«Pregunté al médico si podía jugar el miércoles, pero el problema es la fractura»

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J. F. Cachorro | B. Vergara

Como es lógico, no podrá hacerlo. «El problema es la fractura. Cualquier golpe tonto en la boca volvería a abrirme el hueso», explica Rabaseda, quien asegura encontrarse bien, pendiente de que los odontólogos hagan su trabajo y le devuelvan lo antes posible a las canchas. «Ahora voy a estar diez días sin dientes. Todo está todavía muy tierno, la rotura, los puntos, que luego me los quitarán. Entonces me pondrán piezas provisionales, con las que estaré entre tres y cuatro meses para hacer una vida normal. Finalmente –explica–, me colocarán los implantes. Todos estos temas bucodentales tienen solución hoy en día y no se va a notar nada». De buen humor y tranquilo, el de Ripoll solo piensa en resolver este problema de salud y ponerse lo antes posible a las órdenes de Ponsarnau.

Mensajes de Perry

El alero no sabe cuándo reaparecerá, pero empieza a manejar tiempos aproximados. Nada fijo, simples proyecciones. «En diez días tampoco estaré al cien por cien, pero el riesgo disminuye. Si me ponen los dientes provisionales y me hago con una funda protectora tipo boxeo, pues a lo mejor intento jugar. ¿Hay riesgo? Sí, bueno, pero yo estoy bien físicamente. La boca no me impide jugar. Iremos viendo», avanza el capitán de los hombres de negro, implicado a fondo con la causa de la franquicia de Miribilla.

Cuando se le pregunta por el codazo de Perry, Rabaseda se muestra contundente y no le echa ninguna culpa al internacional por Montenegro. «El otro día puede que yo esté en su sitio. Va en velocidad, salta y para protegerse saca demasiado el brazo, pero en ningún caso es intencionado. Son cosas que pasan. No le doy mayor importancia», exculpa el alero al 'uno' del Unicaja. El base de Atlanta se interesó por el capitán del Bilbao Basket. «Me escribió en la noche del sábado y este domingo». También lo hizo en las redes sociales, donde deseó una pronta recuperación al de Ripoll. Un hombre que con los dientes colgando preguntó al médico si podía jugar el miércoles.