El aeropuerto de Loiu mejorará en otoño un 25% la eficacia de sus filtros de seguridad

Hay que tener en cuenta que los filtros de seguridad son un aspecto fundamental en la dinámica de un aeropuerto. Es preciso que sean rigurosos, pero, al mismo tiempo, fluidos. De lo contrario se pueden formar colas, lo que siempre deriva en nervios por parte de los viajeros que tienen que abordar vuelos con salida inminente y malestar en el resto de usuarios, que aunque acuden con más margen de tiempo tampoco les gusta esperar.

En Loiu hay ahora mismo cuatro líneas dobles, con arcos detectores, escáneres, analizadores de líquidos y máquinas que son capaces de detectar metales en los zapatos. Por este control pasan a diario una media de 17.000 personas. La idea ahora es añadir una quinta línea para optimizar su funcionamiento. Sobre todo, teniendo en cuenta que 'La Paloma' ha experimentado en los últimos tiempos un importante incremento de usuarios. Nunca antes ha habido tanto tráfico aéreo en Bilbao. Una tendencia que se espera que siga manteniéndose en este 2024.

Por este motivo, un refuerzo de los filtros se ha considerado como una iniciativa de coste moderado pero que, sin embargo, tendría un impacto notable en la mejora de la calidad de las instalaciones y de su percepción por parte de la clientela. De hecho, hay algunas quejas, en momentos puntuales, con respecto a las colas que se forman en los filtros. Sobre todo, a primera hora de la mañana, cuando media docena de vuelos parten en un corto periodo de tiempo.

Una de las circunstancias que se dan tiene que ver con que una de las actuales líneas de filtros está muy esquinada y sucede, a veces, que los pasajeros se agolpan en las líneas de paso de la izquierda porque no son conscientes de que las de la derecha están libres o poco concurridas.

El proyecto que ahora se va a ejecutar prevé ampliar en 70 metros cuadrados el espacio destinado a los controles de seguridad. Se derribarán tabiques y se abrirá en la parte derecha de la terminal un nuevo espacio para colocar esta quinta línea de paso. El concurso público ya está lanzado. Solo la parte de albañilería del plan costará 250.000 euros. A esto habrá que sumar la inversión en equipos, lo que podría elevar la factura final a cerca de 500.000 euros. El contrato se adjudicará de forma inminente y tiene un plazo de ejecución de cuatro meses.