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teresa abajo
Viernes, 15 de julio 2016, 03:48
La tensión se ha instalado en los gastrobares del mercado de La Ribera, que el próximo 20 de agosto cumplirán su primer año de actividad. Un balance corto pero agitado en el que varios negocios han bajado la persiana -sólo hay cuatro en activo- y ... las relaciones entre el Ayuntamiento y la concesionaria se han complicado. La sociedad pública Bilbao Zerbitzuak ha abierto un expediente a Baika por retrasarse en el pago de los gastos generales, ya que hasta la semana pasada tenía pendientes los recibos desde marzo. Es la segunda vez que inicia un procedimiento sancionador -el anterior se paralizó al llegar a un acuerdo- y la empresa ha pasado al contraataque. Ayer anunció su intención de presentar una demanda por las «deficiencias» del recinto y el «incumplimiento de las obligaciones» públicas, especialmente en materia de vigilancia.
A la firma alavesa, que gestiona un negocio similar en la plaza de abastos de Vitoria y también es concesionaria del mercado de La Bretxa de San Sebastián, se le adjudicó la gestión de los espacios libres de la primera planta del ala de La Merced por 32 años. Un espacio diáfano de 782 metros cuadrados con terraza sobre la ría donde hay hueco para once barras, aunque como máximo ha habido ocho y ahora se han quedado en la mitad. Cervecería, pulpería, brasería y la bodeguilla de las gildas. Los fines se semana el ambiente se anima, pero de lunes a viernes se nutre sobre todo de turistas.
El contrato establece que Baika debe pagar cada año al Ayuntamiento un canon de 79.750 euros, además de doce mensualidades de 10.000 euros (IVA incluido) para cubrir los gastos generales de las instalaciones. El pasado mes de marzo, Bilbao Zerbitzuak le abrió expediente por impago de 170.000 euros entre ambos conceptos. En aquel momento, la empresa argumentó que se trataba de una «medida de presión» por las «deficiencias» de las instalaciones, como las goteras o las corrientes de aire frío. En Semana Santa se templó el ambiente. El Ayuntamiento permitió instalar cortinas de aire caliente, Baika se puso al día con las cuentas y el expediente se paralizó tras una sanción de 950 euros.
«Limpio y claro»
Ahora se ha sabido, sin embargo, que la tregua resultó efímera. La concesionaria dejó de pagar los recibos mensuales desde marzo. Se giran el día 25 y, si se hubieran cumplido cuatro meses desde el primer incumplimiento, el contrato se rescindiría automáticamente según el pliego de condiciones. El plazo no ha llegado a agotarse porque hace una semana abonó todo lo que debía. En cambio, la ordenanza municipal de mercados califica como falta muy grave el hecho de acumular «más de tres mensualidades o recibos», como era el caso. Algo que puede castigarse con «la pérdida definitiva de los derechos de concesión» o una multa de hasta 1.800 euros.
Bilbao Zerbitzuak ha abierto un expediente en base a esta normativa y la empresa tiene quince días para presentar alegaciones. La concejala de Salud y Consumo y presidenta de la sociedad, Yolanda Díez, afirma que la concesión se basa en un acuerdo «limpio y claro» cuyos términos deben respetarse. Las cantidades que se están girando «son las que figuran en el pliego de condiciones. Este es un ayuntamiento serio y quiere seriedad en las relaciones -recalca-. A Baika le pedimos que cumpla, porque estamos jugando con el dinero de todos los bilbaínos».
La concejala socialista asegura que la voluntad de las autoridades municipales es «no tener problemas y que los gastrobares funcionen a pleno rendimiento. A la empresa le deseamos lo mejor, pero ha pasado un año y debemos tener relaciones normalizadas», añade. En su opinión, «debe tomar decisiones» para enderezar el rumbo del negocio tras los vaivenes de estos primeros meses. A la espera de estudiar las alegaciones y el curso que toma el expediente, Díez lanzó un mensaje de «tranquilidad» a los titulares de los cuatro puestos en activo (dos son de la misma persona), a quienes felicitó «por su labor». El Ayuntamiento «va a velar por que sea un espacio vivo, con actividad y que resulte atractivo para la gente de Bilbao y los turistas que nos visitan», concluyó.
Muy distinto es el tono de los responsables de Baika, que se declaran «en pie de guerra» contra el Ayuntamiento de Bilbao, «el único sitio donde tenemos problemas». Según anunció ayer un portavoz, su intención es presentar una demanda «por las deficiencias» del recinto, «el lucro cesante y un montón de cosas que no funcionan». Asegura que los 10.000 euros que les cobran al mes no se corresponden con los servicios prestados en limpieza, mantenimiento y seguridad. Además de las goteras «que huelen a sangre de pescado y a vísceras», se quejan de que «hay gente que se mete dentro del local» por las noches. «Todas las mañanas encontramos jeringuillas en la terraza y también ha habido robos», apostilla. «El Ayuntamiento exige, pero no colabora y no cumple sus obligaciones».
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