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Isabel Ibáñez
Martes, 26 de enero 2016, 17:55
Es posible que muchos de los que están leyendo esto reconozcan este mapa que sitúa Bilbao como epicentro del planeta, algo que quizá, henchidos de bilbainismo, ni siquiera les parece nada del otro mundo. Una obviedad, vaya. Pueden haberlo visto colgado de la pared de El Azulito, un bar con solera en Estraunza. También en el Fabián de Zugastinovia, antes de su remodelación. Y en muchos sitios más. Se habrán acercado para observarlo mejor, habrán sonreído con las ocurrencias, y al asomarse a la firma... JEK Larson, ni más ni menos que del Wissenschaftler Art Group of Nueva York. Bien, puede ser que con el tirón del Guggenheim un artista neoyorquino se hubiera interesado por esta ciudad antaño gris y algo sucia, hoy reluciente, y antes y ahora fascinante. Un poco extraño, eso sí, ese amor patrio exacerbado, los guiños descubiertos al acercar un poco más la nariz a la lámina: ese 'Patos park' para referirse a Doña Casilda, un diminutivo cariñoso como 'la virgen Bego' o el tomate acompañando a Deusto, 'el origen del ketchup'... Aunque cosas más raras se han visto y no son pocos los que desembarcados en nuestra tierra y embelesados por sus encantos quedan ya de por vida integrados entre nosotros.
Pero no. Mirando más atentamente, ahí está la pista: estatua de Echegoien, junto al Euskalduna Palace, pone. Se trata de una pieza situada en la acera del bar Piropos, en la calle Manuel Allende, un tronco de mujer con curvas moldeado en metal que es obra de Juan Echegoien Krug... ¡Precisamente las iniciales que conforman el JEK de Larson! Echegoien es un artista vasco nacido en Bilbao que vivió casi dos décadas en Estados Unidos, donde se forjó un nombre y una reputación; de hecho, buena parte de sus encargos provienen hoy de aquel país. Allá trabajó con el MOMA, con galerías de la Quinta Avenida, para la ONU... «En una fiesta conocí personalmente a Andy Warhol, era como estar en la Movida...».
Pero... ¿por qué no firmar con su propio nombre? Algo que, dada la popularidad que alcanzó el mapamundi, ha ocasionado que se haya usado sin su consentimiento, en calendarios de empresa o cosas así, quizá ante la dificultad de saber quién era el tal Larson, o que incluso haya sido atribuido a otros. «Alguna persona de la farándula de la noche se me ha acercado y me ha dicho que que lo había hecho ella, incluso una dama llegó a decirme que lo habíamos llevado a cabo entre los dos, que me había dado ideas... Pues bien, lo he hecho yo, pero como tampoco he hecho especial empeño en que se supiera que era mío...». La razón la explica él mismo: «Por una gestión mal hecha. Al volver a Bilbao por motivos familiares a mediados de los 90, me asustaba bastante la falta de libertad de expresión que había. Porque, pese a que reconoces que lo de los negros corriendo delante de los policías blancos no está bien, la libertad en el arte es mucho mayor en EE UU, con esto quiero decir que al llegar aquí me pareció que todo estaba mucho más encorsetado, que en EE UU podía haber firmado tranquilamente el mapamundi con mi nombre porque allí se entiende que un día el artista haga una cosa y al día siguiente otra completamente diferente, mientras que aquí Chillida tenía que ser completamente identificable en todas sus obras. Picasso podía pintar lo que le apeteciese como le apeteciese, y yo quería esa actitud, pero al llegar aquí vi limitaciones y me escondí detrás de ese nombre para este tipo de creaciones, para que no se confundieran con el resto de mi obra, más seria, por llamarla de alguna manera (visitar www.echegoien.com). De hecho, hay diez obras mías firmadas como JEK Larson aparte del mapamundi, las 'Maravillas del Universo', 'La gabarra'...» (pueden verse todas en www.topcityart.com). Ahora bien, el artista reconoce que es hora de cambiar aquella decisión y ha decidido volver a editar estas obras cambiando el JEK Larson por Echegoien.
