Jorge Barbó
Miércoles, 13 de enero 2016, 22:24
De niño venía de excursión a Bilbao, entonces siempre cubierto de un gris plomizo, en el 850 de su padre. Calixto Bieito (Miranda de Ebro, 1963) recala ahora en una ciudad muy diferente a la que fotografiaron sus recuerdos infantiles, en la que aquellos «hippies ... descalzos bajo la lluvia» que llamaron poderosamente su atención escandalizaban al personal, y que hoy está más habituada al arte vanguardista y a las corrientes rompedoras. Llega envuelto en un halo de sofisticado enfant terrible de la escena, con un apabullante currículum internacional bajo el brazo para tomar las riendas del Arriaga e «intentar dejar huella» en el que considera «uno de los teatros más bonitos de Europa».
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Desembarca en el puesto precedido de una imagen muy transgresora. ¿Qué mensaje quiere trasladar al público más tradicional del Arriaga?
Lo único que me gustaría transmitir es que el miedo no es una buena compañía para ir al teatro.
Entonces, ¿por qué flota la idea de que usted es demasiado rompedor para dirigir el principal teatro de Bilbao?
No lo sé. Soy una persona bastante normal. Mis espectáculos por Europa siempre están llenos. En Estados Unidos voy a trabajar en el Metropolitan de Nueva York, que público más conservador que ése... y allí me han hecho un contrato sin ningún tipo de restricción. El debate no tiene que ser si voy a hacer producciones más o menos transgresoras, lo importante es si voy a dar buenos espectáculos al público. Uno no está pensando en hacer esto o aquello para provocar. Mi objetivo es hacer y dar buenos espectáculos.
Durante la etapa de Emilio Sagi, el teatro ha conseguido mantener un equilibrio entre las propuestas más populares y las más arriesgadas. ¿Seguirá siendo así con usted al frente?
No lo sé todavía con exactitud. Es evidente que esto es un teatro público, que tiene que llegar a todos porque todo está pagado por la ciudadanía. Yo no voy a destruir público. Voy a intentar que la gente siga viniendo.
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«Estoy aquí para sumar»
Parece que la revolución que prepara Bieito para el Arriaga no pasa por hacer borrón y cuenta nueva del trabajo que deja el anterior director, para el que el artista dedicó un sentido reconocimiento durante la presentación que tuvo lugar ayer tras su confirmación en el consejo como nuevo responsable del teatro. «Emilio Sagi es una persona excelente y un grandísimo artista», destacó. «Yo estoy aquí para sumar y proyectar lo que hay a otro sitio. Quiero convertir al Arriaga en un referente del teatro europeo», avanzó, en una declaración de intenciones en la que insistió en la proyección internacional del principal escenario de la villa.
En este sentido, el prestigioso director de escena avanzó que sus planes pasan porque el Arriaga realice «intercambios constantes con los teatros europeos». Y uno de ellos será el de Basilea, del que hasta ahora era director artístico y al que seguirá ligado. De hecho, será en la ciudad suiza y no en la capital vizcaína donde Bieito tiene previsto vivir. «Allí tengo fijada mi residencia y mi intención es viajar de forma constante aquí», aseguró.
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¿No supondrá un problema para la gestión del día a día que usted no resida en Bilbao?
No. Afortunadamente, cada vez se trabaja más por email y hay muchas maneras de estar permanentemente en contacto. Además, estaré en Bilbao siempre que sea necesario.
Fuentes del Ayuntamiento consultadas por este periódico no aclararon ayer si los continuos vuelos que Bieito deberá tomar correarán a cargo de las arcas municipales. Tampoco especificaron cuál será el sueldo del artista. «Las condiciones del contrato de Calixto Bietito están pendientes de los últimos detalles», apuntaron. Sí está clara la programación del teatro para buena parte de la temporada, ya que Sagi la dejó cerrada hasta el mes de junio. Será a partir de entonces cuando Bieito, cuyo proyecto es «a cuatro años», destacó, abrirá el telón a un nuevo tiempo para el teatro. «Voy a intentar que estén los mejores espectáculos, producciones más ambiciosas y coproducciones. También voy a invitar a compañías extranjeras», prometió.
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Todo eso exigirá un esfuerzo económico extraordinario.
Todavía no se ha hablado de números. Pero ya se han hecho montajes muy potentes aquí en la época de Emilio (Sagi), con zarzuelas, óperas y producciones que acarrean costes importantes. Si se han podido hacer antes, sin duda se va a poder hacer lo que yo estoy pidiendo.
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