190 niños saharauis se refugiarán este verano de las altas temperaturas del desierto en Euskadi

Al igual que Ahmed, otros 190 niños saharauis pasarán el verano junto a familias de acogida en Euskadi. Lo hacen huyendo de las temperaturas extremas del desierto –por encima de los 50 grados– y buscan conocer nuevas realidades. Así, unos 150 han aterrizado este lunes por la mañana en La Paloma (el resto lo hará durante los próximos días). Después, han sido trasladados al frontón de Larrondo, en Loiu, donde sus nuevos padres, madres y hermanos les han recibido.

Botellas de agua, piezas de fruta y una unidad de la Cruz Roja aguardaban la llegada de los pequeños. Cada menor, con un colgante que especificaba su procedencia, esperaba que le dirigieran a un destino que, para muchos, era desconocido. En otros casos, en cambio, se reencontraban con una familia con la que ya han pasado otros veranos.

En función de la política que decida impulsar el Frente Polisario, que fomenta esta iniciativa junto a a otras sociaciones vascas, los jóvenes pueden repetir esta experiencia entre tres y cuatro años. «Todos los años –ya llevan 37– esperamos que sea la última edición y puedan regresar a su tierra, que es el Sáharra Occidental y está ocupado por Marruecos», manifiesta Eli Eizagirre, responsable de las asociaciones de Gipuzkoa.

«Tenemos una deuda histórica con el pueblo saharaui», explica Jon Ander Madariaga, que acoge a un joven por segundo año consecutivo. «Al principio el choque cultural sorprende, los niños que vienen tienen un carácter muy fuerte porque están acostumbrados a 'sobrevivir' y si se tienen que pelear, se pelean», cuenta para después asegurar que «se acaban adaptando con facilidad».

En el caso de Anabel Arcucci y Arkaitz Muruaga, este verano será el primero en el que acojan un niño saharaui. Están nerviosos, llevan «mucho tiempo» imaginándose cómo serán estos meses. «Va a ser un proceso de aprendizaje para todos», coinciden.

Veinte de los saharauis que estarán este verano en Euskadi lo harán en unas colonias en Larrabetzu. Estos no pasarán el verano en viviendas particulares, sino que lo disfrutarán en el colegio público que han adaptado para la ocasión. Serán ocho monitores voluntarios quienes se encarguen de acompañar a los niños.

Este programa, llamado 'Oporrak Bakean (vacaciones en paz)' busca que los jóvenes saharauis puedan disfrutar del verano «como el resto de niños». De esta manera, ya sea en una familia o en las colonias, podrán intercambiar sus conocimientos y compartir espacios con jóvenes vascos.