Breogán 86 - 70 Bilbao Basket
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Jeff Withey y Michale Kyser fueron los dos pilares que intentaron sostener contra el viento y marea a un equipo huérfano de juego exterior, lastrado por sus malos porcentajes desde el perímetro y la incomparecencia de las muñecas más letales de los hombres de negro. ... Los dos pívots del Bilbao Basket se multiplicaron en ambas pinturas con el objetivo de sujetar a un Surne que se caía sin la aportación de sus 'killers', gente que gana los partidos. Aguantaban una estructura frágil que finalmente se vino abajo debido a la presión de un Breogán superior y atinado. Entre los dos 'cincos' americanos hicieron 25 puntos, los mismos que Adam Smith, Francis Alonso, Ludde Hakanson, Álex Reyes y Xavi Rabaseda juntos. Demasiada ventaja para un rival que se frotaba las manos cada vez que el aro escupía los balones de los especialistas vizcaínos.
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Los pívots del Surne hicieron su trabajo y aportaron además el 35,7% de los puntos de su equipo. Withey volvió a cuajar un gran choque con 15 puntos, ocho rebotes, cuatro asistencias y 26 de valoración. Venía de batir su récord de anotación en la ACB en Granada (21) y en Lugo continuó por el mismo camino, convirtiéndose de nuevo en el jugador más valioso del Bilbao Basket. Lo hizo además con grandes porcentajes de tiro, justo lo que no pudieron acreditar los especialistas. Dejó en su hoja de servicios un cuatro de seis en lanzamientos de dos, un siete de siete desde la línea de castigo y un intento fallado desde los 6,75, sin olvidar un matazo digo de ver en los resúmenes.
El californiano trabajaba en ambas pinturas, agradecido de que su compatriota Kyser le echara una mano. El texano contribuyó con 10 puntos, tres rebotes y dos asistencias para un total de 14 de valoración, cómodo en su juego por encima de los aros y en el pick and roll. También Emir Sulejmanovic aportaba a la causa con un tobillo del tamaño de una sandía –seis puntos y seis rebotes–, lesionado en el choque ante el Bahçeşehir en la Champions, pero decidido a ayudar al equipo. Al igual que Andersson, siempre dispuesto a meterse en la pelea estando bien o mal.
Como es lógico, no fue suficiente para paliar el déficit del juego exterior. Entre Hakanson, Smith, Alonso, Reyes y Rabaseda firmaron un siete de 37 en tiros de campo. No se escondieron, simplemente su punto de mira estaba demasiado desviado.
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