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La exitosa aventura europea del Bilbao Basket ha hecho que los hombres de negro hayan vivido estos meses prácticamente sin tiempo para deshacer la maleta. ... Con el petate al hombro de aeropuerto en aeropuerto y de estación de tren a terminal de autobuses en un ejercicio de resistencia ante el 'jet lag'. El esfuerzo, a la espera de ver cómo termina definitivamente ese viaje hacia la gloria en Salónica, ha merecido la pena.
Para llegar a la ansiada final, el Surne ha tenido que completar la friolera de 39.405 kilómetros incluyendo la visita a territorio griego el próximo día 23, lo que supone prácticamente una vuelta al mundo –la circunferencia de la tierra tiene 40.075 kilómetros, aproximadamente–. La aventura en la FIBAEurope Cup de este curso comenzó un ya lejano 24 de septiembre con la disputa de la eliminatoria previa en Lituania ante el Neptunas Klaipeda. 4.991 kilómetros entre pecho y espalda como aperitivo que se saldaron con un triunfo revitalizante (66-74) que allanó el billete para la primera fase de grupos. Los de Jaume Posarnau volvieron a imponerse (95-50) en Miribilla en la vuelta certificando el pase de manera brillante.
En esa fase inaugural, la franquicia bilbaína quedó encuadrada junto al Balkan Botevgrad búlgaro, el Kutaisi georgiano y el Prievidza eslovaco que se saldó con 14.163 kilómetros recorridos y pleno de triunfos –seis–. Fue ahí cuando el Bilbao Basket completó el viaje más agotador, nada menos que 7.850 kilómetros del tirón para desembarcar en Georgia e imponerse por un contundente (57-88) al modesto Kutaisi.
39.405 kilómetros
ha recorrido en total el Surne desde que comenzó su andadura en la eliminatoria previa en Lituania
La segunda fase de grupos deparó viajes menos agotadores –dos salidas a Francia y una a Italia– para los hombres de negro, aunque con un mayor nivel de exigencia en la cancha dada la entidad de los rivales. El plan de viaje arrancó con visita a tierras italianas (2.654 kilómetros), donde los hombres de negro siguieron con su marcha inmaculada. Se impusieron por un ajustado 89-91 al Banco di Sardegna Sassari dando así un paso de gigante de cara a la clasificación.
Las visitas a Francia para enfrentarse a Le Portel y Cholet vinieron acompañadas de vuelos para completar 2.275 y 3.202 kilómetros, respectivamente. El Bilbao Basket, además, encajó en tierras galas la primera derrota europea (82-75). Fue ante el Cholet, líder en aquellos momentos de la liga francesa por delante de equipos de Euroliga como Mónaco y París. La franquicia de Miribilla se impuso por siete puntos en casa (95-88) al cuadro galo, pero la FIBA determinó que fuera el Cholet el que acabara como primero de grupo.
Harald Frey dispuso de un último lanzamiento para reducir a cinco puntos la desventaja final en el pabellón de La Meilleraie, pero su tiro no entró y el camino de los hombres de Ponsarnau hacia la final cambió sustancialmente de rumbo. En lugar de medirse al Zaragoza en cuartos quedó emparejado con el Tofas Bursa, lo que le obligó a cubrir la segunda mayor distancia de su hoja de ruta –5.580 kilómetros– y a vivir el primero de los dos 'milagros' que le han llevado a meterse en la final.
El Surne viajó a Turquía con una renta de 12 puntos (84-72) que hacían albergar serias esperanzas de alcanzar las semifinales, pero el billete se complicó sobremanera. El conjunto otomano consiguió, basándose en su físico, poner al Bilbao Basket contra las cuerdas hasta que un triple de más de ocho metros de Ali sobre la bocina estableció el 102-93 final que mandó a los turcos a la lona y a los vizcaínos a Francia.
15 victorias
y solo tres derrotas es el bagaje de los hombres de negro hasta la fecha a la espera de lo que suceda en la final
22 vuelos
vuelos con siete escalas, así como 12 recorridos en autobús y dos en tren conforman la hoja de ruta
La penúltima parada europea fue Dijon. Tras un viaje de 2.228 kilómetros en avión primero y en tren después para llegar a destino, los hombres de negro sufrieron un serio correctivo en territorio galo (77-58). 19 puntos de desventaja que parecían poner punto final a su andadura continental en semifinales por segundo curso consecutivo. Pero el destino les tenía deparada una nueva alegría a los de Jaume Ponsarnau. Cinco minutos finales de locura a la vuelta en Miribilla obraron el milagro de los panes y los peces (97-68) y el Surne disputará la segunda final continental de sus historia.
39.405 kilómetros después –22 vuelos, 12 viajes en autobús y dos en tren– en los que ha visitado ocho países –Lituania, Bulgaria, Georgia, Eslovaquia, Italia, Francia, Turquía y Grecia– para medirse a diez equipos, con un balance de 15 victorias y tres derrotas, el sueño europeo está a sólo dos pasos. El Bilbao Basket quiere rematar la faena por todo lo alto en el último viaje hasta orillas del Mar Egeo.
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