Los hombres de negro mantienen intacta su presencia de ánimo, y la sonrisa. Observan la vida con optimismo y así quieren que sea su baloncesto, alegre, sólido e indigesto para los rivales. Están con los pies en el suelo, son conscientes de las dificultades que ... afrontan y piden olvidarse de las hazañas del año pasado y ajustarse a la nueva realidad. «Tenemos que saber quiénes somos«, ha subrayado este lunes su capitán, Jonathan Rousselle, quien junto a Jaylon Brown ha repasado la actualidad del equipo en el marco de un extraño 'Media Day'. Los protocolos sanitarios han impedido estar con los jugadores en la pista, hablar con ellos, pulsar su vena competitiva, sus ganas de empezar a competir, por lo que el francés y el estadounidense se han encargado de dar sentido a las sensaciones del vestuario. El base se ha expresado en castellano y solo ha pedido hacerlo en el inglés cuando tocaba explicar que sería peligroso tomar como referencia el curso pasado. «Es importante trasmitirlo bien», lo ha comentado casi en un murmullo. Ha sido el único momento en el que su rostro se ha vuelto serio.
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El RETAbet Bilbao Basket abrirá la Liga Endesa este sábado en Las Palmas de Gran Canaria, donde dará comienzo a una temporada llena de incertidumbre. A pesar de cinco derrotas en seis amistosos de la pretemporada, Rousselle cree que el equipo avanza por «buen camino». Lo dice convencido, consciente de que todavía falta para que todas las piezas suenen como una. «Estamos trabajando muy duro. Han venido seis jugadores nuevos y hay que aprender a jugar juntos. No estamos al cien por cien, pero vamos bien«, ha trasladado el capitán. Relativiza los malos resultados cosechados en el período preparatorio, en el que además no han podido contar con la plantilla al completo, pero no se olvida del ADN que define a la franquicia de Miribilla. «Siempre queremos ganar, hasta en los entrenamientos. Estamos en pretemporada y el marcador no es lo más importante, sino aprender a jugar juntos», ha recalcado.
Todavía quedan días para que el Bilbao Basket ajuste sus piezas, las ponga en movimiento y suene lo más afinado posible en manos de un entrenador extremadamente exigente. «Jugar aquí es especial porque Álex (Mumbrú) tiene muchas reglas y cosas que aprender. No es fácil ser perfecto al inicio cuando tratas de acoplar a tantos hombres nuevos«. Incluso ha bromeado con su edad -solo tiene 30- y de por qué prácticamente no compitió ante el Obradoiro. »Soy un abuelo y me duele la espalda«, ha soltado entre risas. »No pasada nada, no es nada importante«, ha tranquilizado. Rousselle ha hecho gala de su buen humor cuando se le he preguntado por su le gusta el equipo al que tiene que dirigir. »¡Claro, no le voy a decir que no me gusta!«. Entonces ha asentido con la cabeza y ha validado el grupo. »Es diferente al del año pasado. Pero ahora toca centrarnos en el presente. Son buenos chicos y trabajadores«, ha hecho alusión a los fichajes.
Solo se ha puesto serio a la hora de desligar el presente del pasado, la actual plantilla de la anterior. «Necesitamos saber quiénes somos. Hicimos algo increíble en cuanto a resultados, pero debemos ser conscientes de que empieza un año nuevo y hay que ser humildes y trabajadores. También jugaremos la Champions y lo haremos con la mentalidad de un equipo pequeño que quiere pelear e ir a por los grandes«. Después de esta frase, Jaylon Brown ha asentido de la cabeza. Le había gustado el argumento del capitán. Él, que compite sin miedo y ataca a torres que le sacan dos cabezas, está listo para la batalla. La lesión está superada y el calendario ha querido que retome la competición donde la dejó en febrero, en la pista del Herbalife. »Fue frustrante todo aquello, no poder competir el resto de temporada. Ahora vuelvo allí y es algo refrescante«, ha comentado en referencia a su regreso a las canchas.
Brown ha asegurado que se ha ido encontrando «cada vez mejor» durante la pretemporada y ha afirmado que se encontró de maravilla «ante el Obradoiro». Ha prometido que para el choque frente al Herbalife se verá su mejor versión. Es su tercera temporada en Miribilla, algo insólito al tratarse de un americano. El escolta explica su continuidad en el Bilbao Basket por la «gente» que lo compone. Se siente a gusto, listo para seguir creciendo y dispuesto a volar por encima del aro. Esta vez no lo hará junto a su amigo Ben Lammers, quien ha cambiado la piel negra por la amarilla del Alba. Confiesa que le echa de menos y que están en contacto, pero entiende su deseo de probarse en ligas y competiciones diferentes. El de Indiana ha confesado que será duro competir en un pabellón vacío. El silencio no casa con el infierno. «La afición te da la energía cuando vas ganando y perdiendo, te empuja. Hablamos de una motivación extra. La falta de ese apoyo lo tendremos que suplir ayudándonos más en la pista». ¿Traducción? Construir de nuevo una familia.
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