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Las ciudades están vivas y en ellas se plantean continuas reformas. Algunas salen adelante, otras no. Una que se quedó en el tintero en Bilbao fue la propuesta de extender la Gran Vía más allá del Sagrado Corazón, hasta Basurto y Olabeaga. La idea, ... que se consideraba en un estudio universitario, salió a la luz en noviembre de 2002 y causó tal revuelo que Iñaki Azkuna, entonces el alcalde, pasó de considerarla «una posibilidad» a rechazarla de plano en cuestión de días. No era para menos: el desarrollo del proyecto exigía la demolición -y posible traslado pieza a pieza, como se llegó a sugerir- de La Misericoridia.
Esta propuesta se planteó en un estudio realizado por un equipo de expertos de la UPV/EHU que encargó el Ayuntamiento y que Bilbao Ría 2000 tomó en consideración. Según se publicó en EL CORREO el 16 de noviembre de 2002, el proyecto «obligaría a realizar un derribo de 'fuerte' impacto: el edificio de La Misericordia, una de las organizaciones sociales con más solera de la villa», que precisamente acababa de ser puesto al día. «La eliminación de los inmuebles incluirá al hotel Hesperia», se explicaba, y además sería necesario reubicar el estadio de San Mamés, más o menos como efectivamente se hizo al final. El alcalde, Iñaki Azkuna, explicó que la propuesta era una más de las «posibilidades que estudian los arquitectos». El 19 de noviembre, y precisamente en la inauguración de las nuevas instalaciones de La Misericordia, Azkuna descartó la alternativa: «Crear futuro a base de destruir el pasado sería un error muy grave», selló.
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