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El pasado 31 de julio, un avión de Vueling, con 180 personas a bordo, chocó con un buitre poco después de despegar del aeropuerto de ... Bilbao, cuando sobrevolaba un punto entre Leioa y Getxo. El motor izquierdo del aparato engulló los restos del ave. Las plumas, la carne (un ejemplar adulto puede llegar a pesar 9 kilos)y los huesos provocaron un incendio en la turbina que obligó al piloto a vaciar los extintores de emergencia. El propulsor se paró y la aeronave se vio obligada a regresar a tierra de manera urgente. Afortunadamente, nada grave pasó. Dos meses antes había habido otro choque similar, aunque de menor entidad. Desde entonces, todas las miradas están puestas en el cielo del Txorierri. En las últimas dos semanas ha habido dos incidentes que han estado a punto de acabar en colisión. Los pilotos viven este fenómeno con intranquilidad. Temen un accidente.
No son los únicos. A comienzos de este mes, el jefe de Bomberos de Loiu decía adiós al aeródromo tras 34 años de servicio. En su despedida expresaba su miedo a las carroñeras. Y quien también se ha jubilado es Fernando Pinto, el último responsable de Control de Fauna de 'La Paloma'. Entre 1991 y 2018, durante 27 años, pateó el campo de vuelos atento a cualquier amenaza. Sus cuadernos de campo constituyen una enciclopedia sobre la fauna de la zona. También es un termómetro de cómo ha evolucionado el buitre. «Es un tema muy serio que requiere de actuaciones inmediatas», advierte.
Pinto, que empezó en 1972 en SEO/Birdlife a trabajar con aves y en 1979 entró en Aena, traza una radiografía precisa de cómo actúa y cómo se mueve el animal que se ha convertido en el mayor enemigo de los pilotos. Lo primero que llama la atención de los datos que minuciosamente ha recogido a lo largo de casi tres décadas es la frecuencia de los avistamientos. Antes de 2010, en sus libros sólo hay anotadas cuatro observaciones de buitres, con 17 ejemplares. Es a partir de ese año cuando decide prestar una especial atención a esta planeadora por sus visitas cada vez más frecuentes.
Los registros empiezan a crecer de manera asombrosa. En 2011 se documentan 19 avistamientos, con 129 ejemplares. El año siguiente marca un récord histórico en cuanto a buitres observados, con un total de 642, en 36 episodios. En los siguientes ejercicios, los avistamientos siguen creciendo, hasta alcanzar su máximo en 2016 y 2017, con 89 encuentros y 492 ejemplares y 90 y 332, respectivamente. Según sus estadísticas, desde 2011 se han producido 369 observaciones con 2.599 buitres implicados. Estos datos difieren de los ofrecidos por la dirección del aeropuerto. Los de Aena son notablemente inferiores. Por ejemplo, en 2014, Pinto anotó 58 avistamientos, mientras que Aena reconoce 41.
Otro dato que hasta ahora no se conocía y que refrenda la idea de que el problema viene de más lejos de lo que se pensaba:cabe la posibilidad de que las dos colisiones con carroñeras del año pasado no fueran las primeras. En los documentos de Pinto aparece reseñado un caso dudoso en 2014. El piloto aseguró que se trataba de un buitre, pero el experto se inclina a pensar que no lo fue. Sucedió el 9 de septiembre. Un avión de Vueling. El choque dejó un cerco de sangre en el fuselaje. No hubo desperfectos. «Creo que un impacto con una rapaz de ese calibre habría dejado daños importantes», dice. «Además, la hora a la que sucedió (ya casi de noche)no cuadra con la actividad de este animal en Loiu».
El exjefe de Fauna de 'La Paloma' explica que la mayoría de los avistamientos se producen entre las doce del mediodía y las cinco de la tarde. «Los buitres cruzan hacia Mungia y Bermeo, normalmente, y luego regresan por la misma ruta». En ese patrón hay algo que les atrae. «Se acercan para otear los rebaños ganaderos de las comarcas situadas al norte del aeródromo», dice. Los días de mayor actividad son «las jornadas claras, luminosas y con calor, cuando se forman térmicas muy importantes». Y añade:«Hay que tener en cuenta que, sobre todo en verano, la gran masa de asfalto de las pistas genera una convección (especie de vapor) que asciende rápidamente y ayuda a los buitres a moverse con facilidad».
Otro factor a tener en cuenta es el ciclo de reproducción. Mayo es el mes en el que la amenaza está más presente. «El polluelo demanda más alimento y es entonces cuando el macho y la hembra salen a volar juntos por primera vez desde que han tenido descendencia». Es decir, hay el doble de buitres en el aire. Los datos de los cuadernos de campo así lo avalan. En estos 8 años de observación, en los meses de mayo ha habido 71 de los 369 avistamientos, con 690 ejemplares implicados. Junio es el siguiente mes en importancia: 56 encuentros, con 452 animales.
