No todos los días se pelea por un título

Una vez celebrada la clasificación para su segunda final continental toca analizar con algo más de calma la importancia de esta clasificación. Obviamente no todos los días se tiene la opción de pelear por un título. En las competiciones domésticas, ese es terreno vedado para clubes que se manejan en escenarios económicos muy superiores al del Bilbao Basket. Y en Europa, pese a no ser esta una de las competiciones top, solo hay que hacer un pequeño repaso de la lista de participantes en las últimas rondas de la FIBA Europe Cup para identificar unos cuantos aspirantes con galones. Entre ellos, solo PAOK y Bilbao Basket han sido capaces de sobrevivir hasta la ronda final. El equipo griego, un histórico del baloncesto heleno, ya tiene en sus vitrinas una Recopa y una Copa Korac, ambas en la década de los 90, y dará más lustre a una muy complicada final.

Pero además de lo estrictamente deportivo, que habrá tiempo de analizar en los días previos a la final, esta clasificación también debe servir para dar un impulso en otros niveles. En una temporada en la que el devenir liguero del Bilbao Basket no está dando demasiadas alegrías a su parroquia, la plantilla, el cuerpo técnico y el club en general seguramente necesitaban una inyección de adrenalina que renovase las ilusiones de todo su ecosistema de cara a un final de curso que de otro modo se hubiera planteado bastante gris. Con ilusiones renovadas y el premio gordo a tan solo dos partidos de distancia, toca ahora prepararse para darlo todo en Miribilla y, los más valientes, en la visita a Salónica.