Josu García
Sábado, 28 de enero 2017, 02:43
Al menos 1.215 vizcaínos y cinco centros educativos soportan niveles de ruido superiores a los permitidos por la ley por el paso del metro. Así lo recoge un estudio oficial que lleva la firma del centro de investigación Tecnalia. El informe ha servido de ... guía al Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) para elaborar un plan que pretende mitigar estas molestias en el plazo de cinco años. La entidad consorciada planea invertir unos 6 millones de euros en medidas correctoras durante el próximo lustro, como el perfilado de ruedas, la renovación de la plataforma (traviesas y balasto), el amolado de vías (pulirlas para eliminar irregularidades), la instalación de pantallas o la revisión de la velocidad de circulación de los convoyes.
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El objetivo es que los ciudadanos que viven en los puntos conflictivos no tengan que convivir con picos de más de 55 decibelios o las molestas vibraciones que causa el incesante trasiego de trenes. La Organización Mundial de la Salud recomienda no estar expuesto a sonidos que superen esta barrera. Por ejemplo, una manifestación produce alrededor de 60 decibelios y una aspiradora, 65.
Durante años, vecinos de la margen derecha y, sobre todo, del barrio de San Ignacio, han protestado por la incomodidad que les supone tener su residencia cerca de las vías. En este barrio de la capital vizcaína, de hecho, han pasado a la acción y han designado a un abogado para llevar a la empresa pública de transportes ante los tribunales. A pesar del paso dado ahora por las autoridades, los afectados siguen adelante con su hoja de ruta y acudirán finalmente al juzgado, según confirmó esta semana un portavoz.
El primer plan de acción contra el ruido de Metro Bilbao será aprobado de manera inminente. La principal novedad es que, por primera vez en la historia, se reconoce con cifras y precisión científica que hay ciudadanos que padecen niveles de contaminación acústica por encima de los límites máximos permitidos (55 decibelios) por el suburbano. Hasta la fecha, todas las quejas presentadas se habían dado contra un muro. Es cierto que se han tomado algunas medidas para intentar reducir la contaminación acústica, pero no se admitía abiertamente estar contraviniendo los objetivos de calidad recogidos en un decreto de obligado cumplimiento del Gobierno vasco, aprobado en 2012.
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El informe de Tecnalia no deja lugar a dudas y supone un cambio de rumbo a la hora de abordar este sensible y polémico asunto. Los expertos concluyen que más de un millar de habitantes del territorio soportan un ruido o vibraciones excesivas. No obstante, los autores de la investigación dejan abierto este número, que podría crecer con la realización de nuevas mediciones. En la cifra dada, por ejemplo, no se incluye a los residentes en San Ignacio.
Getxo, el más afectado
El estudio identifica quince zonas calientes. La práctica totalidad de ellas se ubican en la Línea 1, que discurre mayoritariamente a cielo abierto: Leioa, Getxo y Sopela son los municipios más perjudicados. En el primero de ellos, Tecnalia llega a la conclusión de que 149 vecinos se ven forzados a convivir con niveles acústicos por encima de los 55 decibelios en el entorno de Lamiako. La situación es aún peor en la capital de la comarca, donde hay 491 afectados. Neguri, Gobela, Las Arenas, Algorta y Maidagan conforman el epicentro del problema. En Sopela, por su parte, hay 57 edificaciones damnificadas, en las que residen 440 vecinos. Además, el instituto y el ambulatorio del pueblo soportan hasta 65 decibelios.
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Otra de las zonas conflictivas es Erandio. Se ha detectado un fenómeno de vibraciones en el centro del municipio, aunque lo más preocupante es, sin duda, lo que sucede en varias infraestructuras educativas. De esta forma, se han identificado niveles de hasta 75 decibelios (umbral a partir del cual el sonido se empieza a considerar dañino) en las fachadas del centro de Formación Profesional de Tartanga, mientras que en el instituto superior se alcanzan los 70. La Ikastola Jado tampoco es ajena: 65 decibelios. La misma situación se repite en otro colegio del barrio de Lutxana.
Berango, con 66 afectados, Urduliz (21), Plentzia (4) y Bilbao (9) completan el mapa de la incomodidad, aunque se piden más análisis para las inmediaciones de la estación principal de Santurtzi, un tramo de Etxebarri en el que las mediciones han dado bien, pero existen protestas ciudadanas, así como para el barrio de San Ignacio.
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Pese a ello, Tecnalia sí que da una cifra para esta zona de Bilbao, que además califica de «prioritaria» a la vista de las denuncias presentadas y la amenaza de pleito planteada por los vecinos. Con las medidas propuestas, entienden los expertos, se beneficiaría en este lugar a 2.300 personas. En total, en seis de los quince puntos calientes en los que se ha considerado urgente la adopción de medidas correctoras se espera mejorar la calidad de vida de unas 5.000 personas. Hace sólo tres semanas, los jueces condenaron a los gestores de la línea de FEVE entre Bilbao y Balmaseda a indemnizar con 7.000 euros a cada uno de los seis vecinos que le denunciaron por exceso de ruido.
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