Las colonias de buitre de Bizkaia no han experimentado grandes cambios en los últimos cinco años. El número de ejemplares se mantiene estable (101 parejas reproductoras censadas en Orduña, Urkiola y Carranza, principalmente). No obstante es cierto que la población se ha disparado si se mira a los años 90, cuando este animal estaba al borde de la extinción en el territorio. Pero en el aeropuerto no sólo actúan buitres de la zona. En realidad, pueden llegar animales desde Palencia o, incluso, de más lejos. «Su movilidad es enorme, pueden desplazarse cientos de kilómetros en el día», explica el ornitólogo Álvaro Camiña. Por este motivo, este experto desconfía de la campaña de anillamiento que se podría poner en marcha en Loiu. Otro especialista, Iñigo Zuberogoitia cree que el fenómeno no es nuevo y que hay más avistamientos ahora porque «cada vez miramos más al cielo, estamos hipersensibilizados con este asunto».
Cernícalo. Es una de las aves que más problemas ocasiona en el aeropuerto. Entre 2011 y 2017 protagonizó 23 'bird strike' o colisiones con aviones a baja altura o en las carreras de despegue o aterrizaje. Periódicamente, el servicio de control de fauna captura ejemplares para su suelta controlada en entornos alejados de 'La Paloma', siempre con el permiso de la Diputación. El 10% se las ingenia para regresar a Loiu. En este tiempo se detectaron 1.159 cernícalos y se 'desterraron' cerca de 150.
Avefría. Mide unos 30 centímetros y pesa 200 gramos. Sin embargo cría en grupos y esto es lo que la hace potencialmente peligrosa. Los halcones las mantienen a raya. Entre 2011 y 2017 se anotó la presencia de 42.000 ejemplares.
Ratonero. Es otra rapaz que genera inquietud. Hace cinco años, un ejemplar se introdujo en un motor en el momento más crítico del despegue. El propulsor se detuvo durante dos segundos. Afortunadamente nada sucedió.
Cigüeña Blanca. Su imponente envergadura (2 metros) la hacen muy peligrosa. Entre 2011 y 2017 se detectaron 183 avistamientos.
Corzos y jabalíes. Constituyen otro tipo de amenaza. El peligro reside en que pueden invadir la pista. En los últimos tiempos se han reforzado los vallados.
Algunas sorpresas. Por Loiu han pasado animales poco habituales en Bizkaia, como águilas pescadoras, cernícalos primilla o un buitre negro (el de la foto), un ejemplar inmaduro que llegó exhausto y desorientado. Se envió a Bulgaria para un programa de reintroducción.
Hasta la fecha, las autoridades han reforzado las comunicaciones entre los controladores y los pilotos. También se está trabajando en la mejora de la recogida de animales muertos en el entorno de influencia de 'La Paloma' y en la localización de mataderos ilegales (se descubrió uno en Lezama el pasado octubre). Además, se ha encargado un nuevo estudio sobre el buitre, que se prolongará durante dos años.
Algunos expertos proponen posibles soluciones más inmediatas, aunque, por ahora, han sido descartadas. La primera es la apertura de muladares a cierta distancia del aeropuerto. «Podría contribuir a fijar allí los buitres y que no se acerquen al Txorierri», asegura Fernando Pinto, partidario de esta medida. «Hay que analizar ubicaciones, pero tendrían que ponerse en la divisoria de aguas, entre Bizkaia y Álava», dice.
Otra de las iniciativas planteadas pero no aprobadas, tiene que ver con instalar un radar para grandes aves. Hay aeropuertos que disponen de esta herramienta, como el de Amsterdam. Sin embargo, Aena rechaza la idea. «No son útiles por la cantidad de falsos positivos y, en general, por su ineficacia como estrategia de prevención. Además, con la orografía del entorno, las zonas ciegas o apantalladas serían muchas», aseguran desde la dirección del aeropuerto.
101 parejas de buitres anidan en Bizkaia. Su número se mantiene estable desde hace más de 5 años. No obstante, hay que tener en cuenta que era una especie casi desaparecida en el territorio en los años 80 y 90.
1.227 parejas de buitres viven en las zonas limítrofes de Bizkaia. Un número notable de ellas frecuenta el territorio, según demuestra un estudio sobre su movilidad realizado por Iñigo Zuberogoitia. En el norte de Burgos hay 538 parejas (dato de 2008), en el este de Cantabria, 279; mientras que en Álava se pueden encontrar 410.
20 halcones posee el servicio de control de fauna del aeropuerto. Estos animales mantienen a raya a la mayoría de las aves. Sin embargo, no son efectivos frente a los buitres, cuya envergadura es más del doble.
90 avistamientos de buitres, con 338 ejemplares, registró el jefe del Servicio de Fauna de Loiu en su cuaderno en 2017. Prácticamente los mismos que en 2016 (89 observaciones, pero 492 buitres). De estos episodios, 32 y 36, respectivamente, fueron reportados por pilotos, lo que se considera más peligroso.
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