
El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, trabaja desde los despachos y a pie de calle. Hace cosa de diez minutos, simbolizando su apoyo al comercio, «uno de los puntales económicos de la ciudad», acaba de comprarse una camisa en la sastrería Derby Gardeazabal. «No puedes visitar todas las tiendas, pero ya de paso pues hago una pequeña compra», ha dicho. Ha optado por una de rayas. Y se ha decidido pronto. No ha tardado ni cinco minutos. Una de la talla 44 y «de vestir». Un modelo primaveral para lucir con gemelos y doble puño.
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Tenía muy claro lo que quería tras una breve charla con la dependienta: «Una muy de Bilbao. Blanca, azul o alguna rosita como voy hoy», ha sugerido. Ni se la ha probado. «Me la llevo a casa, la pruebo y la traigo mañana para lo del puño», ha afirmado. La verdad es que le gustaba más otra, pero «veo que no hay mi talla».
Sabe que el comercio lo tiene difícil: «Ojalá hubiese tenido que esperar veinte minutos para entrar. El sábado en la pescadería aguardé un montón. A ver si los comercios se llenan de vida, porque eso significará que la ciudad va ganando vida porque es lo que pretendemos. ¿Si va a ser difícil? Va a requerir tiempo y un poco más de certidumbre, pero los datos cada día van siendo mejores, aunque hay un cierto miedo pese a las ganas de la gente de salir a la calle. Hay que vencer estas situaciones y debemos animarnos a dar este paso», ha confirmado junto a Aitor Bilbao, jefe de Gabinete de Alcaldía, y Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico.
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