Hay 3.500 personas de origen ucraniano afincadas en Euskadi y eso provocará cierto efecto llamada. Los ciudadanos de ese país dispondrán de la ciudadanía europea durante un año, una medida inédita en la UE que les otorga libertad de movimientos. Quienes se ven obligados a migrar suelen ir allá donde tienen personas cercanas o conocidos que les pueden guiar en los primeros días. Varias fuentes dan por hecho que llegarán miles de desplazados pero todo el mundo evita concretar una cifra.

«Estamos ultimando un plan de contingencia que contemple diferentes escenarios, en colaboración con Lehendakaritza, Acción Exterior, Salud y Educación», explicó ayer la consejera Artolazabal. El director de Migración y Asilo del Gobierno vasco, Xabier Legarreta y Arantza Chacón, directora de Zehar-Errefuxiatuekin, harán mañana una visita al refugio de Oñati e intercambiarán impresiones con los refugiados.