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Sergio llamas, Marta Fdez. Vallejo y lorena gil
Sábado, 22 de octubre 2022
El incendio forestal desatado este pasado domingo en Balmaseda es ya el de mayores dimensiones registrado en Bizkaia en los últimos 30 años. Así lo ... confirma a este periódico el jefe del servicio de Montes de la Diputación, Carlos Uriagereka, quien tiene que echar la vista atrás hasta 1989 para encontrarse con un fuego de similar envergadura y exigencia para los equipos de extinción. Las llamas han devorado ya más de 500 hectáreas, cuando los siniestros de Berango, Carranza y Muskiz, los últimos reseñables contabilizados en Bizkaia en los últimos años, calcinaron unas 200 hectáreas cada uno. «Comparado con los grandes episodios en España, este de Balmaseda no llega de largo a esas magnitudes, pero sí ha sido un incendio que nos ha obligado a utilizar todos nuestros recursos», ha explicado a EL CORREO en el puesto de mando instalado en el campo de fútbol de la localidad encartada.
Uriagereka ha puesto en valor el trabajo desarrollado hasta ahora por los servicios de emergencias, que ha podido controlar el fuego en un plazo de 24 horas, a pesar de las difíciles condiciones meteorológicas, con vientos que han alcanzado los 120 kilómetros por hora en zonas expuestas. «Eso nos indica que se han hecho las cosas bien», ha planteado.
No obstante, el técnico de la Diputación, máximo responsable del operativo sobre el terreno, ha confesado que durante el domingo vivieron escenas especialmente complicadas, sobre todo en los primeros momentos del fuego. «Tuvimos momentos complicados porque en las primeras fases se generaban unos remolinos y unas actuaciones que eran muy peligrosas, y que nos hacían tener que reposicionar los retenes adecuadamente para evitar percances», ha detallado. «Ha sido un fuego que se ha movido con motor de viento de componente suroeste, bastante errático. Un viento que soplaba a ráfagas inconexas y que generaba una mayor combustión, en un entorno con una sequedad importante, generando una inestabilidad complicada», ha remarcado.
Uriagereka ha detallado que en suelo vizcaíno la lucha contra el fuego prosigue en el área de La Herrera, en Zalla. Allí trabajan los efectivos, aunque «no reviste mayor dificultad». La previsión es que el viento amaine por la tarde, lo que facilitará la extinción total de las llamas. Al menos en el territorio histórico de Bizkaia. En Burgos, donde los equipos terrestres de la Diputación foral también han colaborado en las labores de extinción, «están controlando la situación» y no han requerido más equipos. «Tienen bastantes medios aéreos y están haciendo descargas en la zona», ha detallado, al tiempo que ha desvelado que los hidroaviones también trabajan sobre la zona de La Herrera.
El responsable del servicio de Montes ha incidido en que la prioridad de los bomberos ha sido proteger las viviendas y garantizar la seguridad de todos los vecinos. En el caso de La Herrera, donde algunos residentes han lamentado los reiterados episodios de fuegos que soportan, ha detallado que habrá que analizar la concurrencia de estos incendios, y cuál puede ser su causa, pero no ha aventurado ninguna hipótesis sobre la situación actual.
Horas antes, el vicelehendakari y consejero de Seguridad del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ya había adelantado que, a pesar de las ráfagas de viento que han vuelto a dejarse sentir con la luz del día, «el perímetro no va a extenderse más».
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Los bomberos han combatido a lo largo de la mañana las llamas en la zona suroeste de Balmaseda, en el límite con Burgos, y algunos focos en el entorno de Malabrigo, por encima del barrio de La Herrera y cerca del antiguo parque de bomberos en Nocedal (Zalla). «En la zona burgalesa parece que el incendio está más vivo que aquí», ha reconocido el consejero de Seguridad, mientras algunos restos de cenizas siguen precipitándose sobre Balmaseda, marcada por un fuerte olor a quemado. Erkoreka ha declarado que hay dos viviendas afectadas. «Una estaba habitada y la otra, no. La primera de ellas no está en condiciones de habitabilidad, por lo que han perdido su residencia», ha explicado. Uno de los edificios se encontraba en la zona de Arbiz y el otro está en el límite con Castilla y León.
