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La última vez que EL CORREO le hizo una entrevista a Juan Mari Aburto fue hace sólo un par de meses, a mediados de noviembre, y parece que ha pasado una eternidad. Pero también estamos en una situación muy similar a la de entonces: con ... los contagios disparados, temiendo nuevas restricciones, ante un horizonte de incertidumbre que no se despeja...
- Esto es el día de la marmota.
- Parece que tenemos ciclos. Las dichosas olas. Es verdad que estamos en una situación complicada, la curva de contagios está creciendo mucho y si seguimos así, y todo apunta a ello, la próxima semana en Bilbao estaremos por encima de los 500 casos por 100.000 habitantes, en zona roja. Es decir, con cierre perimetral, con la hostelería cerrada también, sin deporte escolar... La situación es complicada y tenemos que estar preparados para ella.
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- ¿Estar preparados?
- Todos estamos anímicamente muy tocados y se aproximan más restricciones, por eso es muy importante que estemos preparados. Y también para que podamos superar cuanto antes ese cierre. Hay que seguir pidiendo responsabilidad individual porque cada uno tiene la suya en su entorno más cercano. Creo que vamos a superar esta situación más rápido que en ocasiones anteriores y que a partir de ahí llegará una mejora continua. Hay que trasladar a la gente un mensaje realista: empieza a haber tensión hospitalaria y lo que llegue la semana próxima será fruto de lo que ya hemos hecho. Ahora toca no relajarse, evitar contactos sociales, usar mascarilla, establecer pequeñas burbujas. Nosotros, desde el Ayuntamiento, vamos a tener los servicios esenciales preparados para actuar.
- Estamos pagando los excesos de Navidad. ¿Deberían haberse impuesto más restricciones en aquel momento?
- Yo creo que en Bilbao, en general, la gente se ha portado bien. Muchas personas se han quedado solas en casa. En mi familia, por ejemplo, estuvimos los cuatro: mi mujer, yo y los dos hijos; y mi ama estuvo con mi hermana. Lo más importante era no jugársela.
- No todo el mundo ha sido tan prudente.
- Hemos visto comportamientos inadecuados, fiestas en hoteles, actividad social por las compras navideñas y concentración de personas en las calles. Pero creo que las medidas que se adoptaron fueron correctas. Cerrar la hostelería en Nochevieja a las seis de la tarde es una medida muy restrictiva.
- La hostelería siempre está en el foco.
- No la responsabilizo de lo que ocurre. La mayoría de los hosteleros están cumpliendo de manera extraordinaria y es un sector importantísimo para nosotros. Mi hijo es cocinero y tiene el restaurante cerrado desde noviembre. Pero es verdad que cuando estamos en un local nos relajamos, nos quitamos la mascarilla, y eso es un riesgo. No es responsabilidad del hostelero, sino de los clientes.
- La única solución es la vacuna, y Euskadi está a la cola de las comunidades autónomas en su administración. ¿No deberíamos estar vacunando las 24 horas del día, los siete días de la semana?
- Creo que estamos analizando una situación coyuntural, momentánea. Hay que ver el proceso de vacunación en su conjunto. En Euskadi ha habido una decisión prudente: ya que va a haber que administrar dos dosis, vamos a tener un colchón por lo que pueda suceder, por si hay algún fallo en el suministro futuro. Ese colchón ya está, ya hay stock guardado, así que creo que pronto vacunaremos a velocidad de crucero. Además, Euskadi ha sido de las primeras comunidades en vacunar a sanitarios.
- Cuando el Gobierno vasco dice que se ha vacunado «lo razonable teniendo en cuenta los festivos y los derechos de los funcionarios», ¿entiende la frustración, incluso la rabia, que sienten las miles de familias que están en la ruina por esta crisis, o de la gente que ha perdido a seres queridos, o incluso de quienes los perderán porque aún van a llegar más fallecimientos?
- Esta pandemia está siendo dramática. Yo mismo he vivido una situación dolorosa por el fallecimiento del hermano de mi mujer. Todas las semanas mueren personas. Lo que hay que pedir al sistema sanitario es atención y vacunas. Y agradecer el compromiso del personal sanitario, y decirles que les seguimos necesitando. Euskadi ya está vacunando en festivos y creo que debe ser así. No quiero meterme en el funcionamiento interno de Osakidetza, pero cuanto más se vacune, mejor. Además, van a llegar nuevas vacunas. Creo que en muy poco tiempo estaremos mucho mejor.
- ¿Usted se va a vacunar?
- Sin ninguna duda, cuando me toque. Y a mi ama le he dicho que lo haga, y lo va a hacer. Lo mismo que todo mi entorno. Que tengamos ya una vacuna es una grandísima noticia, pero no debemos bajar la guardia.
