El aeropuerto de Loiu opera este jueves 160 vuelos para tratar de sacar a los afectados por la borrasca 'Kirk'

En la mañana de este jueves, el aeropuerto opera a pleno pulmón para intentar regresar cuanto antes a la normalidad. El objetivo de las aerolíneas es sacar a la totalidad de la gente que ayer se quedó tirada, recolocándoles en otros vuelos. Se han programado 160 operaciones (otros jueves hay en la parrilla sobre 145). La normalidad es por ahora la nota dominante. No hay ningún despegue ni aterrizaje cancelado ni desviado. Y el índice de puntualidad es muy bueno. Hay un retraso medio de 9 minutos. Casi todos los aparatos están cumpliendo su plan de vuelo al milímetro. Sólo ha habido tres aviones que han acumulado demoras de más de una hora. Se trata de una conexión con Barcelona (1 hora y 40 minutos de retraso), París (1 hora y 22 minutos) y Gran Canaria (1 hora y 13 minutos).

Y en la terminal hay todavía personas afectadas por las cancelaciones del viento de ayer. Es el caso de Aner Fernández. Este vecino de Eibar tenía un salto pagado para ir a Barcelona con el objetivo de reunirse con un amigo que se casa este fin de semana. «Cuando venía a Loiu por la autopista ya veía que la cosa se estaba poniendo seria, así que llamé por teléfono y tuve la suerte de que me recolocaron en un vuelo que sale a mediodía y me va a dar tiempo para llegar para la cena de despedida de mi colega. Así que pegué media vuelta y me ahorré, al menos, el caos del aeropuerto.», explicaba mientras ordenaba su mochila de equipaje de mano.

Ayer, las aerolíneas ofrecieron salir de Bilbao por carretera, en autobús. Principalmente hacia Barcelona y Madrid, donde algunos pasajeros (los que aceptaron esta solución) pudieron embarcar hacia sus destinos. En otros casos, las compañías se prestaron a ubicar a los damnificados en vuelos para hoy, incluso para el fin de semana. Un buen numero de clientes denunciaron la falta de atención e información. «Nos han dejado tirados», repetían muchas de las personas que estaban en la larga cola que se formó y que ocupaba toda la terminal, de extremo a extremo.

Muchos de los pasajeros, sobre todo los que volaban por trabajo, optaron por la devolución del billete y la anulación del viaje. En estos casos, al ser una cuestión de fuerza mayor, la ley no da derecho a una indemnización automática, pero sí que obliga a las compañías a correr con los gastos de manutención y alojamiento hasta que el problema se resuelva. «No me merece la pena ir en bus a Barcelona porque no llego al evento que mi empresa había preparado en Roma», comentaba Lucrecia González, una ingeniera asturiana. Otros se escapaban unos días de vacaciones y dudaban si cancelar o no «porque para un viaje tan corto ya no compensa».

Las aerolíneas están haciendo hoy un esfuerzo para intentar traer a Loiu los aviones más grandes posibles. De esta forma se garantizan poder embarcar a un mayor número de pasajeros. Por ejemplo, se está viendo mucho 'Airbus 321', que tiene 220 asientos frente a los 186 del 'Airbus 320', que es el aparato más habitual en Loiu.

Los taxistas, por su parte, celebran volver hoy a la normalidad. Ayer también fue un día horroroso para ellos. A las dos de la tarde apenas había aterrizado una decena de aviones. «Una sola carrera hice desde las ocho de la mañana, hasta la hora de comer... Una ruina», comentaba uno de los profesionales.