Aunque frentes del incendio #Balmaseda esten controlados o estabilizados, los servicios de emergencias continúan trabajando
Bomberos Bizkaia (@BomberosBizkaia) October 24, 2022
La extinción llevará tiempo
Imágenes de esta noche #Bomberos pic.twitter.com/q7sns2dqrk
El director general de Gestión de Emergencias y Protección Civil de Bizkaia, Pedro Izaga, ha querido poner en valor esta mañana la labor desempeñada por los bomberos en los diferentes puntos de incendio que, según las primeras estimaciones, habría arrasado «mucho más de 500 hectáreas». «Por encima de esta cifra se considera un gran incendio forestal», ha apuntado.
Sobre las posibles causas del incendio, el responsable foral ha considerado aún «temerario» decir que pueda haber sido provocado. «Que haya diferentes focos no tiene por qué deberse a la mano de una persona, sino que también puede deberse al fuerte viento», ha explicado. Se determinará el origen a lo largo de esta semana, una vez se declare extinguido por completo. A este respecto, Erkoreka ha asegurado «la Ertzaintza está recogiendo todos los datos e indicios a este respecto, en relación a las razones que hayan provocado los diferentes incendios y focos». «Conforme avance la investigación se irá dando la información», ha prometido el consejero de Seguridad.
Un centenar de personas del servicio de emergencias han trabajado a destajo en los focos del incendio. En la actualidad, permanecen la mitad. Pedro Izaga ha afirmado que el dispositivo ha sido «el adecuado» y ha destacado la «inmediatez» con la que se ha actuado. Bomberos de Bilbao han trabajado en la zona, mientras que los compañeros de Álava, que también han acudido de refuerzo, ya se han retirado. Cruz Roja ha movilizado a medio centenar de voluntarios, que se encargan del avituallamiento. Se han repartido 600 bocadillos, 50 kilos de fruta (plátanos y manzanas) y 2.500 litros de líquidos (agua y Aquarius), además de café.
La UME no ha sido necesaria, ha puntualizado. «Tampoco se espera, ya que no se ha pedido». Finalmente un hidroavión ha sobrevolado la zona del incendio situada entre Bizkaia y Burgos. Izaga ha señalado que con la información actual, de momento el uso de estos medios aéreos no es necesario en suelo vizcaíno, «lo cual no quiere decir que si las condiciones cambian y el viento empeora pediremos los medios necesarios». En todo caso, el responsable de emergencias y protección civil ha señalado que, salvo en lugares de difícil acceso y de forma anecdótica, el perímetro no seguirá avanzando y se irán retirando efectivos a medida que dejen de ser necesarios. «Si en Castilla y León sigue y necesita ayuda, ayudaremos en todo lo que podamos», ha añadido.
Izaga ha querido trasladar un mensaje de «tranquilidad» a los vecinos. «El humo es aparatoso y las llamas, más. Pero no esperamos un viento como el de ayer. A mediodía esperamos que pare y eso nos permitirá controlar el incendio del todo. No tardaremos mucho», ha declarado. La previsión metereológica para el resto de la semana, sobre todo para el miércoles y el jueves, es de viento y calor, lo que mantiene el nivel de alerta por incendios.
La de este domingo estaba llamada a ser una jornada de diversión y alegría en Balmaseda, que iba a recuperar su popular concurso de putxeras tres años después. Pero en cuestión de minutos el día se transformó en un infierno de fuego. Un incendio, alimentado por el fuerte viento que azotó toda Bizkaia y por la sequía, puso en jaque a los equipos de emergencias, que tuvieron que emplearse a fondo para evitar que las llamas afectaran al núcleo urbano. Un centenar de efectivos, entre bomberos, profesionales del servicio foral de Montes y Protección Civil, combaten al menos tres focos fuera de control que en las horas previas ya habían calcinado varias casas situadas en zonas rurales y habían obligado a sacar de sus domicilios a un centenar de vecinos de la localidad encartada. Según fuentes oficiales, la mayoría regresó a sus domicilios y sólo 17 residentes tuvieron que ser realojados.
