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Jueves, 28 de abril 2016, 15:11
Ángel Luis Viana Jiménez, el guardia civil de 31 años detenido por presuntamente matar a un conductor marroquí en la A-3, a la altura del municipio madrileño de Fuentidueña de Tajo (Madrid), creía, según su abogado, que estaba matando a un yihadista. «Antes de ... que un moro de estos nos reviente de un bombazo, lo reviento yo», dijo a sus compañeros cuando fue detenido.
Viana, que llevaba varios días de baja por una lumbalgia, regresaba a su casa por la autovía de Valencia dirección Madrid. Conducía un BMW que sacó de la carretera el Opel Zafira de Younes, un ciudadano marroquí de 39 años con domicilio en Illescas. A raíz del incidente, ambos comenzaron a discutir. En ese momento, según el diario ABC, Ángel Luis se apeó del coche, cargó su arma oficial y Younes echó a correr. Le descargó cerca de una docena de tiros, de cintura para abajo. La víctima se desplomó sobre el asfalto.
Luego, se sentó en la mediana de la carretera y esperó a que llegaran sus compañeros para detenerle. Cuando lo hicieron, de manera espontánea, manifestó: «Antes de que un moro de estos nos reviente de un bombazo, lo reviento yo». Como adelantó el diario ABC, portaba una catana en una funda «que le ocupaba toda la espalda», precisaron fuentes policiales.
Brote psicótico
Angel Luis se negó la tarde del martes a declarar y ayer pasó a disposición judicial, y también se acogió a su derecho a guardar silencio. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid le achacan un delito de homicidio, sin perjuicio de que esta calificación penal pueda variar a lo largo de la instrucción y se encuentra en la cárcel madrileña de Estremera.
En ese sentido, su abogado ha declarado este jueves que su cliente alega que sufría un brote psicótico en el momento de los hechos y que creía que estaba matando a un terrorista islamista. «Fue un efecto de su locura, él estaba convencido de que estaba librando una guerra contra el yihadismo y que todos los moros eran yihadistas», ha revelado el letrado.
Según su letrado, el agente «no estaba en condiciones y tenía gravemente alterada sus funciones psicológicas», por lo que ha solicitado -al igual que el juez- un informe psicológico del supuesto agresor «para ver cuáles fueron los motivos que le llevaron a hacer esa barbaridad». Ángel Luis se encontraba de baja laboral por un problema físico y y al parecer nunca lo había estado por un trastorno psicológico.
Se acababa de separar de su mujer
Sin embargo, su letrado ha relatado que sufría «un grave trastorno psicológico desde hacía 10 días» ya que se acababa de separar de su mujer y se encontraba viviendo en la casa de un hermano que había fallecido tiempo antes y con el que «estaba muy unido». Tras lo ocurrido, ha proseguido su letrado, Ángel «sigue mal y se sigue extrañando de estar en prisión, ya que pensaba que le deberían haber condecorado».
Hijo de guardia civil, el acusado dio positivo en el test de drogas a sustancias cannábicas y negativo en el de alcohol tras el tiroteo. Algo que, según su abogado, nunca había sucedido. «Se quedó todo el mundo sorprendido. En la vida había tenido problemas de alcohol o drogas», ha aseverado.
El marroquí fallecido, de 39 años, se encontraba en situación regular en España, residía en la localidad toledana de Illescas y tenía mujer y dos hijos. ¿Qué ha hecho mi marido para estar muerto así?, ¿qué ha hecho?», se preguntaba su mujer tras conocer la noticia del fallecimiento de su marido. Tras certificar su muerte, se trasladó el cadáver al Instituto Anatómico Forense para proceder a su análisis.
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