Hallan un vertedero ilegal de lindano en un monte de Lemoiz

Ya en agosto de 2016 un informe de la Confederación Hidrográfica del Ebro sobre el estado del Zadorra detectó altas dosis de este residuo, un pesticida cancerígeno del que aún «quedan muchos restos por contabilizar». Esta misma semana, plataformas ecologistas como Zadorra Bizirik o la propia Ekologistak Martxan ya denunciaron ante el Parlamento vasco la «mala gestión» que las distintas administraciones están realizando para solucionar el problema.

Un portavoz de Ekologistak Martxan avisó al servicio de emergencias hacia las 10.25 horas del hallazgo de lo que a primera vista parecía «un vertido incontrolado de lindane». El análisis de las muestras recogidas corroboró después la composición del residuo. «Estábamos casi seguros de lo que íbamos a encontrar eso, y así ha sido. Es un foco que no está controlado y creemos que proviene del antiguo vertedero de basuras Lemoiz, por cómo está el terreno. Puede proceder de un camión, que por los corrimientos de tierra que han provocado las lluvias de estos días ha podido filtrarse. Se ven claramente las capas, como una masa compacta, y se nota enseguida un olor característico», explicó ayer Javier Vázquez, de la agrupación, denunciando la «desidia» de las instituciones.

Tres fábricas en Bizkaia

«Queremos llamar la atención sobre este caso, porque no puede haber tanto descontrol. Algo así marca la necesidad de compartir las responsabilidades, no existe un plan de acción para actuar en estos casos y debería crearse una mesa de trabajo participativa», propuso Vázquez, que contaba ya con información de que podía existir un foco en esa zona. «En España hay nueve fábricas que producían lindano y tres de ellas están en Bizkaia. Queremos que la normativa sea más restrictiva y se elabore un estudio para saber qué suelos están contaminados», dijo.

Aunque «es muy difícil que el residuo llegue directamente al grifo», puede filtrarse al agua, pasando de la tierra a los arroyos o a los ríos. «Los embalses sirven como puntos de captación para el agua de producción y es peligroso. También para los animales, que podrían ingerirlo y trasmitir sus efectos dañinos a través de la leche». Según indicaron desde el departamento vasco de Seguridad, los agentes instaron a los ecologistas a denunciar el hecho ante la Fiscalía «por si se hubiera producido un delito contra el medio ambiente».