- Usted forma parte del LABI, donde se toman todas las decisiones. ¿No genera debate el modo en el que se está afrontando esta situación?
- Todas y cada una de las decisiones las hemos tomado por unanimidad, y yo hago mías esas decisiones. Nadie se levanta por la mañana y dice, 'a ver qué faena voy a hacer hoy'. Se toman decisiones en un contexto de gran dificultad e incertidumbre. Eso es gobernar. Y poniendo la salud de las personas siempre en primer lugar. Oigo hablar de cuestiones muy técnicas a muchas personas sin el conocimiento adecuado. Por eso es muy importante escuchar a los técnicos, para que sus informes sean el fundamento y la base para las decisiones del LABI.
- Aparte de las previstas, ¿habrá más restricciones de movilidad o actividad en el futuro próximo?
- No lo sé. Debemos evitar estar elucubrando porque así se traslada a la ciudadanía más incertidumbre. En cada momento se tomarán las decisiones que veamos correctas para detener la transmisión del virus. Hay que ser realistas, no crear falsas expectativas, pero tampoco es cuestión de dar todo el tiempo malas noticias.
- Ante semejante incertidumbre, ¿cómo están preparando las grandes citas: carnavales, Aste Nagusia, Bilbao BBK Live...? ¿Nos quedaremos sin fiestas también en 2021?
- Para los carnavales ya ha habido reuniones en la comisión mixta y veo difícil que puedan celebrarse. Será una decisión de las que no gusta tomar, pero que es la correcta. Para Aste Nagusia y BBK Live estamos trabajando con un plan A, B y C. El A es que sea como siempre, lo que no va a ser fácil. El C es que sea como en 2020, llenando la ciudad de actividad cultural. Y el B un término medio. Quiero pensar que en verano vamos a estar mejor y trasladar ilusión y esperanza, pero no de forma fatua, sino fundada, porque la vacuna está aquí.
- En todo caso, sigue sin llegar gente de fuera, turismo, y el comercio y la hostelería están al límite, incluso algo más allá del límite. ¿Cuándo va a salir el plan de rescate Bilbao Aurrera 2021?
- Es algo totalmente prioritario. Hay que atender a la hostelería, el turismo, la cultura, las personas vulnerables. Tenemos la experiencia del Bilbao Aurrera 2020, pactado con todos los grupos y con un balance muy satisfactorio (estaba dotado con 15 millones de euros, a los que se sumaron 3,2 de ayudas directas a la hostelería en diciembre). Para este año ya hemos estado hablando con los grupos y estoy percibiendo un clima de colaboración. Confío que a finales de este mes podamos tener en marcha el plan de 2021.
- ¿Tendrá la misma dotación económica que el anterior?
- A día de hoy no está cerrado. El año pasado el plan tenía una vigencia de marzo a diciembre, y este pensamos en un escenario diferente: como esperamos que en verano estemos mejor, tendría una duración de seis meses, hasta junio. Aunque también se incluirán medidas para todo el año. En términos comparativos creo que no habrá menos dotación que el año pasado.
- Por último están los fondos europeos para la reconstrucción. ¿Qué le llegará a Bilbao?
- En el documento que ha presentado el Gobierno vasco están los proyectos de Bilbao: la digitalización de la ciudad y de la administración, el polo tecnológico de Zorrozaurre, trabajar la sostenibilidad con un nuevo modelo energético... Los proyectos que de un modo u otro afectan a la ciudad tienen un valor de 230 millones de euros. Eso sí, son cuestiones en las que vamos a trabajar venga o no dinero de Europa, porque no vamos a renunciar a cosas como las anteriores, o la electrificación de la movilidad, o a estar en el corredor vasco del hidrógeno.
Una operación de cadera el 13 de noviembre que se complicó un poco más de lo previsto mantuvo a Aburto alejado de la vida pública durante unas semanas. «Ahora me encuentro bien, fuerte, con ganas de transmitir confianza». Aunque, bromea, «estoy como la ciudad, necesitado de apoyos». Lo dice porque reapareció con dos muletas, y desde el jueves se vale de una sola. Se le nota algo harto de todas esas limitaciones.
¿Bailará este año el aurresku de honor a la Amatxu de Begoña? «Me encantaría porque eso significaría no sólo que estoy recuperado, sino que hay aurresku y fiestas de Bilbao». Algo que, admite, no está muy claro. «El aurresku es un acto enormemente emotivo, es mostrarte ante tu pueblo como su servidor. Pero sé que me quedan meses de recuperación».
Como energía positiva inmediata está la final de hoy. «El Athletic genera ilusión, y animo a bilbaínos y bilbaínas a que engalanemos los balcones con banderas rojiblancas. Ganarle al Barcelona parece complicado, pero también lo parecía vencer al Madrid. Creo que lo lograremos. 1-2 para el Athletic».
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