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Sucedió en la primera jornada y no ha vuelto a pasar. Rememorarlo supone la plusvalía que mantendría al RETAbet en esa zona plácida, tranquila, sin margen para la relajación en una liga que no hace más que provocar requiebros. Ganar fuera como vieja costumbre que ... vendría de perlas. En Tenerife se marcó la primera marca en la culata. Se pudo repetir en Santiago y Manresa y todos recordamos cómo se quedaron cuerpos y mentes tras dos prórrogas sin recompensa. La de Zaragoza, sencillamente, fue la única casilla que quedó despoblada sin opción alguna de combatir. Cero urgencias en la misión, más aún cuando toca visitar a un equipo tocado hasta este año por la varita mágica de las licencias que la Euroliga tunea para sus elegidos. Pero sí necesitan Mumbrú y sus jugadores un estímulo visitante que erradique cualquier sombra de duda lejos del Bilbao Arena.
Emocionalmente, el momento es óptimo. Aunque desde entonces se han disputado ya dos jornadas más de Euroliga, aquí aún colea la placentera sensación de acabar con la imbatibilidad del líder, un Real Madrid que sólo tardó 48 horas en hacer pagar los platos rotos en Miribilla al Khimki ruso. En ese lapso Unicaja también se puso los ropajes continentales, en su caso de Eurocup, para perder en Estambul ante Galatasaray en un partido con escasa trascendencia más allá de intentar acabar como líder de su grupo, ya que el pase de ronda lo tiene asegurado con una marca de 6-2.
Dos conjuntos citados esta noche en el Carpena con un modus operando con nexos identificables. Los de Los Guindos también alternan resultados que parecen contradecir la lógica. Si el RETAbet es el matagigantes como local (ganando en Miribilla a los Euroliga Valencia, Baskonia y Real Madrid) y suma dos derrotas ante oponentes del vagón de cola (Obradoiro y Manresa), los malagueños lo mismo pierden ante su parroquia frente a Tenerife y Estudiantes que le meten mano a domicilio al Valencia y Baskonia. En lo que vamos de noviembre sólo llegaron a facturar su cuarto triunfo liguero como local contra el Betis en el derbi andaluz para después caer ante el líder madridista y en Andorra.
Rafa Martínez
Con bonanza resultadista en Europa y déficit en Liga Endesa, los anfitriones de los hombres de negro esta noche miran de reojo el histórico de sus precedentes. Igualan su peor arranque liguero desde el curso 2009-10 al que se remonta la tercera y última vizcaína en el Carpena (66-77) con una actuación estelar de Marko Banic, inspirado anotador de 15 puntos sin fallo, como siempre ejemplarmente secundado por Javi Salgado en la interpretación del pick and roll. En el banquillo malagueño se sentaba entonces un Aíto García Reneses que Rafa Martínez ha reconocido esta semana que le intentó fichar cuando estaba en Valencia. El regreso del escolta barcelonés al Carpena es como un déjà vu, dado que los conflictos entre taronjas y verdes han sido memorables como duelistas por la plaza a la carta que la Euroliga tenía disponible para un cuarto club español. En aquella temporada el Unicaja facturaba en la novena jornada un 3-6 inquietante.
Estamos en el ecuador de la primera vuelta y en cuanto aparece algún micrófono, cámara o bloc de notas sobrevuela una palabra de la que la franquicia bilbaína huye en público como de la peste. Mentar la Copa no preocupa realmente a Mumbrú y su séquito. Albergan, de hecho, el sueño de disputarla por lo que supondría, tener la permanencia a tiro de tres o cuatro victorias más en el largo de regreso del calendario. Lo que no quieren es arriesgarse a que el peaje por no alcanzarla fuera sinónimo de decepción, frustración o incluso fracaso. Porque cuando el entorno se pone digno dispara por elevación con una frialdad apabullante. Lo confirmaba estos días el propio Rafa Martínez a nuestros compañeros del diario Sur. «Claro que sería un sueño jugarla con un equipo recién ascendido, pero no podemos apartarnos del partido a partido».
Más cuando en la expedición la hasta ahora inquebrantable salud de todos los jugadores da paso a la preocupación por el concurso hoy de Ben Lammers, entre algodones por un esguince de tobillo.
En co
Aunque fue efímero su paso por la franquicia vizcaína, como cedido, Alberto Díaz guarda un grato recuerdo de aquella etapa. Centrado en el partido de hoy, rechaza identificar a su exequipo como equipo revelación. «Ahora mismo no lo hay, todas las plantillas están muy igualadas, la clasificación lo demuestra. RETAbet Bilbao Basket es un equipo que lucha hasta el final, con mucha hambre, con muchas ganas y hay que tener mucho cuidado», anticipa.
El base identifica en el scouting que los hombres de negro «están transmitiendo el carácter que tenía Álex Mumbrú como jugador y que tiene como técnico. Se demuestra en la pista». Y profundiza hablando de un oponente de Miribilla «muy completo, no sabes por dónde te pueden venir, porque tienen jugadores con gran capacidad anotadora, de intimidación e incluso física. Hay que estar sólidos atrás, defendiendo y jugando en equipo. La ACB está tan ajustada que necesitamos una victoria» refiere al balance de 4-5 del Unicaja.
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