Los abogados prevén una gran avalancha de casos que saturará todos los juzgados

Hay grandes razones que sostienen ese vaticinio. Vayamos por partes. Juzgados de lo Social, esos que procesan los litigios laborales. «EREs, ERTES y despidos se están disparando. Muchos de ellos pasarán por los tribunales», comenta Fuentenebro. En el área civil la situación no será mucho mejor. «Es lógico pensar que en este periodo se están produciendo problemas para cumplir los contratos. Puede haber litigios por alquileres, apelaciones por causa mayor y habrá proveedores que no habrán podido hacer llegar sus artículos por falta de materias primas», ejemplifica.

Los juzgados de familia tampoco van a estar con los brazos cruzados. A las tareas acumuladas por los meses de confinamiento, se sumarán nuevos problemas. «Progenitores que no han podido cumplir los términos de una custodia compartida por las restricciones del propio confinamiento, problemas con el régimen de visitas o disputas por el pago de las pensiones entre cónyuges», explica el representante de los abogados vizcaínos. Algunos divorcios y separaciones después tres meses de intensa convivencia también tendrán que ponerse a la cola.

Por la vía contenciosa es previsible la llegada de reclamaciones «por responsabilidad patrimonial, las apuntadas por los sanitarios que han trabajado sin medios de protección, las que tienen que ver con servicios que no se han podido ofrecer durante este tiempo», detalla.

Para calcular la magnitud del caos en los juzgados, hace falta conocer la fecha de reinicio de la actividad. «No se sabe todavía. Se espera que pueda ser en junio, pero todo depende de hasta cuándo se alargue el estado de alarma, entre otras cosas», explica el decano de los abogados vizcaínos. Las semanas que faltan hasta levantar la persiana en los juzgados hará crecer la montaña de causas pendientes. «Ayudará en esta situación que se ha tomado la decisión de que haya juicios por la mañana y por la tarde. Pero hay que tener en cuenta que no van a poder celebrarse, al menos al principio, el mismo número de sesiones».

Además, muchos de los juicios, para poder llevarse a cabo, «requieren que entremos en la fase en que hay libertad de movimientos por todo el Pais Vasco», no sólo dentro de cada territorio histórico como sucede en la actualidad. «Hay muchas causas vizcaínas en las que hay una parte guipuzcoana o alavesa». Fuentenebro advierte de un último factor que complica el escenario. «Somos la única comunidad autónoma donde los primeros trámites no se pueden presentar por vía telemática. Hace falta invertir en medios electrónicos. Los funcionarios de Justicia, de hecho, son de los pocos trabajadores públicos que no pueden teletrabajar, lo que habría servido para adelantar una parte». Y todo esto, «sin pensar en posibles rebrotes»

Una de las medidas que propuso el CGPJ fue la apertura en agosto, pero «se hacía sin perjuicio de las vacaciones de los funcionarios, que se respetaban en esas fechas, por lo que en la práctica sólo trabajaríamos los abogados, algo que resulta ineficaz. También hay que tener en cuenta que nosotros no podemos irnos en otras fechas porque los plazos de los juicios son rígidos». Las asociaciones judiciales se mostraron en contra y todo indica que la idea no saldrá adelante. A eso apunta el CGPJ ahora.

Con ese panorama, el colapso parece inevitable en cuanto echen a andar los diferentes juzgados. Para entonces, seguramente, serán más de 10.000 las causas pendientes. Harán falta toneladas de paciencia.