laura caorsi
Lunes, 11 de abril 2016, 00:48
El sábado 23 de abril tendrá lugar un casting de voces en Bilbao. La iniciativa, que se desarrollará a partir de las 20.00 horas en el café teatro Millenium, está organizada por la escuela de comunicación que dirige el colombiano Carlos Alfonso Roa, un ... locutor profesional afincado en Euskadi desde hace casi diez años. El casting ha suscitado mucho interés entre los jóvenes que quieren dedicarse a la música o que ya están dando sus primeros pasos en el terreno musical. Entre los inscritos hay aspirantes de distintas nacionalidades y, según explican desde la organización, se han apuntado personas de cuatro continentes.
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Entre las personas que participan en la difusión y puesta a punto del certamen se encuentra el dominicano Welling Olivero, un cantante de salsa y merengue que vive en Bilbao desde hace dos años y que participará como artista invitado para dar a conocer sus trabajos más recientes. «Yo no voy a competir, sino a compartir mi música, a disfrutar como alguien más del público y, sobre todo, a escuchar a los demás -aclara-. Aunque no sea parte del jurado, sí me interesa conocer nuevas voces. Siempre tengo proyectos entre manos y creo que a la gente joven hay que darle una oportunidad cuando tiene talento, empuje y ganas».
«La idea del casting me enganchó desde el primer momento -prosigue-. El concurso está planteado de un modo muy interesante porque la inscripción es totalmente gratuita; es decir, das la misma oportunidad a todo el que quiera cantar, solo hace falta animarse», explica. En su opinión, este tipo de propuestas son «muy positivas», ya que facilitan el encuentro entre personas distintas y complementarias que pueden hacer cosas juntas en el ámbito de la creatividad. «Te pongo un ejemplo: ahora mismo, necesito una voz para un trabajo discográfico que estoy desarrollando. Pienso que es posible encontrarla y que no tiene porqué ser la del ganador».
Welling conoce bien los entresijos del mundo artístico, al menos, en lo que respecta a la música centroamericana. «Hace muchos años que me dedico a esto», sostiene este vocalista, que alcanzó reconocimiento en Santo Domingo por sus temas de salsa, aunque empezó como corista en un grupo de merengue. «Muchas veces se piensa que el País Vasco es pequeño, que no hay vida musical, ni artistas, ni espacio para la salsa, la bachata o el rap. Pero eso no es cierto. Aquí hay mucha juventud, mucha presencia latina. Estos ritmos gustan entre los caribeños, pero también tienen muy buena acogida entre los vascos», observa.
Así y todo, la pregunta es inevitable. ¿Qué hace un músico dominicano en Bilbao? Su respuesta es inmediata: «Darle prioridad a mi familia. Tengo a mi mujer y a mi hijo en Euskadi -desvela-. Mi esposa es dominicana, como yo, pero emigró hace dieciocho años de la isla. Casi te diría que es vasca. Desde que se vino a vivir aquí, cada año viajaba a Santo Domingo. Así empezó una relación que, al principio, era a distancia. Yo no tenía planes de marcharme y ella no iba a volver. Si regresaba, no podría haber mantenido el mismo nivel de vida ni todo lo que consiguió en Bilbao trabajando», relata.
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La dinámica funcionaba para ambos, hasta que supieron que tendrían un niño. «Yo sentí que mi hijo me necesitaba, que mi mujer me necesitaba, y entonces decidí venir. Mi emigración fue una apuesta por la familia, pero también una oportunidad para formarme y crecer en el terreno profesional. Aquí he podido concentrarme más en mi trabajo, sacar adelante Solo Welling, que es mi proyecto musical en solitario y darle un buen impulso a Kalle G2, un trabajo colectivo con el pianista Andy Santana y con Caros Torres, que ahora mismo está en Boston», detalla.
«Estoy componiendo canciones, he actuado en otros países del entorno, como Holanda y, cada tanto, me presento en Madrid. Pero Bilbao es mi base, mi guarida, el lugar donde estoy tranquilo y donde me siento bien. Estupendamente bien. En mi país no estaba quieto nunca, no paraba, me encontraba muy expuesto. Aquí puedo hacer las cosas con más calma, elijo mejor. Además, he encontrado una comunidad latina grande y muy abierta con ganas de hacer cosas. Lo del casting de voces es un ejemplo. A propósito... las inscripciones están abiertas todavía. Hay plazo hasta el día 20», recuerda Welling, entusiasmado.
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