sergio llamas
Domingo, 3 de abril 2016, 02:43
Las barbas son postizas, a algunos integrantes de la guardia de Sanedrín les cuesta mantenerse en pie, y las lanzas de las legiones romanas apenas superan el metro y medio de altura. Sin embargo, sus patas más cortas también saben llevar el ritmo de la ... Semana Santa. Cerca de 300 menores de hasta 14 años celebraron ayer en Balmaseda la Pasión Txiki, una repetición del Vía Crucis más famoso de Bizkaia en el que todos los personajes son encarnados por los más pequeños de la villa. Miles de personas, entre familiares, amigos y vecinos de la localidad encartada, disfrutaron de este espectáculo que se inició en la noche del viernes con la Última Cena, la Oración del Huerto y el Prendimiento de Jesús, y que tras el ahorcamiento de Judas y el Juicio de Pilato terminó ayer con un Vía Crucis de dos horas de duración.
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A Kimetz Fernández, de once años, le fustigaron, le empujaron, le juzgaron y le cargaron con una Cruz de 25 kilos de peso para luego crucificarle. «Está siendo más duro de lo que esperaba», reconoció en la mañana de ayer durante un alto en su Calvario. Pese a las bajas temperaturas, el muchacho aseguró no haber pasado frío cuando en pleno Ecce homo le presentaron a pecho descubierto, goteando sangre falsa y con la corona de espinas. «Entre los latigazos y las tortas que me han metido estoy caliente», bromeó Kimetz junto a su «modelo» a seguir, Endika Montero, el joven que ha encarnado este año a Jesús en la Pasión Viviente de Balmaseda. «Ha dado un espectáculo en la Última Cena y la Oración del Huerto, y está más que a la altura en el Vía Crucis. A un chaval de once años no se le puede pedir más», elogió Montero. Kimetz también jugó un pequeño papel en el Vía Crucis de los adultos. Junto a su prima, la Verónica, apareció en una de las estaciones como niño ciego. «Salía diciendo eso de: Madre, veo», señaló su padre, Víctor Fernández, quien admitió su orgullo por la implicación de su hijo. «Ha estado trabajando mucho, estudiando el papel y viendo cómo lo hacía Endika», destacó. De hecho, fue el año pasado cuando se presentó como voluntario para el papel. «Yo he participado en la Pasión de mayores haciendo de gente del pueblo y cosas así, pero su madre fue la Verónica un año y la Magdalena otro, y su aita hizo de Jesucristo», explicó el hombre.
Salir en las tres
Kimetz no fue el único que ayer cumplió un sueño. La joven Magdalena, Miriam Fernández, de 12 años, también disfrutó la experiencia. «Es la primera vez que salgo de un personaje importante y ha sido genial. Llevo esperando esto toda mi vida. Quiero salir en las tres procesiones», aseguró entusiasmada refiriéndose a la Pasión Txiki, a la de Santo Domingo que realizan los jóvenes, y a la de los adultos. Quien ya ha hecho tres papeles en una sola función ha sido Aitor Salinas, de once años. El viernes por la noche fue un apóstol y ayer hizo primero de Pilato y luego de uno de los dos ladrones a los que crucifican junto a Jesús. «El mejor personaje es el de Pilato», eligió sin dudarlo.
Cerca de 25 jóvenes se encargaron de organizar y acompañar a los más pequeños. Varios de los voluntarios incluso tenían la experiencia de haber interpretado a Jesús de niños, como Jonathan Garay o Eder Cano. Ander Maza, el Jesucristo de la Pasión Viviente de Balmaseda en 2015 y en la de los pequeños cuando tenía 14 años, se encargó de maquillar a Jesús y de preparar los látigos. «Llevamos metidos en esto desde que salimos en la representación de críos. Está claro que es algo muy bonito y que aquí hay cantera», afirmó.
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