Policías se interponen entre miembros del clan de 'los Pichis' y residentes en la calle Ollerías para intentar calmar los ánimos.

La Policía se despliega en Ollerías por el brote violento más grave

La detención de un joven reclamado hace dos años desata las iras de los miembros del clan de 'los Pichis', que asestaron un cachavazo en la cabeza a un vecino

Ainhoa De las Heras

Martes, 24 de mayo 2016, 16:45

Un nuevo brote violento, el más grave desde que comenzó el conflicto, obligó ayer a la Policía a desplegarse en el barrio de Ollerías Bajas. Decenas de uniformados tanto de la Ertzaintza como de la Policía Municipal de Bilbao acudieron a la zona avisados por ... vecinos, que temían que corriera la sangre. El clima, bastante tenso ya en los últimos días, se convirtió en irrespirable y terminó con un hombre, que ni siquiera vive en la zona, en el hospital con una brecha en la cabeza de un cachavazo.

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Agentes de la guardia urbana camuflados procedieron a la detención de J.J.M.C., de 20 años, que llevaba desde 2014 con una orden de busca y captura dictada por un juzgado de Menores de Bilbao. Según informó ayer el Ayuntamiento, que condenó los incidentes y reiteró su voluntad de seguir actuando para conseguir la convivencia en la zona, el arresto se produjo a las 14.35 horas. El joven se había escapado de varios «centros correccionales y de menores». La operación desató las iras del clan, que la tomaron con los residentes.

18 denuncias de vecinos

Aproximadamente una hora después, dos chicas del barrio que bajaban por la calle fueron increpadas por algunos miembros de esta familia conflictiva, según indicaron fuentes vecinales. Asustadas, se fueron al parque y llamaron a la Policía. Un numeroso grupo de residentes acudieron también a su llamada para acompañarlas al paso por el número 6 de Ollerías Bajas, donde se ubica la lonja ocupada por el clan. Fue entonces cuando se desató el enfrentamiento directo entre unos y otros. Los agentes identificaron a tres personas como presuntos autores de la agresión. El peor parado resultó un hombre que ni siquiera es de la zona, al que le partieron una cachava en la cabeza. El herido acudió al hospital para tratarse de un chichón.

Para entonces, y ante las llamadas de alarma de los habitantes de Ollerías, invadieron el callejón coches patrulla de la Policía local y la Ertzaintza, que también movilizó al furgón que suele estar destinado en la zona de San Francisco. Pese a la intensa presencia policial, los insultos y las amenazas por parte de los Pichis, entre ellos la matriarca, conocida como la faraona, continuaron.

El grupo de vecinos decidió acudir unidos al juzgado de guardia de la capital vizcaína, ubicado en la calle Ibáñez de Bilbao, a dar cuenta de las agresiones y amenazas que habían sufrido. Algunos solicitaron medidas cautelares ante el miedo que les da pasar frente a la lonja para regresar a sus casas. En total, interpusieron 18 denuncias, según indicaron las fuentes consultadas. El pasado domingo por la noche, una vecina llamó a la Policía al encontrar un perro en el descansillo. Los Pichis la acorralaron y agarraron del brazo, pero finalmente, cuando alguien se hizo cargo del can, volvió a comunicarse con la guardia urbana para advertirles de que ya no era necesario que acudieran.

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El conflicto de convivencia y seguridad que agita desde hace meses el barrio de Ollerías se debatirá mañana en el pleno municipal. El representante del PP Óscar Fernández Monroy, que ha solicitado que se elabore un plan integral para la zona, recordó ayer que «hace escasos cinco días, en comparecencia del concejal Tomás del Hierro, se nos garantizó que el clan de los Pichis estaba desmantelado. Lejos de eso, vemos que campan a sus anchas». En su opinión, es «urgente normalizar el barrio» e intervenir en esa lonja, «una ratonera» que no cumple «los criterios para ser convertida en vivienda».

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