El Surne se medirá al colista del grupo en Rumanía con las bajas de Renfroe y Killeya-Jones

Y es que, los hombres de negro lideran la tabla con una inmaculada tarjeta de cuatro triunfos en otros tantos encuentros y, pese a las importantes bajas con las que deberá afrontar la cita y las últimas derrotas en la ACB, el equipo ha viajado a tierras rumanas con el petate cargado de buenas sensaciones y el firme objetivo de dar un paso al frente. No forman parte de la expedición los lesionados Alex Renfroe y Sacha Killeya-Jones.

El veterano director de juego arrastra molestias por una lesión que sufrió ante el Baskonia en la tercera jornada liguera y «hemos decidido darle descanso para ver si se recupera definitivamente», apuntó el técnico del Surne, Jaume Ponsarnau. Asimismo, los servicios médicos del club también han decidido que pare unos días el interior norteamericano con pasaporte británico «para ver su evolución», tras la aparatosa caída sufrida el pasado domingo en el duelo ante el Real Madrid en Miribilla.

Así pues, todo hace pensar que Kristian Kullamae será el encargado de echar una mano a Melwin Pantzar, único director de orquesta disponible, en la dirección del juego, mientras que Hlinason queda como único referente en el juego interior con la ayuda de Tsalmpuris. Pese a las ausencias, Ponsarmau se muestra «confiado» en sacar el envite adelante «haciendo el mejor partido posible». En el otro lado de la balanza destaca el regreso a la lista de Unai Barandalla tras su lesión, así como la inclusión en la convocatoria por primera vez en el presente curso de Asier Fernández, que ya realizó la pretemporada con el primer equipo. «Es un jugador que está creciendo y se merece venir con nosotros y ayudarnos», apuntó el técnico.

El máximo responsable deportivo de los hombres de negro tiene claro que en la FIBA Europe Cup «cada minuto es importante porque hay un average en juego y pocos partidos» y el duelo ante el Sibiu «ahora mismo lo es para nosotros a la espera de lo que digan después las matemáticas», adelantó. El hecho de que el conjunto rumano no se juegue nada le convierte en un rival peligroso. «Jugamos en su pista, tienen ese punto de liberación y vamos a tener que estar muy atentos a sus individualidades porque ya vimos en casa que cuentan con jugadores que pueden destacar. Tenemos que afrontar el partido al 100%», avisó Ponsarnau.