El show de Killeya-Jones, un pívot que trabaja con la adrenalina

Killeya-Jones sobresalió en un duelo al que llegó como duda. No pudo jugar el miércoles contra el Obradoiro por un problema en la espalda y tampoco ha entrenado con regularidad. Se le han hecho pruebas que han descartado lesiones de importancia y tras una sesión completada a finales de semana se vistió de corto para recibir al Murcia. Entró en la primera rotación por Hlinason y con un Surne atascadísimo en el ataque levantó el tapón e invitó al equipo a fluir. Solo tuvo un minuto y 52 segundos en el período inicial, tiempo en el que hizo seis puntos y anunció lo que estaba por llegar. En el segundo cuarto, en el que dispuso de menos de cuatro minutos, añadió otros cuatro puntos, dos de ellos en forma de un alley-oop fabricado en asociación con Kullamae. Trabajaba en ambas pinturas y era un problema irresoluble para el UCAM. Entre él (10) y la torre islandesa (9) sumaron 19 de los 40 puntos del Bilbao Basket al descanso. Por cierto, Hlinason metió los nueve en el segundo cuarto.

Licencias en forma de apuesta

El pívot americano con pasaporte británico aporta un punto de imprevisibilidad que en ocasiones viene bien al Bilbao Basket, como ayer frente al Murcia. «Creíamos que podíamos permitirnos unos licencia en forma de apuesta», dijo Jaume Ponsarnau sobre Killeya-Jones nada más acabar el partido. «Sacha es un perfil de jugador con unas virtudes que no son nada comunes en la liga y que nos pueden dar un buen potencial», manifestó el entrenador del Surne. «Transmite adrenalina a Miribilla», recalcó el catalán sobre el fuego interior del de Nueva Jersey. «Tiene que mejorar cosas de adaptación y nosotros debemos adaptarnos a él. A ver si entre todos encontramos la manera de ser más competitivos», expuso el de Tárrega.

Killeya-Jones promedia 12,7 puntos, 4 rebotes y 12 de valoración en sus tres primeros partidos en la ACB. No ha hecho más que empezar y da la sensación de que su margen de mejora aún tiene mucho recorrido.