La siguiente pregunta surge sola. ¿Cómo se le ocurrió hacer ese mapamundi tan particular, tan bochero, donde ni siquiera aparece Vitoria y San Sebastián queda reducido a un mero barrio de Bilbao? «Siempre me gustaron los llamados 'mapas romanos', cuando ves aquellos mapas de hace 2.000 años notas la imprecisión, irregularidades que me gustan mucho. Es lo que hace que en mi mapa aparezca la Virgen de Begoña al lado del Athletic y el Ayuntamiento junto a Santurtzi. Porque la precisión está en la ingeniería y la arquitectura -carreras que estudió sin concluir-, pero la libertad que da el arte me encanta. Y esa libertad aplicada al mapa sirvió para que hiciera lo que me diera la gana». Y así, un buen día de 1999 se puso a garabatear en casa uno de aquellos mapas referido a su ciudad. «Siempre me ha gustado la Historia, la Prehistoria, el origen del hombre. A un pastor de Suiza le oí contar que todos los pueblos habían sido agricultores y ganaderos, y que el ganado producía leche y que de esa leche se dieron cuenta de que podían sacar queso. Pues en todos los pueblos de la tierra sucede eso, todos dicen lo de 'mi queso es el mejor'. Y no hay valores absolutos ahí, es una opinión sobre los sentimientos. Al bilbaíno le parece que Bilbao es la ciudad más cachonda del mundo; los pueblos, como los clubes de fútbol, tienen cierta tendencia a eso».
Mapa de humor
Con el mapamundi de Bilbao ha habido gente que le ha felicitado por haber dado tanto en el clavo, «cuando en realidad es un mapa de humor y alguno se lo ha tomado al pie de la letra. Pero el mapamundi de Bilbao es un cuento, como la gente dice mi queso es el mejor, pues mi Bilbao es el mejor, y ahí estoy yo diciendo también con mi mapamundi que Bilbao es el mejor, San Sebastián aparece como un barrio y Vitoria ni sale, es un 'desprecio' total, bueno, esto es en broma, claro, como un punto de descalificación de los quesos que hacen los demás. En todos estos toques de humor me ayudó mi hijo Ager, que entonces era solo un chaval».
Y surgió la idea de utilizar el nombre de Wissenschaftler (científico en alemán) Art Group, una marca que él mismo había registrado en su etapa neoyorquina para gestionar su obra y compras de materiales. «Puse JEK por las iniciales de mi nombre (lo de Krug le viene de su abuelo Juan José Krug, ingeniero alemán de los ferrocarriles vascongados y dueño de la fábrica Krug) y lo de Larson porque sí, porque me gustaba, porque hay un humorista en EE UU que se apellida así y que me hace mucha gracia por su humor absurdo». Pero a partir de ahora, las nuevas láminas irán firmadas con su nombre verdadero y pueden pedirse a info@topcityart.com. Y no solo la original, el autor puede incluir en el mapa, por expreso deseo del cliente, el bar, la tienda, el domicilio... del interesado, para que aparezca en lugar señalado junto a los monumentos bilbaínos. «La Spri (Gobierno vasco) me hizo uno de estos pedidos, también Ibredrola, e incluso una pescadería de Mercabilbao. Además, tengo una serie de pedidos para hacer mapas similares para Honolulú, donde vive mi hija Mariana, para Manhattan, Barcelona ¡e incluso del pueblo de Artziniega!».
El Guggenheim también le compró una serie de obras que venden a través de su catálogo: «Me pidieron interpretaciones diferentes del peculiar edificio, unas realistas y otras no tanto. Lo que fue interesante es que eligieran uno de mis dibujos para regalar a todos sus socios, americanos o no. Eso sí me dejó henchido. Fue importante, es importante en mi currículo».
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