Especialistas de la Ertzaintza entran en el piso.

Piden 27 años para el acusado de violar e intentar matar a una monitora de Cáritas en Bilbao

El hombre hirió después con dos cuchillos a un compañero de piso al que consideraba responsable de su expulsión del servicio

Ainhoa De las Heras

Domingo, 1 de febrero 2015, 16:35

Hay sucesos que quedan grabados en el imaginario colectivo por su crueldad. El 23 de mayo de 2013, un usuario de un piso de acogida de Cáritas fue detenido después de que agrediera sexualmente, seccionara un dedo de un pie e intentara matar a una ... monitora el día antes de su expulsión del servicio. La víctima sufrió graves secuelas físicas y psíquicas. El caso conmocionó a la sociedad vizcaína por su brutalidad.

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El fiscal acaba de remitir a la Audiencia sus calificaciones provisionales sobre estos hechos, por los que pide 27 años y medio de cárcel para el acusado, Ali D.D., marroquí de 45 años, que se encuentra desde entonces en prisión provisional por esta causa. En el escrito, al que ha tenido acceso este periódico, el fiscal considera a Ali D.D. responsable de siete delitos o faltas: agresión sexual, lesiones, detención ilegal, homicidio en grado de tentativa, hurto, injurias y una falta contra el orden público. El acusado se ha declarado insolvente.

El brutal ataque se produjo en una vivienda de acogida de Cáritas, ubicada en el barrio bilbaíno de Ibarrekolanda, donde se encontraban aquel día la supervisora, una educadora social de 25 años, y un usuario. Según el terrible relato de hechos presentado por la Fiscalía, sobre las tres y media de la tarde de aquel día de primavera el acusado entró en el despacho de la monitora, «la tiró fuertemente del pelo y le colocó un cuchillo de grandes dimensiones en el cuello» mientras comenzaba a atarla con cinta adhesiva. Entonces, la condujo hasta uno de los dormitorios, donde la inmovilizó y amordazó con cuerda de embalar y el cordón de las cortinas de la vivienda, pese a la resistencia que ofrecía la víctima.

Con «ánimo libidinoso», señala el texto, le bajó la cremallera del pantalón, ante lo cual la mujer comenzó a lanzar patadas intentando liberarse. Durante el forcejeo, el agresor le cortó en varias ocasiones en las manos y en los pies con el arma blanca que llevaba en todo momento. Finalmente, continúa el Ministerio público, Ali D.D. consiguió que la chica se quedara inmóvil y mientras seguía atada, la violó.

La víctima sufrió erosiones en la zona genital, heridas en el cuello y en una rodilla, ocho cortes en las manos, «pseudoamputación con fractura de una falange de un dedo del pie derecho con afectación del nervio flexor» y pérdida de movilidad, y un trastorno de estrés postraumático, que aún mantiene. Estuvo nueve días hospitalizada y tardó 194 más en curarse. Como secuelas estéticas sufre además numerosas cicatrices por todo el cuerpo.

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Centro de Proyecto Hombre

Antes de marcharse, el acusado se apoderó del teléfono de la vivienda y del móvil de la supervisora, además de las llaves de la puerta de entrada para evitar que pudiera salir del piso y pedir ayuda. Cerró con llave dejando encerrada a la víctima, atada y amordazada. La joven logró soltarse las manos y encontrar otro juego de llaves de un compañero con el que salió de la casa y fue a pedir auxilio. Estos hechos provocaron daños por valor de 450 euros en la vivienda, pero la entidad titular ha renunciado a toda indemnización, según la Fiscalía.

El acusado se dirigió entonces al centro de Proyecto Hombre, situado en la cercana Avenida de Madariaga de Bilbao, «con la intención de acabar con la vida» de una educadora y de uno de sus compañeros en el piso de acogida, «a quienes consideraba responsables de su expulsión de la vivienda, prevista para el día siguiente». Una vez en el lugar, después de insultar al hombre, se abalanzó sobre él con dos cuchillos de grandes dimensiones en las manos, que dirigió hacia el torso de su compañero «con la intención de causarle la muerte». Al adelantar los brazos en actitud de defensa, recibió cortes en la mano y el antebrazo, mientras otros usuarios del centro trataban de frenar al agresor sujetándolo. Al final, logró huir dejando a un hombre herido, que también sufre un trastorno por estrés agudo debido a la agresión.

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«Os voy a matar, cobardes»

Poco después, Ali D.D. fue detenido por la Ertzaintza sobre las 18.30 horas cuando se encontraba en dependencias del hospital de Basurto para ser atendido de una intoxicación medicamentosa con la que había intentado quitarse la vida. Allí, pidió a los agentes que le custodiaban salir al exterior a fumar un cigarrillo. Ante la negativa de los policías, comenzó a golpear los cristales con el soporte metálico del suero mientras les amenazaba al grito de: «Os voy a matar, maricones, cobardes» y hacía gestos pasándose un dedo de un lado al otro del cuello.

Por la agresión sexual, el fiscal pide 13 años de prisión, tres y medio por las lesiones agravadas por el uso de armas, cuatro más por detención ilegal y siete años por intento de homicidio, además de la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros o comunicarse con ella por entre 10 y 15 años. También solicita 1.200 euros de multa por las faltas de hurto, injurias y contra el orden público. Además, debería indemnizar a la víctima con 33.000 euros por las secuelas físicas y psicológicas y 11.450 por las lesiones. Al otro herido debería compensarle con 1.250 euros por las lesiones.

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