j.g.
Lunes, 19 de septiembre 2016, 01:46
Las obras de la Línea 3 y su futuro enlace con el ramal que Euskotren opera desde hace décadas entre Txorierri y San Nicolás (Casco Viejo) ha tenido un efecto demoledor para la clientela de esta ruta. La empresa pública de transportes dependiente del Gobierno ... vasco ha perdido aquí uno de cada tres usuarios en los últimos cinco meses, según los datos de un informe interno del Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB). Una desafección que se viene arrastrando desde el 1 de junio de 2015, cuando las autoridades dieron la orden de cortar el túnel de Artxanda y desviar el tráfico hacia Lutxana, para enlazar allí con el metro.
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El primer mes de este recorrido alternativo, que añade más de un cuarto de hora al plan de viaje original, la fuga de pasajeros fue importante pero no dramática. Euskotren movió entonces a 106.000 personas, unas 20.000 menos que en el mismo periodo de 2014 (-15%).
Sin embargo, la demanda ha ido cayendo de manera progresiva. De enero a mayo de este año, la sangría de clientes ha alcanzado el 31%. Las molestias causadas por las obras de la Línea 3 continuarán hasta, al menos, el próximo mes de marzo, última fecha ofrecida por los políticos para la inauguración del nuevo ramal del suburbano. Cuando este hito se produzca, el trazado del Txorierri se integrará con este servicio. A partir de ese momento, sus clientes podrán regresar al Casco Viejo de manera directa y rápida (de Sondika a San Nicolás sólo había antes dos paradas), además de tener la posibilidad de conectar con el resto de opciones de la red de Metro Bilbao.
Para algunos de los clientes habituales, los casi dos años de obras «no van a merecer la pena». «En mi caso personal comenta Andrés Martitegi la Línea 3 no supone ninguna mejora, porque yo trabajo en el Casco Viejo y no voy nunca más allá».
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Para este vecino de Zamudio, los cambios introducidos en junio de 2015 han sido «un infierno». «Vale que han aumentado la oferta de trenes en algunos momentos, pero, como hago cuatro viajes, ahora me paso en el tren casi hora y media más que antes», apunta. «Al principio lo llevé más o menos bien, pero ahora es insoportable. He optado por dejar de venir a comer a casa y hacer sólo dos viajes en lugar de cuatro», explica. «Y tengo muchos conocidos continúa que han optado definitivamente por el coche particular, aunque resulte más caro a final de mes».
«Como sardinas en lata»
Asier Martínez es un técnico informático de 30 años que trabaja en Bilbao. Su principal queja no tiene que ver con el desvío por Lutxana, sino más bien por la incomodidad que supone el transbordo en ese punto. «Sales del Euskotren y pasas al metro, pero los convoyes vienen hasta arriba. En horas punta, vamos como sardinas en lata. Y luego hay veces que los conductores te ven que estás corriendo para hacer el cambio de tren y no te esperan», se queja.
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