![Dieciséis municipios vizcaínos multiplican por diez o más su valor en la revisión catastral](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/pre2017/multimedia/noticias/201701/16/media/catastro-bizkaia_xoptimizadax-kBJG-U2113712109413zF-575x323@El%20Correo.jpg)
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Jesús J. Hernández
Lunes, 16 de enero 2017, 01:45
«Somos una comunidad de propietarios de un bloque de oficinas en Deusto que hasta ahora no hemos pagado el IBI por las zonas comunes, más allá de lo que cada cual abona en su factura según el porcentaje de participación. Nos ha llegado una carta de la Diputación donde nos dicen que este enero nos llegarán tres recibos del IBI y suman en total 260 euros». Es el relato de Vicente Delgado, que no sale de su asombro. «Naturalmente, hemos llamado al departamento de Hacienda para que nos explicara cuáles eran esas tres zonas, aparecidas en el catastro por arte de magia, que no sabíamos ni a qué corresponden».
Una conversación telefónica con los técnicos forales ayudó a dilucidarlo. «En la primera planta, unos 20 metros en forma de media luna... es el cuarto de contadores. En la planta baja, 17 metros: el portal. Y unos 60 metros cuadrados en la entreplanta, que no hay entreplanta aquí. Tras dar muchas vueltas, parece que se refiere a la rampa del garaje, y es un error», relata con notable indignación. La cuantía total hace sospechar a su interlocutor telefónico que le han aplicado unos usos que no se ajustan a la realidad. Desde Hacienda le sugieren «que haga un recurso para solicitar que se consideren servicios complementarios, porque nos han aplicado otro baremo». Debe adjuntar unas fotografías, que anda sacando, y un inspector de la Diputación acudirá al lugar cuando reciban la queja. «Tengo dudas sobre si es buena idea presentarlo, a ver si van a encontrar una escalera que no hemos visto y salimos peor. A mí 260 euros me parece una burrada pero, entre 40 propietarios, pues igual lo dejamos ahí. El tema es que una vez incluido todo esto, ya nos lo pueden ir subiendo cuando quieran», censura.
Con este testimonio y otros de corte similar, EL CORREO se puso en contacto con el área foral de Hacienda, donde negaron la mayor. Un portavoz oficial explicó que «no hay ningún cambio en qué se catastra, eso es lo mismo que antes. No se ha modificado lo que es sujeto del IBI y lo qué no». La norma foral no varía en eso. El motivo de que haya nuevas referencias catastrales es que han modificado «la manera de repartir ese valor» porque «antes era por parcela, por edificio, como un todo». Ahora no. Por ejemplo, aquelllos 'pisos del portero' de antaño que pertenecían a la comunidad o los txokos comunitarios. «Ambos son bienes inmuebles, existen como tal. Si miras la división horizontal del edificio ahí están, pero no tienen coeficiente de participación». Antes de la actual revisión catastral, que acaba con medio siglo de datos desactualizados, «se hubiera incluido el valor de ese txoko o del piso del portero, porque se valoraban, pero ese valor lo absorbían las viviendas. Ahora, en cambio, se diferencia». Lo mismo sucede con piscinas o pistas de tenis.
POR AIDAM. PEREDA
Si hubiese que buscar las siete diferencias en el laberinto de calles de la urbanización de La Magdalena, en la muga entre Santurtzi y Abanto-Zierbena, sería prácticamente imposible. Un adosado de 200 metros cuadrados construidos y otros tantos de jardín dan paso a otro completamente idéntico y así sucesivamente hasta 168 viviendas. Sin embargo, la polémica actualización de la tasa del IBI ha abierto un abismo en la vida aparentemente similar de estos vecinos dependiendo de si su casa está en terrenos de una localidad o de la otra. Así, mientras los residentes en Abanto-Zierbena deberán abonar en torno a 250 euros, los de Santurtzi pagarán 820 por este mismo impuesto.
Tal diferencia se debe a que, aunque el cálculo se realiza a partir de la misma base imponible, hay que aplicar los diferentes gravámenes aprobados en cada municipio. Todos los vecinos de La Magdalena parten de 200.000 euros de base. Sin embargo, mientras el Consistorio de AbantoZierbena aplica un tipo del 0,123% para todas las viviendas, el de Santurtzi asigna un tipo especial del 0,41% a los propietarios de inmuebles con base superior a 150.000 euros, en vez del general del 0,24% aprobado para el resto. De esta forma se explica este salto de 570 euros.
Por ello, las familias de los 84 adosados pertenecientes a la localidad marinera han alzado la voz para denunciar esta «discriminación». Consideran «injusto» aplicar un gravamen especial para determinados inmuebles. «Dicen que somos una urbanización de lujo pero no es cierto, nosotros no somos privilegiados, somos trabajadores que nos vinimos aquí a vivir por un poco más de dinero que lo que cuesta un piso dentro de Santurtzi», relatan.
