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IGOR BARCIA
Miércoles, 15 de noviembre 2017
Europa ha vuelto definitivamente la espalda al Bilbao Basket, que tras caer ayer ante el Lietuvos está a la espera de un milagro para seguir en una competición que cada vez le resulta más incomoda. El guiño inicial con la victoria en el estreno de ... Vilnius no fue más que eso, un brote verde que ha desaparecido a base de golpes, a base de derrotas. Hasta cinco consecutivas acumula un RETAbet errático, al que su buena imagen del domingo pasado pese a caer frente al Valencia no ha servido para resucitar. Al contrario. El Lietuvos, aquel equipo al que el Bilbao Basket superó con solvencia en su estreno en la presente Eurocup, le dio un soberano meneo anoche en un Miribilla gélido, que asistió a una demostración de incapacidad de los suyos en cuanto el Lietuvos apretó las tuercas a nivel defensivo y comenzó a acertar en ataque. La despedida de los 3.711 valientes que se acercaron al pabellón bilbaíno fue elocuente, con un culpable señalado desde la grada. La bronca a Carles Duran fue el punto culminante de lo que los seguidores del Bilbao Basket habían evidenciado a medida que iban perdiendo la paciencia con el juego de su equipo. Flojo en defensa y nulo en ataque, tampoco se encontraron soluciones desde el banquillo. El resultado, una nueva derrota que deja muy a la baja la cotización de Duran en el Bilbao Basket, con un reto complicado por delante para tratar de reflotar a una nave que parece haber perdido el norte.
RETAbet
Fischer (5), Todorovic (14), Tomàs (11), Hervelle y Gladness (15) -cinco inicial-; Tabu (11), Redivo (5), Hammink (5), Mumbrú (13), Vucetic y Salgado.
79
-
96
Lietuvos
Kramer (27), Baron (10), Lukauskis (2), Echodas (10) y Mavrofefalidis (13) -cinco inicial-; Jomantas (2), Giedraitis (14), Carter (12) y Peterson (6).
Parciales 22-17, 17-25 (39-42), 24-31 (64-73) y 15-23 (79-96)
Árbitros Koromilas (GRE), Juras (SER) y Difallah (FRA). Sin eliminados.
Incidencias 3.711 espectadores en el Bilbao Arena.
Y eso que lo que se vio en el inicio de partido fue prometedor. Duran había pedido en la víspera intensidad defensiva. En una situación de incertidumbre tras prescindir de Kempton, el RETAbet necesitaba de un paso adelante a nivel coral en tareas de contención, algo que con satisfacción se observó el domingo frente al poderoso Valencia. Era el camino a seguir y los hombres de negro salieron con ese pensamiento en mente. Defender para crecer.
El Bilbao Basket se aplicó en esas tareas de forma coral. Con Gladness de cinco y Hervelle de cuatro echándole una mano, el equipo vizcaíno navegó con soltura en el primer cuarto, siempre por delante en el marcador y muy metido en el partido. Paradojas de la vida, fue el Lietuvos el que entró frío al partido y el Bilbao Basket lo aprovechó para tomar ventaja y poner una máxima de 20-11 que los lituanos maquillaron antes del primer parón (22-17).
Apoyado en el buen hacer de Todorovic, Tomás y Glandness, los hombres de negro seguían escribiendo con buena letra el desarrollo del partido, hasta que el Lietuvos dio muestras de haber llegado por fin a Miribilla. Mal presagio. Sin hacer grandes cosas, y aprovechando las pérdidas del Bilbao Basket -por ahí empezó a descarrilar el equipo- el Lietuvos se puso por delante tras un parcial de 0-12 y llegó al descanso con tres puntos de ventaja (39-42).
Claro que lo peor estaba por llegar. Bien fuera la ansiedad por lograr una victoria fundamental, o fuera por la ausencia de ideas, lo cierto es que el Bilbao Basket se sumió en un agujero negro del que ya no logró salir en todo el partido. En el tercer cuarto emergió esa versión descontrolada de los hombres de negro en la que entran en un intercambio de golpes donde generalmente salen mal parados. Y anoche también.
Incapaces de defender a Chris Kramer, el Bilbao Basket se fue descosiendo entre pérdidas y malas elecciones sin que desde el banquillo se encontraran soluciones, más allá de la rotación de jugadores, algo que como se vio no era suficiente para paliar el chaparrón de puntos que le estaba cayendo a los de Miribilla. Un sonrojante parcial de 31 puntos en contra en el tercer cuarto puso el partido muy cuesta arriba, con un Bilbao Basket que llegó a ese punto contra las cuerdas (64-73).
Había que encontrar soluciones, un nuevo dibujo de partido en esos diez minutos finales para que el RETAbet volviera a la vida, recuperara el color y se lanzara a por un triunfo que, unido a las derrotas de Limoges y Partizan, le podía meter de lleno en la pelea por la clasificación. Pero el inicio del cuarto final no pudo ser más cruel. 0-7 de salida, lo que llevó la diferencia a los 16 puntos. El Bilbao Basket era el fiel reflejo de la incapacidad. Porque si es cierto que sus carencias defensivas son más que evidentes, no lo es menos su falta de acierto en la dirección. Cada ataque es un misterio por resolver, que se finaliza casi siempre de la misma manera, un triple o un lanzamiento forzado que explica el 79-96 final, que deja al equipo al borde de la eliminación europea y a Duran muy cuestionado.
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