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josé domínguez
Domingo, 27 de noviembre 2016, 11:34
Habían creado un corredor de la droga que cubría desde Bizkaia a Galicia y llegaba hasta Madrid. Ellos mismos cultivaban marihuana en plantaciones ilegales, principalmente en Asturias y Cantabria, y la utilizaban tanto para la venta directa como para la adquisición de partidas de hachís. ... Pero, tras año y medio de investigaciones, la Guardia Civil ha logrado desmontar esta organización criminal vinculada a la banda motera Ángeles del Infierno al detener a nueve de sus miembros. Dos de ellos son vizcaínos -uno de 63 años de Galdakao y otro de 36 de Getxo- y un tercero vecino de Castro, a los que se acusa de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, extorsiones, coacciones, lesiones, tenencia ilícita de armas y hurto. En el operativo los agentes incautaron más de 16 kilogramos de hachís, ocho de marihuana, 34.00 euros, un arma de procedencia balcánica y numerosos cartuchos, una pistola eléctrica o táser, y diverso material para montar una plantación.
Fue en julio de 2015 cuando el instituto armado empezó a sospechar de la actividad de un grupo de moteros pertenecientes al grupo Northside, una de las filiales de los Ángeles del Infierno en España, con sede en la localidad asturiana de Felguera de Noreña-Siero. Los indicios apuntaban a que estarían canalizando un tráfico de droga que podría llegar a Castilla-León e incluso a Madrid.
Dos ramas de distribución
Fue así como descubrieron que detrás había una «organización perfectamente estructurada» que integraban ciudadanos españoles, un venezolano y un rumano. En Asturias y Cantabria principalmente tendrían plantaciones indoor para la producción intensiva de marihuana, y habían establecido dos ramas, una que atendería al Principado y Galicia y otra que llegaría hasta Bizkaia. Una persona actuaba de nexo entre ellas y la distribución de la mercancía también fuera de estas comunidades.
El pasado julio el operativo policial, denominado Triciclo, dio sus primeros resultados al interceptarse un cargamento de dos kilos de hachís en la localidad de Navia. Y poco después, cuando la presión policial en la comunidad cántabra -donde se intervinieron varios cultivos ilegales- provocó, según fuentes del instituto armado, que los delincuentes empezasen a buscar nuevas ubicaciones en Asturias, se dio otro paso importante que precipitó las detenciones. Se intervinieron otros 6,3 kilos de marihuana producido en una instalación localizada en el municipio asturiano de Morcín, y al detenido se le pudo relacionar con el resto de la organización.
La Guardia Civil también ha comprobado que los traslados de droga los realizaban los propios miembros de la banda cuando acudían a las reuniones del club. Y las entregas se centralizaban en un estudio de tatuajes de Oviedo. Los detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado de Primera instancia e Instrucción número 2 de Siero. Su titular ordenó el ingreso en prisión de tres de ellos, considerados los máximos responsables de esta organización.
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