Mumbrú charla con Iván Cruz en el banquillo tras una rotación durante el derbi del pasado martes en Mendizorroza. Igor Martín

El RETAbet cierra su trilogía de colistas

Los hombres de negro se dan un buen tute de bus para llegar a Cáceres con el firme propósito de no bajar la guardia, ni rebajar la potencia de su pegada

Viernes, 22 de marzo 2019, 23:53

Colista. Un término que define la anemia que sufre quien muestra condición de tal. Un apellido que, también, puede confundir. Ha querido el desarrollo de la competición que el RETAbet cierre mañana en Cáceres su trilogía contra los equipos que a día de hoy se ... precipitarían por el tobogán hacia la LEBPlata. Dio buena cuenta en Miribilla del Prat. El martes repitió contundencia visitando al Araberri. Y, desde el respeto que pide Álex Mumbrú para un rival «con mucho talento, que merece estar más arriba», no hay cortapisa que limite la fe en que él y su grupo regresen a Miribilla facturando también a la franquicia extremeña.

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Quedan ocho pasos para cruzar la primera línea de meta, una suerte de llegada volante que capacitará a los cuatro primeros, descontando al Real Betis, para disfrutar del factor cancha a favor en un cruce imprescindible en dirección a la Final Four. «Creo que la igualdad se mantendrá. Habrá sorpresas, equipos que ganen o pierdan cuando no se espera. Y cada uno intentará sumar sobre todo en casa», vaticina el preparador barcelonés. Espera que sus hombres lleguen lo más enteros posible en lo físico tanto a Cáceres como a este sprint en el que se hayan inmersos. «Estamos algo más cansados de lo habitual por jugar tantos partidos en poco tiempo. Tuvimos el de Vitoria cerca de casa, pero ahora nos esperan nueve horas hasta Cáceres. Al jugador le gusta jugar más y entrenar menos, pero para ganar hay que entrenar y nos espera un rival que se está jugando la vida y viene de una derrota dura, pero antes ganó a Palma, que nos venció a nosotros».

En el punto de mira

  • Dan Trist Es de esos pívots despiertos, intensos, que demuestran que la altura no está reñida con la capacidad para generar juego. Procedente de Nueva Gales del Sur, lleva un mes en Cáceres y destaca. Pero no será capaz de salvar al equipo solo.

Prat y Araberri han pagado los platos rotos de la diferencia de potencia entre plantillas, traducida en una pegada propia de pesos distintos. «El equipo sabe de la importancia de cada partido. En Vitoria supimos romper y mantener el margen», comenta Mumbrú como alegato de una evidente mayor consistencia del RETAbet. «En el momento que tenemos un margen el equipo se viene arriba, cuando el rival falla cuatro o cinco ataques y lo aprovechamos. Nuestro ADN es seguir, no parar. Y soportar más tiempo la capacidad de concentración», recuerda entre las tareas a no despreciar al margen de la entidad clasificatoria del oponente de turno.

Insistencia grupal

Huelga decir que el técnico expone como virtud el haber insistido en su concepción grupal del Bilbao Basket. Más que el juego in crescendo, dice que «se reconoce el trabajo que vamos haciendo, lo que el equipo necesita de cada jugador. Para mantener la intensidad es imposible mantener a alguien muchos minutos en pista y cuando se está debe ser al cien por ciento. Y no dependemos de uno o dos jugadores sino del grupo. Eso es algo buscado y lo estamos consiguiendo». Esa filosofía incluye una red protectora cuando aflora la irregularidad. Ante los altibajos «lo importante es no resentirse el grupo cuando alguno no está bien».

Mañana, en la otra parte del Multiusos Ciudad de Cáceres, un rival al borde del colapso. En sus últimos diez partidos acumula un parcial de 2-8 en dos meses clavados de competición. Ganó como local al Barça B y se precipitó al vacío durante siete jornadas. Daba lo mismo que fuera al amparo de su pista (Castellò, Huesca, Valladolid) o como visitante (Oviedo, Lleida, Coruña, Betis). Enmendó la plana con una valiosa victoria ante Palma (80-75) en su última actuación como anfitrión y la pasada jornada, cuando todos los resultados le habían favorecido, fue reventado en el cuerpo a cuerpo por el Prat en el pabellón Busquets (95-66). Que te haga un estropicio tal un rival directo por la permanencia, que ya ganaba al descanso por 30 puntos, suele pasar una factura ya impagable.

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El dato

  • 29 Hirientes puntos se trajo el Cáceres en la mochila de su derrota en Prat, donde se jugaba la vida y cayó 95-66.

Es algo en lo que tienen que hurgar mañana los hombres de negro. «La ansiedad entra en valor si compites bien y llegas a un final igualado. Si les entra será al final, no durante los primeros 38 minutos de partido. Si vas pensando que vas a ganar y te confías, pierdes seguro», avisa el entrenador catalán. Como ha estado en la otra parte de la línea hasta anteayer no quiere que sus hombres flaqueen y pasen página antes de tiempo, pensando en que el siguiente visitante en Miribilla será el Palencia. «No pensamos en Palencia, sólo en Cáceres. Seguro que han sido días duros para ellos y competirán hasta el final y una victoria les saca del descenso». Y da valor a que «seguimos nuestra línea yendo segundos o cuartos. Siempre hemos estado ahí. Buscaremos ser regulares y estar tranquilos». No es mal propósito.

15 años después y con Javi Salgado como superviviente

Anteayer se cumplieron 15 años de la anterior visita del Bilbao Basket a Cáceres. Fue en su segundo año en LEBOro, tras su fundación en 2000, y se saldó con una victoria 66-71 con los de Txus Vidorreta sabiendo gestionar el arreón inicial del primer cuarto (17-28). Y sí, hay un superviviente que sigue en activo y dando sentido a su juego. Javi Salgado fue el MVP de los vizcaínos pese a que estuvo torcido desde la línea mágica (0 de 6). Dejó 14 puntos y 6 asistencias, bien secundado por el dominio en la pintura de Iker López y un Bryan Sallier que en nueve minutos (cuatro faltas le bloquearon) hizo 11 de valoración (10+4).

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