Las llamas se desataron antes de las diez de la mañana. A esa hora el centro de Balmaseda bullía en preparativos para la gran fiesta. Pero de repente el cielo comenzó a oscurecerse por una densa humareda procedente del monte Arbalitza, en las afueras de la localidad. El olor a quemado era muy intenso y el viento azotaba con extrema virulencia. El alcalde, Aitor Larrinaga, ordenó suspender todos los actos. Muchos vecinos se dirigieron por El Cristo hacia la zona de La Calzada, cuyo acceso se precintó de inmediato a la altura de la curva de las piscinas, donde se encuentran las viviendas alcanzadas por las llamas.
«No sabemos cómo, pero el fuego ha llegado en un abrir y cerrar de ojos», confesaba uno de los residentes desalojados. Por fortuna, un vecino era bombero y se encargó de «organizarlo todo» durante los primeros instantes de confusión. Al poco tiempo comenzaron a llegar camiones del servicio foral de extinción, que consiguieron dominar ese foco, que para entonces ya había devorado un coche y afectado a varias viviendas.
Con el paso de las horas las llamas se expandieron alrededor de Balmaseda y llegaron a saltar a la localidad de Gordexola y al término municipal de Artziniega, ya en Álava, e incluso obligaron a evacuar el pueblo de Bortero, en el Valle de Mena (Burgos). El humo pudo verse en ambas márgenes de la ría. El Gobierno vasco elevó a fase 1 su 'Plan Especial de Emergencias por Riesgo de Incendios Forestales', mientras que la Junta de Castilla y León declaró el nivel 2 de peligrosidad y movilizó a la Unidad Militar de Emergencia (UME).
A lo largo de la tarde la gravedad de la situación llegó a tal nivel que fue necesario cortar al tráfico, a la altura de La Herrera, el corredor del Cadagua, principal vía de comunicación de la comarca. Los vehículos fueron desviados por vías alternativas, lo que generó a sus vez retenciones en la operación retorno del fin de semana desde municipios burgaleses.
Los responsables del operativo antiincendios esperaban que la llegada de la noche ayudara a reducir el riesgo y la velocidad del fuego. La caída de las temperaturas, el aumento de la humedad en el ambiente y la bajada de la fuerza del viento jugaban en favor de los bomberos, que confiaban en que a lo largo de la mañana de hoy pudieran dar por controlado y extinguido el fuego. Posteriormente llegará el momento de analizar las causas y circunstancias que desataron las llamas.
«Estamos trabajando con todo lo disponible. Nuestra prioridad para las próximas horas es proteger las zonas habitadas y que no haya más daños», aseguró a EiTB el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, que a media tarde se desplazó hasta Balmaseda. Los equipos de extinción, llegados desde cinco parques de bomberos de toda Bizkaia, contaban con casi una veintena de vehículos cisterna, algunos cedidos por el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Álava, que también desplazaron a diferente personal.
Las autoridades de Bizkaia y el Gobierno vasco montaron a mediodía un centro de mando avanzado en el campo de fútbol de la localidad. Las labores de extinción quedaron bajo el mando de Carlos Uriagereka, jefe del servicio foral de Montes, y de Pedro Izaga, director foral de Emergencias y Protección Civil.
Balmaseda olía a primera hora de la mañana del domingo a alubias. Hacía viento, pero las diferentes cuadrillas que preparaban sus putxeras no le daban demasiado importancia. Se sucedieron escenas graciosas, como cuando comenzaron a volar las tapas de varias ollas. Pero los gestos comenzaron a torcerse cuando las rachas fueron a más.
El escenario instalado en plaza casi salió volando por los aires de forma alarmante y las tejas, como comprobó Juan Carlos Angulo en la calle Pío Bermejillo, comenzaron a caer sobre las aceras. Para entonces el humo del incendio ya era más que patente. La Policía Local recibía numerosos avisos sobre rotura de ventanas, tendales, antenas, árboles...
Las mesas y sillas de la terraza del bar Neru volaban como si fueran plumas.La situación era ya casi caótica, como de película de ciencia-ficción. «La seguridad de la gente es lo primero, se suspende todo y vamos a precintar la plaza. Lo prudente es que la gente se vaya a casa», zanjó el alcalde, Aitor Larrinaga.
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