Valencia 79-85 Bilbao Basket
Lo más parecido a un milagroJornada 12 ·
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Valencia 79-85 Bilbao Basket
Lo más parecido a un milagroJornada 12 ·
El Bilbao Basket resucita en Valencia con un triunfo de campanillas liderado por un espectacular Pantzar y corta la racha de seis derrotas seguidas en la ACBCargaban con una cruz pesada, atenazados por las seis derrotas consecutivas en la ACB y el hiriente recuerdo del bochorno perpetrado hace nada ante el Unicaja en Miribilla, pero los hombres de negro decidieron han resucitado este domingo en una de las pistas más complicadas ... de la Liga Endesa. Un Bilbao Basket solidario, duro en defensa, físico, con una mentalidad de acero –esta vez sí– hizo morder polvo a todo un Euroliga como el Valencia en la mismísima Fuente de San Luis. Fue allí donde los vizcaínos volvieron a saborear las mieles del triunfo después de tragar bilis durante mes y medio, inmensos en su deseo de redimirse con una victoria de campanillas liderados por un titánico Melwin Pantzar. Terminó con 23 puntos y un sideral 32 de valoración –solo falló un tiro de campo–, bien apoyado por Sacha Killeya-Jones (16 puntos y 7 rebotes) y un magnífico Thijs de Ridder (14 puntos y 6 rebotes), un chaval de 20 años que dio un estirón bajo el techo de La Fonteta.
Costó un mundo sellar una victoria merecida, ganada a pulso, sudada. El Bilbao Basket siempre estuvo por delante en el marcador con la única excepción de aquel puntual 16-15 en el primer cuarto, una ventaja que le duró un suspiro al Valencia. Los hombres de negro trabajaron con pico y pala, minimizaron las virtudes taronjas, jugaron duro en defensa y supieron aguantar de pie cuando más amenazaba la tormenta. Con el 73-75 en el marcador, el Surne fabricó un 0-8 que hizo de colchón y resistió el peso del gigante, que acabó desplomándose en los pies de los vizcaínos no sin antes intentar buscar un milagro que finalmente acabó en la mochila del viajero
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Tras el salto inicial, Killeya-Jones ya había avisado a los que vestían de naranja: se puso la capa y empezó a volar. Sin el lesionado Hlinason, una baja sensible, el internacional británico entendió que le tocaba surcar los cielos, atacarlos y defenderlos, ser el faro que ilumine el camino a sus compañeros. Suyos fueron los nueve primeros puntos del Bilbao Basket, que firmó un 0-9 de salida gracias a una labor defensiva intensa y el acierto de su 'cinco'. El Valencia tardó cuatro minutos y medio en estrenar el marcador, torpe con el balón y abonado a las pérdidas asfixiado por el aliento de los vizcaínos. El Surne jugaba grapado a su manual de instrucciones, en el que podía leerse en mayúsculas: defender con el alma y salir a correr. Solo así, vaciándose en el parqué de La Fonteta, cabía la posibilidad de sobrevivir en un pabellón en el que los vizcaínos solo habían ganado cinco veces en sus anteriores 20 visitas. Ya son seis.
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Si los taronja anadaban erráticos en la primera parte fue por sus malos porcentajes de tiro y porque enfrente tenían lapas negras. Los de Álex Mumbrú respondieron al 0-9 inicial con un parcial de 16-6 para ponerse por primera y única vez por delante en el luminoso. Les duró poco porque anotó De Ridder y luego aparció Pantzar para cerrar el primer cuarto dos arriba (17-19). El base sueco jugó un partido imperial. Veía el aro rival con facilidad, robaba balones y defendía a dentelladas. Gracias al escandinavo y a Killeya-Jones, el Bilbao Basket zarandeó al gigante. Hace unos días, el club valencianista aprobó el presupuesto más alto de su historia: 25,4 millones de euros. Enfrente había otro de poco más de 3,5. Cosió la diferencia con sudor, trabajo y fe.
Inmenso De Ridder
Los hombres de negro salieron en tromba también en el segundo período con un delicioso parcial de 4-15. Pantzar se multiplicaba en la pista, entraba cada vez más De Ridder y el Bilbao Basket se fue 13 arriba (21-34). Respondieron los de Mumbrú con un 11-3, sostenidos durante todo el choque por Brandon Davies, pero los visitantes aguantaron de pie. Killeya-Jones hizo cuatro puntos casi seguidos y después tiró del carro el base sueco para que el Surne se fuera al descanso con un +4 (39-43). Todo ello pese a las malas versiones tiradoras de Smith y Kullamae, que luego asomaron la patita, y que tres de los 10 jugadores empleados acabarían en blanco: Tsalmpouris, Rabaseda y Andersson.
El Surne tenía su presa entre los dientes y no la quería soltar. El Valencia apretó tras el paso por los vestuarios, colgado de los brazos de Jones y Ojeleye, sin conseguir el desplome del Surne. Los hombres de negro resistieron y cerraron uno arriba este período (59-60), el único que perdieron. Los taronja se vaciaron y empataron (65-65), con La Fonteta de pie, pero ayer el lobo iba de negro. Un parcial de 2-10 dio aire al Bilbao Basket, de repente sostenido por De Ridder. El belga anotó nueve puntos y cogió tres rebotes en los momentos clave del duelo, que duró una eternidad entre 'challengs', revisiones y faltas. Los vizcaínos aguantaron y se hicieron con un triunfo terapéutico, inmenso por inesperado. Ya tienen su milagro y su rampa de lanzamiento. A volar.
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