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Discoteca People's de Basauri.
Aquellas noches de sábado en las salas de fiestas de Bizkaia

Aquellas noches de sábado en las salas de fiestas de Bizkaia

Durante décadas los vizcaínos abarrotaron el Garden, el People's, el Anaconda o el 'Gwendo'… alternando con cubalibres y bailando al ritmo que marcaban Tom Jones, Julio Iglesias o Paloma San Basilio

Nerea Vieytez

Viernes, 2 de junio 2017, 01:55

El 'Tigre de Gales' rugía en el Garden en 1975. El cantante Tom Jones actuaba durante el aniversario de la sala de fiestas de Deusto y meses después lo hacía Raffaela Carrá. Eran dos de las grandes estrellas de la época y por eso desfilaban por la mítica discoteca bilbaína. Por el Garden y el resto de salas de fiestas, que entonces eran los auténticos referentes de la noche vizcaína.

Se acordará cualquiera que tenga más de 40 años... Garden, Holiday y Tiffany's en Deusto, Gwendolyne en Algorta, People's en Basauri, Galos en Santurtzi, Anaconda en Barakaldo o el antiguo Tulua de Sodupe eran las más conocidas. También había otras menos populares, pero igualmente llenas como Capri, Aranzazu, Seis Estrellas o la Jaula de San Ignacio. La oferta era la misma en todas: música «en vivo» cada fin de semana, incluso entre semana. Y dos sesiones, que había público para las dos: de seis de la tarde a diez de la noche y de once a cerrar. «Nos hacíamos la competencia intentando traer a los mejores artistas, pero casi siempre acababan pasando por todas las salas. Cantaba uno por ejemplo el viernes en el Garden y el domingo estaba en el Gwendolyne», relata Tomás Sánchez, gerente muchos años del Garden y la Casa Vasca.

Y se acuerda entonces de una anécdota muy divertida con Fernando Esteso. «Una sala de Ondarroa celebraba el concurso de Miss Santurraran, ya que era habitual certámenes de misses en estas discotecas, y nos llamaron porque no tenían a nadie para cerrar la gala. Justo estaba Fernando Esteso en el Garden y al acabar nos fuimos él yo para Ondarroa, por la carretera antigua. Acabó el concurso y el coche de Esteso, un 127, no arrancaba, se había roto el acelerador. Tuvimos que poner una cuerda y volver a Bilbao como pudimos, él al volante y yo acelerando».

Cabían en estas salas conciertos multitudinarios y concursos de misses porque eran muy espaciosas: más de 1.500 metros divididos en alturas para crear diferentes ambientes. Entre una estancia y otra, columnas y suelos de moqueta que brillaban con el efecto que hacían los focos de colores. La barra, siempre al fondo; los sofás, de cuero con una mesita y, delante, el escenario y la pista de baile con la enorme bola giratoria de luces, un icono de la época. Y, claro, pacientes DJ's 'encerrados' en cabinas de cristal que atendían las peticiones de los clientes, desde Julio Iglesias a Nino Bravo. «Nos íbamos a Francia a comprar discos para poner cosas que aquí no había», dice Sanchéz. Y muchos agotaban el repertorio: «En aquella época la gente no iba de un bar a otro como ahora. Compraban la entrada, que te daba derecho a consumición, y se pasaban toda la noche en el mismo sitio. Veían la actuación, bailaban luego un rato, descansaban y tomaban algo...».

¿Gintonic? No, mejor un 'cubalibre'

  • En las salas de fiestas se bailaba... y se alternaba, claro. Como ahora, entonces también había modas y la mayoría de la gente pedía whisky. Solo, con agua, con soda - Sabina hasta compuso una canción, 'Whisky sin soda'- o con Coca Cola, el famoso cubalibre. Cuenta Tomás Sánchez que solo unos pocos preferían el ron y que la ginebra, hoy la bebida por excelencia, era una cosa excepcional. «Los pocos que la tomaban la mezclaban con kas». Entonces lo del gintonic ni existía. «La primera vez que nos trajeron una caja de tónica le dimos a la gente a probar con ginebra y tuvimos que tirarla casi entera porque a nadie le gustaba».

