
Viaje del Bilbao Basket al PAOK Arena, una de las pistas más calientes de Europa
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Gio Tsalmpouris, ex del Bilbao Basket y del equipo griego, analiza al rival de la final y el ambiente infernal del pabellónFaltan poco menos de tres semanas para que el Bilbao Basket y su afición –habrá que ver en qué número– visiten a uno de los ... pabellones más calientes de Europa. Lo harán para resolver la final de la FIBA Europe Cup, cuyo partido de ida se jugará el 16 de abril en Miribilla y una semana más tarde en el infierno griego. El calificativo, que suele utilizarse en ocasiones con cierta ligereza, va como el anillo al dedo a una instalación que se llena de ruido e innumerables elementos de animación durante los partidos domésticos e internacionales del PAOK, rival de los hombres de negro en el doble enfrentamiento por el título. «Es un campo de batalla, una locura», explica en declaraciones a EL CORREO Georgios Tsalmpouris, ex del Surne y del club de la ciudad que le vio nacer. Una voz autorizada para hablar de los griegos y su cancha.
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Una pista con un aforo de 8.500 asientos para los partidos de baloncesto –en los conciertos es de 10.000– en los que la temperatura ambiente es elevadísima. En el partido de ida de la semifinal contra el Cholet hubo 8.200 aficionados, que no pararon de cantar y animar durante los 40 minutos. «El ambiente es muy diferente a los de la ACB. Será una experiencia increíble para cualquier persona que esté ahí, no solo jugadores», adelanta Tsalmpouris, quien jugó en el conjunto de Salónica en la temporada 2020-2021 y ahora milita en las filas del Panionios después de salir el año pasado del Surne. «El PAOK y el Bilbao Basket son las dos familias de mi carrera. Ojalá pudiera jugar esta final con cualquiera de los dos», confiesa el griego. A pesar de haber estado solo unos meses vestido como hombre de negro, la ciudad y el club conquistaron para siempre al heleno.
Tanto la plantilla como los aficionados deben prepararse para una experiencia única. Basta con entrar en YouTube, buscar el PAOK Sports Arena y contemplar un pabellón convertido en una caja de resonancia, teñido de negro y blanco, sumergido en el ruido. Antes del comienzo de cada partido, la afición lanza al aire millones de papelitos que obligan a retrasar el duelo hasta limpiar la pista. Luego no se para de cantar y animar los 40 minutos. «Lo de lanzar papeles es una tradición propia de Salónica. El ambiente será bárbaro», insiste Tsalmpouris, quien promete estar en las gradas. Lo compara con el que crean los hinchas del Partizan, «club con el que el PAOK está hermanado. Lo mismo pasa entre el Estrella Roja y el Olympiacos». Asociaciones que reflejan a la perfección de lo que espera al Bilbao Basket y a la marea negra en la casa de su rival.
Solo una derrota en casa
Los griegos solo han perdido un partido jugado este año en Europa. Fue contra el Cholet (88-89), desventaja que recuperaron en la prórroga en Francia para meterse en la final. En la liga de su país cuentan con cuatro derrotas –Lavrio, Olympiacos, Panthinaikos y el propio Panionios de Tsalmpouris–, además de otra en la Copa frente a los rojiblancos atenienses. «El Bilbao Basket tiene que ir allí con una buena ventaja, diez puntos como mínimo... o más. Si el PAOK se siente cómodo y sabe que con solo ganar en casa le vale, con toda la gente que habrá dentro y fuera del pabellón, sería algo muy difícil para el Surne», insiste sobre la necesidad de hacer los deberes en Miribilla y viajar con un buen colchón al infierno heleno.
El balance del PAOK –«uno de los clubes históricos de Grecia», apostilla Tsalmpouris– en la FIBA Europe Cup es de 11 victorias, cuatro derrotas y un empate –sí, en este torneo es posible igualar en una eliminatoria–, mientras que los hombres de negro presentan un 15-3. «Este año han cambiado casi toda la plantilla para empezar de nuevo y han fichado al técnico italiano Massimo Cancellieri. No tienen mucha rotación porque los actores principales son sus siete americanos apoyados por tres griegos con experiencia. Están bien esta temporada –disputan el play-off por el título en su liga doméstica y su primer rival es el AEK Atenas–, pero nosotros les ganamos en nuestra cancha y también en la suya», presume la torre helena.
En las filas del PAOK sobresalen las figuras de los estadounidenses Shavar Reynolds, jugador más valorado (15,1), el que más asiste (5,1) y el que más anota del equipo con 14,8 puntos por choque, estatus que comparte con su compatriota Frank Bartley. Jackson Kreuser es el principal reboteador con 5,1 capturas por choque. «No son nada del otro mundo, pero son ocho-nueve tipos que juegan con mucha confianza. El Bilbao Basket es mejor equipo, pero es una final de 80 minutos», concluye Tsalmpouris.
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