Estos adosados se construyeron en pleno 'boom' urbanístico. En 2003 comenzaron a entregarse. «La Diputación los valoró en un precio de 400.000 euros, cuando se compraron entre 200.000 y 350.000 euros. De hecho, ahora mismo hay alguno en venta y por 350.000 no se vende», relatan. Y es que el catastro refleja, aproximadamente, la mitad del precio de mercado.
Recursos en el consistorio
«Mi padre vive en esta misma urbanización, pero en el lado de Abanto-Zierbena, y mientras a él le suben 20 euros de IBI, yo tendré que pagar una diferencia de 200 euros más que el año pasado», advierte Serafín Elvira, otro santurtziarra. Uno a uno este grupo de vecinos han presentado recursos en el consistorio marinero solicitando que se revise el gravamen puesto que «la norma foral dice que los ayuntamientos podrán establecer tipos de gravamen diferenciados para industria y comercio, pero no a los inmuebles urbanos de uso residencial», defienden. Desde la Corporación de Santurtzi, por su parte, han asegurado a EL CORREO que «se va a dar respuesta a todos los recursos». Además, «estamos estudiando la fórmula para aplicar algunas de las medidas que los afectados han planteado», detallan fuentes municipales.
Hay otra parte que no se catastra, ni antes ni ahora. Portales y escaleras, por ejemplo. No deberían generar un recibo del IBI nunca, salvo por error. Hacienda está recibiendo «un 1% de quejas» que giran en torno a problemas de este tipo, de titularidades cambiadas y herencias que nunca llegaron a notificarse en el catastro. Las transmisiones están automatizadas hace tiempo. Dan más problemas las sucesiones que se dilatan en el tiempo. «También hay bienes de hace un siglo que aparecen a nombre de 'fulano y esposa' sin precisar siquiera quién era», recuerdan desde Hacienda. En opinión de David Cobos, alcalde de Atxondo, «las prisas de la Diputación han provocado errores en las titularidades, superficies y usos, que no se corresponden con la realidad», y darles solución «con una oficina para toda una comarca es insuficiente».
Para saber si algo es sujeto de IBI, simplificando el asunto, debemos preguntarnos si podría venderse. Un txoko sí, un cuarto de escobas no. Otra vecina de Bilbao, que prefiere no identificarse, muestra su preocupación por «los patios y jardines». Hacienda replica una vez más. «Si son de uso público, no catastramos los jardines. La normativa nos lo permite, pero no lo hacemos. Si están los niños del barrio jugando allí, y está catastrado, ha un error. Y los patios manzana, tampoco», explican los responsables forales, que insisten en la virtud de que, a partir de ahora, «hay un criterio homogéneo para todos».
Medio siglo de desfase
La referencia más acertada, según los técnicos, es tomar el viejo recibo del IBI y sumar las cuantías de los nuevos. El incremento debe corresponderse con el experimentado en el municipio o la zona donde vivimos. Para eso, es fundamental conocer el mapa de cómo han variado los valores catastrales por todo el territorio, una información a la que ha tenido acceso este diario. Y depara diferencias muy notables. Dieciséis municipios vizcaínos multiplican por diez, o más, su valor en una actualización que no se hacía desde hace medio siglo. Un ejemplo puede ilustrar el cambio sufrido en Bizkaia. En el anterior manual, un piso de lujo se caracterizaba por «tener persianas».
Artzentales, Arrieta, Busturia, Carranza, Zeberio, Ea, Elantxobe, Ereño, Lemoiz, Mendata, Morga, Muxika, Mundaka, Aulesti, Errigoiti y Zierbena son los que han disparado su valor en esta revisión. Lidera el ranking Elantxobe, con 14 veces más y lo cierra Sestao, con 2,9. La media está en 4,21. Desde el pequeño municipio costero, una portavoz oficial tranquiliza a los vecinos. «El dato del catastro puede multiplicarse, pero la clave del recibo del IBI es el tipo. Aquí, para una vivienda habitual, era del 1% y ahora será del 0,0550%». Es decir, han bajado unas 20 veces los tipos para que la cuantía a cobrar sea similar. Aitor Egurrola, regidor de Mundaka, explica que «la Diputación nos ha dado una herramienta informática para hacer simulaciones». Fue así como se ajustó el tipo de Elantxobe, donde admiten que «en verano descartamos otras ponencias de valores porque, con aquellas proyecciones, los recibos se multiplicaban por cuatro». En Mundaka recaudarán por el IBI sólo 7.000 euros más.
Hay muchos motivos que pueden disparar el valor de una ciudad como Bilbao, que 'costaría' hoy 22.085 millones de euros (Barakaldo 4.621 millones y, entre los pequeños, Ubide algo menos de 13 millones). En un municipio con poca extensión, basta una sola urbanización de lujo. Aquellos que tienen un casco viejo que ocupa gran parte del pueblo notan más la subida porque sus casas tenían valoraciones muy bajas. La construcción nueva, en general, está tasada de forma más cercana a la realidad. En el mundo rural, se deja sentir más la subida en los bienes rústicos. Cada municipio guarda algunos misterios. Es su propia historia, su evolución urbanística en el último medio siglo.
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