Y de repente se hizo la noche

En la primera mitad del duelo insular siempre dio la sensación de que el Surne podía alcanzar un objetivo tan ansiado hace mucho tiempo. Los hombres de negro circulaban el balón con criterio, se buscaban entre ellos y, además, había puntería exterior. También en defensa todo el mundo se remangó para entorpecer los movimientos de un adversario que suma desde todas las posiciones. No era ni más ni menos que el mejor Bilbao Basket que se está viendo esta temporada, a ese conjunto seguro, con confianza y recursos, a excepción de los últimos y nefastos minutos en Murcia.

Desgraciadamente, se repitió lo ocurrido contra el UCAM. Tras el descanso, el equipo vizcaíno ya no fue el mismo y comenzó a lastrar problemas en todos los órdenes. Perdió el tercer cuarto sólo por cuatro puntos (23-19), pero ya era evidente que la línea exterior no funcionaba como debía. Fueron en ese periodo Thijs De Ridder y Marvin Jones quienes, con 7 y 6 puntos respectivamente, cargaron con el peso ofensivo del Surne, mientras los especialistas del perímetro o no aparecían o erraban más de la cuenta. Cuando faltó eficacia en los lanzamientos llegaron los nervios. Al mismo tiempo, disminuyó la fluidez en la traslación del balón y aumentaron las decisiones equivocadas. Ya no hubo facilidad para superar la defensa de un Gran Canaria que anteriormente era vulnerable y lento en muchas acciones.

Sin eficacia exterior

Si en los primeros veinte minutos el Bilbao Basket transformó 7 de 16 disparos de tres puntos, en la segunda mitad ese porcentaje se derrumbó hasta 2 canastas de 12 intentos. Ante la magnífica representación de francotiradores canarios, los hombres de negro respondieron de la misma manera desde los 6,75 metros, con aciertos puntuales. Después, especialistas como Dragic,Kullamae o Ali estuvieron muy por debajo de sus cualidades y naufragaron en demasiadas tentativas. Eran los efectivos dotados para socorrer al equipo con puntos cuando surgiesen las lógicas dificultades en una cancha tan hostil y como el Gran Canaria Arena, pero ayer el Surne careció de artillería de larga distancia después del intermedio.

El declive se acentuó en el último cuarto, donde los hombres de Ponsarnau dieron su peor imagen en lo que va de curso. Acabaron ese asalto final con 9 puntos en su haber mientras que los insulares se fueron hasta los 21 para finiquitar un encuentro que habían visto peligrar en minutos anteriores. De nuevo Jones fue la principal baza en ataque en el último cuarto con cinco puntos. No entró ninguno de los cinco triples y el Surne se arrugaba al mismo tiempo que los locales abrazaban la victoria acompañados por su afición.

El partido del martes en casa del Prievidza eslovaco correspondiente a la Europoe Cup puede servir de punto y aparte al Surne, que ayer se quedó sin inspiración ni ideas después del descanso.