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Fue llegar ayer a La Casilla y sentir algo extraño. En cuanto Álex Mumbrú se reunió con los informadores se entendió. Las lesiones, hasta ahora ajenas al RETAbet, llegan en masa al punto de poner en alerta máxima su capacidad competitiva esta tarde en el ... Coliseum burgalés. Descartado para al menos un par de semanas Rousselle. También Sulejmanovic que intentó entrenar y no pasó siquiera del calentamiento previo a la sesión de vídeo. Dos bajas importantes, jugadores integrantes de los cinco iniciales más repetidos por el técnico barcelonés. Y hay más. Porque comenzaron la semana sin poder entrenar Schreiner, Brown y Lammers. En sus casos, el preparador confirma que sí podrán actuar esta tarde en la decimotercera jornada liguera.
La consecuencia es obvia. Sin un base y dos escoltas con opciones de manejar el juego, Schreiner compartirá la dirección con Brown o Rafa Martínez. El de Indiana cuenta con un pasado como 'playmaker' en su etapa estudiantil y el barcelonés tuvo que derivar al 'uno' en Valencia ocasionalmente cuando las lesiones de Diot y Van Rossom dejaban a los taronja bajo mínimos. «Todos tendrán que arrimar el hombro en una pista difícil, contra un rival físico y mucho potencial dentro y fuera en una de las canchas más calientes».
Mumbrú apela a «hacer nuestro partido» y espera que quien juegue lo haga manteniendo las normas que rigen en el equipo, en especial en un posible final apretado, que está siendo un quebradero de cabeza para su equipo en las jornadas precedentes. «Hemos tenido partidos controlados, como con Andorra. Fallas una bandeja fácil y dos triples bien liberados y bajamos al desánimo al ver que no entran». Un factor que se suma al de las pérdidas no forzadas, para las que más que buscar una explicación Mumbrú ve una posible causa. «Algunos son en momentos delicados. Siempre hay que saber qué equipo tienes y si es joven, como el nuestro, es algo que puede pasar». Hablando de juventud, entra en la convocatoria el junior Miguel Ruiz, que ya se estrenó la pasada campaña en LEB anotando un triple ante Canoe tras recibir el testigo para entrar en cancha de Javi Salgado. El joven formado en Loiola Indautxu fue el primer canterano en debutar como hombre de negro.
No es el mejor momento para recibir una ráfaga de lesiones, pero en el seno del vestuario vizcaíno se confía en poder competir tanto esta tarde en el Coliseum burgalés -agotadas todas las entradas- como en los vitales encuentros posteriores que incluyen recibir en Miribilla a los tres colistas (Betis, Estudiantes y Manresa) y viajar al feudo de un anémico Murcia. «No hemos mirado nunca la clasificación», apuntó Mumbrú en la previa.
Sobre el San Pablo destacó que su roster «tiene potencial como muestra el que puede descartar un extracomunitario en competición europea. Hacen las cosas muy bien. Estarán arriba». Y se mostró agradecido por el homenaje que le brindó la marea azul burgalesa cuando disputó allí su último partido oficial como jugador. «Me trataron con un cariño especial y fue una manera bonita de despedirme del baloncesto en activo. Me quedó un gran recuerdo. Lo agradezco».
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