Ali se viste de héroe con un triple milagroso

Gabriel Cuesta y José Félix Cachorro

Miércoles, 12 de marzo 2025, 20:45 | Actualizado 22:14h.

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La afición del Bilbao Basket recordará durante mucho tiempo cómo su escolta estadounidense se elevó y lanzó desde muy lejos para meter un triplazo construido con telescopio que significaba el pase a las semifinales de una competición europea. Eso es lo que hizo ayer Muhammad-Ali Abdur-Rahkman, autor de un lanzamiento asombroso de más de 8 metros que enterró las aspiraciones del Tofas Bursa y conducía al Surne a luchar por una plaza en la final de la FIBA Europe Cup, después de una tarde de emociones e incluso de pesimismo cuando los turcos llegaron contaron con una ventaja de hasta 19 puntos (85-66) en el marcador.

Ese triple del exterior encajaba perfectamente el guion de una película de suspense. Cuando el norteamericano se posicionó para disparar quedaban tres segundos para despedir el partido y el equipo local ganaba por 102-90, los mismos doce puntos de diferencia con lo que los hombres de negro se impusieron en el encuentro de ida en Miribilla. Un solo punto le hubiera bastado al Surne para apear a los turcos, pero Ali fue más allá y con absoluto descaro se la jugó y ganó la partida. No había tiempo y apostó por dar un golpe fuerte y definitivo.

El tahúr de Pensilvania ya estaba escribiendo una bonita historia en la ciudad de Bursa. Fue uno de los jugadores que mantuvo en pie al equipo vizcaíno, muy débil en defensa contra un rival que sabe aprovechar las concesiones. Tomó responsabilidades, buscó pasillos para penetrar y también a sus compañeros. Seis asistencias confirman que le gusta crear y dar balones. Ya lo ha demostrado en anteriores partidos, pero contra el Tofas realizó quizás su mejor actuación como hombre de negro. Fue contratado para herir desde lejos, pero los números no le han acompañado de forma notable esta temporada. El deseado 'killer' no ha aparecido como protagonista de modo constante tanto en la Liga Endesa como en la Europe Cup, y últimamente ha brillado más como jugador de penetraciones que como francotirador. Ha guardado su muñeca y ha preferido aportar más como generador de juego.

Pero Jaume Ponsarnau es más leal a lo que el denomina «confianzas» en sus efectivos que a la estadísticas puras. Ante el Tofas empleó a Ali 36 minutos y 49 segundos, el hombre de negro con más presencia en la pista. El técnico nunca ha dudado de uno de sus habituales titulares y ayer recibió la recompensa a la fe que ha depositado en el escolta. Con alguno altibajo y alguna equivocación, el estadounidense que también juega en la selección de Arabia Saudí tiró del carro bilbaíno y fue su máximo anotador. Marchó al hotel con 24 puntos, producto de una canasta de dos puntos de tres intentos y de seis triples conseguidos de trece lanzamientos, lo que significa un loable 46,2% de acierto desde el perímetro. Son cifras de un jugador franquicia, de un tirador con clase.

Aparte de sus cualidades ofensivas, Abdur-Rahkman sabe defender y lo hace muy bien. Es veloz siguiendo a su par de turno y mete las manos con rapidez para cortar balones. En Bursa finalizó con cuatro faltas personales, señal de que no se arruga al proteger su terreno.

También el propio Ali guardará en su memoria el duelo en casa del Tofas. Fue el primer anotador del encuentro, con tres puntos más en su balance que el superclase Marcquise Reed (21), el jugador que hasta hace poco lideraba la media productiva en la FIBA Europe Cup gracias a sus 18,5 puntos por partido y un porcentaje de acierto en triples del 46,2%. Sólo Álex Pérez, internacional mexicano y base de los otomanos, superó ayer en asistencias (ocho) a Abdur-Rahkman y Harald Frey (seis). El dorsal '5' del Surne convirtió en Bursa un camino de escollos y malos presagios en el final soñado, con un tiro espectacular.