![«Pocos equipos enganchan tanto a la gente como el Bilbao Basket»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202202/13/media/cortadas/enganchan13-kt8F-U1609196644688HC-1248x770@El%20Correo.jpg)
![«Pocos equipos enganchan tanto a la gente como el Bilbao Basket»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202202/13/media/cortadas/enganchan13-kt8F-U1609196644688HC-1248x770@El%20Correo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
josé félix cachorro
Martes, 15 de febrero 2022, 01:06
Álex Reyes (Cáceres, 28 años) y Tomeu Rigo (Mallorca, 24) forman parte de este Bilbao Basket que ha devuelto la ilusión a los aficionados. Una atmósfera agradable en el club, el buen rollo entre los jugadores y la acertada dirección técnica que ha disparado el ... rendimiento de la plantilla han contribuido al espectacular cambio de rumbo de un equipo que sorteó el abismo del descenso para luchar ahora por los puestos de play-off. Ambos se sienten «muy a gusto» en la ciudad. Cada uno reside en un piso. Como la mayoría de los solteros del Surne, son vecinos de Miribilla. Los que han llegado con sus parejas e hijos viven en otras partes de la villa, algunos incluso en otros municipios de Bizkaia. «Que cada uno tenga una vivienda propia es un gran cambio respecto a cuando estuve en LEB Oro», explica Reyes, trotamundos desde muy chaval en busca de un futuro profesional en el baloncesto, como también hizo su padre, Miguel Ángel (Valladolid, Cáceres, Baskonia, Caja Cantabria y ocho veces internacional con España).
El ala-pívot y el escolta comparten vestuario con compañeros de otras nacionalidades y culturas. «Cada uno tiene costumbres y horarios diferentes. Algunos siempre se retiran a las diez de la noche y otros están con el videojuego hasta la una de la mañana. Gytis (Masiulis), por ejemplo, no comprende que salgamos a tomar algo por la tarde. En su país (Lituania) sólo lo hacen de noche».
EL CORREO compartió el jueves a mediodía charla y paseo con los dos 'hombres de negro' por el centro de Bilbao. «Hay muy buen ambiente. Nadie tiene problemas con nadie, cada uno tiene su carácter, nos gastamos bromas y ese buen ambiente se traslada a la cancha». Y es entonces cuando llegan los resultados. Ahora respiran, pero han pasado por muy malos momentos. Las jornadas transcurrían y las victorias no llegaban. Sin embargo, todos los mensajes eran optimistas. Por eso quizá, por no bajar nunca los brazos, revivió este equipo llamado ahora a retos apasionantes. Pero ese es otro cantar. Hoy toca hablar de ellos.
Álex confiesa que aún se guía por móvil para moverse por algunas zonas. Tomeu lleva ya tres años aquí y tiene muchos recuerdos de lo bien que se lo ha pasado en los momentos de esparcimiento. Las primeras salidas a comer alubias a La Arboleda, donde Álex también suele acudir con el escolta Ludde Hakanson a jugar al golf. Barrika, Mundaka, Bermeo... han sido otros destinos placenteros. Pero que nadie piense que tienen mucho tiempo libre. La sesiones de entrenamiento son intensas y tras las de mañana y tarde, «cañeras como las de hoy, sólo te apetece arrastrarte hasta el sofá».
Álex Reyes
Álex Reyes
Aunque el Bilbao Basket es un club humilde, sus responsables «son atentos con los jugadores. Si tienes una urgencia de cualquier tipo, te la solucionan rápido, te hacen sentirte a gusto», afirma Álex, quien recuerda que al llegar a la villa le habían dejado en su nueva casa «un kit básico, con sábanas y otras cosas. Eso no lo hacen todos los clubes». Lo dice un jugador que, como su compañero, abandonó pronto su hogar para opositar en este deporte. Han defendido varios escudos en diferentes categorías y comunidades autónomas, un peaje obligatorio para quien desee vivir del baloncesto.
Ya en la ACB, estos 'hombres de negro' creen que la afición se ilusiona con el Surne «porque siempre competimos, aunque vayamos diez abajo. Se ha creado la identidad de un equipo luchador», asegura Tomeu. Álex asiente y explica una anécdota con un seguidor: «Me dijo que les iba a dar un infarto y yo le contesté que al menos así no se aburría, ja ja ja».
¿Cuándo se producen esas conversaciones con los hinchas? «Después de los partidos siempre hay alguien esperando fuera. Eso no lo ves en muchos clubes. La afición aquí está muy involucrada», remarca el ala-pívot. Su compañero balear reconoce que la marea negra «aprieta mucho, Miribilla es uno de los pabellones de la ACB con más ambiente. Lo difícil es enganchar a la gente y pocos clubes enganchan tanto a la gente como el Bilbao Basket, y no es una cuestión de presupuestos».
Álex insiste en que «siempre están ahí, 6.000-7.000 personas animándonos. Y también están las redes sociales, sorteos, regalos de viajes si un aficionado mete una canasta de medio campo, música, cheer leaders... En un partido de basket pasan muchas cosas en dos horas y la gente disfruta».
El baloncesto profesional no les ha hecho perder la cabeza. Saben que habrá un final y que entonces será el momento de redirigir sus vidas hacia otros derroteros. A Álex, licenciado en Psicología, le «encantaría» trabajar «en algo vinculado con el deporte, en un club o una federación». Tomeu aún no ha pensado qué hará tras el adiós a la cancha. Le queda alguna asignatura para terminar Turismo, «una actividad con importantes salidas en Mallorca, de donde soy». El balear subraya que siempre «tiene que haber una faceta intelectual además del deporte». Se matriculó en Turismo porque «tiene un poco de todo, pero fue difícil compaginarlo con el Plan Bolonia, y me gusta conocer mundo».
De momento ya ha visitado media península desde que dejó su casa a los 14 años para apostar por el baloncesto. «Fue duro, dejas a los amigos, el colegio... Es un cambio gordo pero espabilas antes, te das cuenta de ello a la larga». También el ala-pívot extremeño ha cubierto un largo camino hasta Bilbao: Valladolid, Logroño, Lugo, Alicante, regreso a Pucela, y Oviedo, en diferentes categorías.
Tomeu Rigo
Tomeu Rigo
En España en el salto de junior a profesional hay un abismo «a no ser que seas un Luka Doncic», se queja Tomeu, quien sostiene que se trata de «un proceso largo y difícil, pero sin garantías. O subes con tu equipo, o la rompes en la LEB Oro». Aunque esta última vía le encumbró a Álex por su etapa en el Oviedo, mantiene que «tienes que ser un toro, porque no es lo mismo el físico con 18 años que con 27. El 98% se queda en el camino y los entrenadores no dan muchas oportunidades a los jóvenes porque mandan los resultados».
El paseo concluye con un brindis. No hay duda. Por el Bilbao Basket.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.