Holiday, la primera de Deusto

El Garden y el Tiffany's vinieron a completar en Deusto la 'ruta' de las salas de fiestas, que inauguró años antes el Holiday. Y convirtieron a este barrio de Bilbao en la zona de marcha por excelencia en la ciudad durante los 70 y 80. Antes incluso, a finales de los 60 abrió el Holiday. Fueron los pioneros y rompieron con el estilo tradicional de los locales donde la gente iba a bailar hasta ese momento: espectaculares juegos de luces, equipos de sonido muy potentes y ritmos discotequeros. «Se hizo igual que una discoteca que acababa de abrir en la Gran Vía de Madrid, los dueños del Holiday se fueron allí para coger las ideas», cuenta Tomás Sánchez. Por su escenario pasaron Julio Iglesias, Rita Pavonne o Paloma San Basilio. En la actualidad continua abierta con el nombre de 'Holiday Gold' y sigue funcionando como sala de música en directo, principalmente para un público latino.

Garden, la 'disco' de la ciudad

La sala ubicada en la avenida Lehendakari Aguirre de Deusto se convirtió durante un tiempo en la discoteca de Bilbao. Y allí actuaron casi todos: Nino Bravo, Rocío Jurado, Ricky Martín.... Hasta la entonces pornodiputada y actriz erótica Cicciolina visitó el Garden en 1987. Sus luces se apagaron en el año 2012 y la pista que vio mover el esqueleto a tantos vizcaínos es hoy un gran bazar chino.

Tiffany's, la joya de las vedettes

Fue otra de las salas que durante casi cuarenta años animó las noches de Deusto. Era más pequeña, cercana al Puente, pero en ella estuvieron Lola Flores, Sara Montiel, Isabel Pantoja o vedettes como Norma Duval. Cerró en 2015 y el local no ha acogido ninguna otra actividad.

El Tulua de Sodupe, la discoteca de los padres de Ramón García

Con nombre de pueblecito colombiano, fue una de las primeras salas de fiestas de Bizkaia (1957) y lugar de diversión para los jóvenes de Balmaseda, Zalla y el resto de Encartaciones. Muchos la conocieron porque era de los padres de Ramón García y allí pasaba muchas tardes y noches el televisivo 'pinchando' y ayudando a su madre en la presentación de las galas y los concursos. Cerró sus puertas en el año 1990 y en el lugar donde se ubicaba hay un edificio de pisos.

El 'Gwendo' de Algorta

La famosa canción de Julio Iglesias dio nombre a esta sala, que abrió sus puertas en 1973 en Algorta y que durante casi tres décadas marcó el ritmo nocturno de la margen derecha. Además de la pista grande, en Gwendolyne había una más pequeña para bailar «a lo agarrado». Por el 'Gwendo', como la llamaban los clientes más fieles, pasaron Los Panchos, Karina o humoristas como Arévalo, Bigote Arrocet o Marianico el Corto. En los 80 se adaptó a los nuevos tiempos con el reclamo de bandas de Inglaterra o de Estados Unidos. En 1999 se clausuró para dejar paso a garajes y lonjas comerciales.

Anaconda, la sala de los teléfonos

La última en bajar la persiana ha sido Anaconda, esta misma semana lo anunciaba EL CORREO. Desde 1973 ha sido un emblema de Barakaldo y, junto con Galos, en Santurtzi, fue una de las grandes salas de la margen izquierda. Fundada por el mismo propietario de la People's de Basauri, todo el que haya pasado por allí recuerda los teléfonos que sus clientes utilizaban para divertirse y ligar. En verano será historia y se convertirá en un supermercado.

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