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JOSÉ FÉLIX CACHORRO
Sábado, 4 de febrero 2023, 23:48
Como viene siendo habitual en las últimas jornadas. el Surne Bilbao Basket ponía a prueba su potencial en circunstancias a priori adversas. Visitaba ayer a un Obradoiro con un balance muy satisfactorio en los últimos diez partidos de la ACB, con siete victorias y tres ... derrotas. Todo lo contrario les ocurre a los hombres de negro, frenados en la clasificación por un balance de dos triunfos en los últimos ocho duelos. Fue precisamente contra el mismo rival cuando se interrumpió la racha del Surne de tres éxitos consecutivos en la Liga el pasado 11 de diciembre en Miribilla, donde el conjunto pontevedrés se impuso por 77-80.
Además de las tendencias opuestas, el Surne no pudo contar con Ludde Hakanson, fuera de la lista por «problemas musculares», según una nota difundida por el club. Esta baja suponía un obstáculo mayúsculo porque su fuerza ofensiva parte del sueco. Cuando el base titular no se halla cómodo en la cancha, el equipo se resiente de forma evidente ante el aro rival. También el escandinavo, segundo anotador del Bilbao Basket tras Adam Smith, aporta una importante suma media de 13,6 puntos por encuentro. Por si fuera poco, su relevo natural, Nikola Radicevic, lastrado esta temporada por las lesiones, tampoco se encuentra en su mejor momento y acusa la falta de entrenamientos.
De todos modos, cualquier mejoría de los de Jaume Ponsarnau en Fontes do Sar sería bienvenida después d la pobre imagen ofrecida frente al Joventut en Miribilla. Como dijo el técnico catalán el pasado jueves, los hombres de negro debían recuperar su «nivel de competitividad» y para conseguirlo «la receta es baloncesto y actitud», es decir, volver a izar el esfuerzo como emblema y no perder nunca el rumbo en el partido. Una victoria sobre el Obradoiro significaría que los hombres de negro, un grupo con la pelea como dogma, recobraban su identidad e igualaban a los gallegos en la clasificación.
Y esa mejoría deseada se vio en la primera parte, pero a continuación, en unos minutos del tercer cuarto el equipo se desinfló y perdió de nuevo el norte, como ocurrió contra el Joventut. Mientras el Surne fallaba algunos disparos sin oposición, el Obradoiro hizo lo mismo, aprovechándose de que los visitantes no llegaban a estorbar los tiros en el perímetro. Los gallegos se movieron con más fluidez en ataque que un Surne que atacó demasiado estático y casi nunca manejó el balón con soltura.
Balances muy pobres
Con los 64 puntos conseguidos ayer en Fontes do Sar se pueden ganar muy pocos partidos en la exigente Liga Endesa. La escasez anotadora se viene repitiendo a menudo en el tramo más reciente de la competición. Los 59 puntos anotados en Girona y los 51 de la derrota contra el Joventut en Miribilla, además del acumular tan solo 29 al descanso en el duelo en Murcia de la Champions, demuestran claramente que el Surne sufre un problema ofensivo. Los adversarios ejecutan marcajes persistentes o presionan con un hombre más a los exterioores bilbaínos para ahogar su creación. Aún hay tiempo de recuperar carácter y acierto.
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