3.600 vizcaínos estudian en la UNED

Hoy por hoy, la UNED de Portugalete es el centro asociado más importante del País Vasco, pese a que el de Bergara inició su funcionamiento en 1975 y el de Vitoria cuenta con una experiencia similar, y sigue una opción interesante para los jóvenes afectados por los números clausus de la universidad convencional y para las personas que quieren ampliar su formación y que no pueden asistir a clase de forma regulada porque trabajan o por cuestiones familiares. Cuenta con una biblioteca con 20.000 volúmenes, 81 profesores y 3.601 alumnos, el 56% mujeres, matriculados en alguno de los 28 grados que imparte. Los estudiantes tardan una media de siete años en completar la carrera y cinco en concluir los estudios de diplomatura, dos más que los establecidos. Una circunstancia que no ha experimentado grandes modificaciones desde que el centro de Portugalete echó a andar es la selección de las carreras. Psicología, Educación Social, Geografía e Historia, Administración y Dirección de Empresas han ganado terreno en detrimento de Derecho, que hasta no hace mucho eran los estudios más demandados.

En el extremo opuesto figuran Ingeniería Eléctrica e Ingeniería en Tecnologías Industriales, las menos solicitadas. Química, Matemáticas, Física, tampoco tienen muchos alumnos, pero cada vez más. El centro también imparte másteres a 50 estudiantes y 326 personas lo han elegido para aprender diversos idiomas. Los más demandados: inglés, euskera, francés, árabe, catalán e italiano. Además, ofrece un programa dirigido a mayores de 50 años que tengan interés en enriquecer sus conocimientos sin hacer exámenes. «Ahora todas las universidades están incorporando oferta educativa online, cuando para la Uned eso ha sido el día a día desde sus orígenes», observa Fernando Castañeda, profesor de matemáticas y director del centro desde el año 1996.

En lo que respecta al dinero, la entidad vizcaína cuenta con un presupuesto de 1,3 millones de euros que cubre con ingresos propios y con la ayuda de tres ayuntamientos -Barakaldo, Portugalete y Sestao-, BBK Fundazioa, Diputación y Gobierno vasco. Conocedor de la difícil situación que atraviesa la delegación de Vitoria de la Universidad a Distancia -la preocupación y la incertidumbre se han instalado en los pasillos de este centro después de que el Gobierno vasco haya decidido aportar 100.000 euros menos que el año pasado, algo que no ha sucedido en Bizkaia- Castañeda no teme un 'efecto contagio'. «El presupuesto es el que es, si hubiera más sería mejor, pero cada centro tiene unas preocupaciones», considera Castañeda sin querer entrar en detalles. «Como en cualquier casa, se generan gastos imprevistos. Dentro de unos días vamos a tener una inspección técnica de edificación y seguramente de la misma van a surgir algunos detalles que habrá que solventar», aventura. «La oferta educativa y cultural que tiene la Uned, con los medios que disponemos, es en estos momentos absolutamente imprescindible», concluye Castañeda.

Sergio Seoane da clases de Ecología y Diversidad Animal y Vegetal en la Uned de Portugalete, donde lleva trabajando tres lustros. Es también profesor en la UPV/EHU. En sus clases hay alumnos de 19 a 60 años. «La interacción con los alumnos es más cercana que en la universidad presencial, donde te subes a una tarima y hablas para 70 alumnos. Aquí no pasa eso», explica. «Cuando empecé a dar clase yo tenía 26 años. Era una situación muy curiosa encontrarme explicando materias a gente mayor que yo», recuerda.

48 años, de Barakaldo. «Ahora mismo estoy estudiando Psicología y hace unos cuantos años saqué mi licenciatura de Ciencias Políticas en la Uned. También he hecho un máster. Soy una alumna consumada o fidelizada en esta universidad», comenta Idoia Postigo, subdirectora de la asociación público-privada Bilbao Metrópoli 30. «Me diplomé en Secretariado y eso me permitió encontrar un trabajo, pero siempre pensé que me había equivocado de carrera y me quise quitar esa espinita», reconoce.

Profesora en el grado de Antropología Social y Cultural desde el curso 2003-2004 en la Uned. Además, imparte clases en Deusto y en la Universidad de Comillas. «Aunque hay cantidad de foros de alumnos, estos tienen una fuerza de voluntad muy potente. Es gente que lee muchísimo, mucho más que los de la universidad presencial. Aquí hay mucho rigor a la hora de hacer los exámenes y presentar los manuales. No es una universidad fácil, esa idea que a veces planea», subraya esta docente. «Al contrario».

Este ingeniero de telecomunicaciones getxotarra de 46 años va por su tercera carrera en la Uned. Hizo Filosofía en siete años («siempre fue mi vocación») y ahora está con Matemáticas y Física, en las que calcula invertir «ocho o nueve años». Todas ellas las ha compaginado con su trabajo, en una operadora de telefonía. Ha sido padre hace un año y eso le ha obligado a hacer un parón en los estudios, que ahora ha retomado. «Me permite ir a mi ritmo, para mí es un divertimento, como ir a una clase extraescolar».