«Nadie nos regalará nada, tenemos que cogerlo»

«Será muy emocionante», avanzó Muhammad-Ali Abdur-Rahkman, encantado con la oportunidad de pelear por el título de la FIBA Europe Cup. «Todas las entradas están vendidas. Uno no tiene muchas oportunidades en su vida de jugar una final», manifestó el escolta, quien ha ido de menos a más a lo largo de la temporada. «Estamos con mucha energía y esperamos 'contagiar' a la afición para que nos ayude», lanzó el guante a la marea negra. La grada lo recogerá desde el salto inicial. También Thijs de Ridder confesó sentir mariposas en el estómago, señal inequívoca de que se aproxima algo grande. El belga solo piensa en «ganar los dos partidos» y no especular con el concepto de la ventaja, la renta que sería conveniente sacar en Miribilla antes de viajar a Salónica. «Todos queremos jugar una final. Nos ha costado mucho llegar hasta aquí así que lo daremos todo para intentar ganar«.

Es Marvin Jones el que marca el camino, pívot con pasado en el PAOK, donde conoció a los griegos y su temperamento. «Estoy tranquilo y agradecido por esta oportunidad, una oportunidad que nos permitiría entrar en los libros de historia y dejar escritos ahí nuestros nombres para siempre. Solo pienso en ello». El 'cinco' de Illinois se frota las manos con el «bonito ambiente» que va a haber en Miribilla. Cuando se le dice que no queda ni una entrada a la venta, suelta un aullido de lobo. «Hora de hacer algo memorable», suelta. Y entonces alaba a los helenos. «Los griegos son un gran pueblo. Son fuertes y apasionados, con una gran historia detrás. El PAOK tiene mucha historia y la gente se preocupa por su club. Se siente orgullosa del equipo y de lo que es». ¿Y cómo es jugar en su cancha? «Es un ambiente hostil. No es nada personal, pero es hostil», avisa.

«No me voy a afeitar la cabeza»

Lo sabe también Zoran Dragic, uno de los veteranos del vestuario y que conoce al técnico del PAOK de su etapa en Italia. «Tenemos que ganar», traslada el esloveno, quien sí piensa en la diferencia que debe sacar el Surne en Miribilla para viajar con cierta comodidad a Grecia. «Ganar con una ventaja de entre 10 y 20 puntos estaría bien». Es consciente de lo que espera en Salónica, por lo que preferiría llevar un colchón lo más cómodo posible. El que está que se sube por las paredes es Bassala Bagayoko, un chaval de 18 años con hambre de gloria. «Algo de nervios tengo, pero nada es imposible. Será difícil, pero podemos hacerlo. Allí será complicado -suelta un soplido a la hora de referirse al pabellón heleno- así que tenemos que ganar aquí de muchísimo», apunta entre risas el maliense.

Hay muy buen ambiente en el equipo, deseoso de que llegue el gran día. Todo el mundo es consciente de lo que hay en juego y del peso de la historia. También Rafa Pueyo, el director deportivo, quien asegura que el Bilba Basket llega en un «buen momento» al primer asalto contra el PAOK. «Hemos competido bien en los últimos partidos y queremos hacer buenas las estadísticas», dijo en referencia a la superioridad numérica que acredita el Surne frente a los griegos en casi todos los apartados. Sabe que será complicado competir en Salónica, pero augura lo mismo para los helenos de cara al miércoles. «A ellos les afectará el ambiente de Miribilla. La afición ayuda, claro que sí, pero en realidad todo se juega en la pista». Preguntado por si han hecho alguna promesa en caso de levantar el título, Pueyo tiró del humor. «No me voy a afeitar la cabeza, se lo dejo a Jaume», declaró entre risas.