500 partidos en la liga más brillante de Europa

«El partido contra el TAU fue muy duro para nosotros porque teníamos la ilusión de jugar bien delante de nuestra gente. Fue un golpe que nos hizo replantearnos en qué Liga estábamos jugando. Y aprendimos mucho de aquel partido. Nos dimos cuenta de la dificultad de la categoría, sabíamos que teníamos que mejorar bastante y en Badalona jugamos mucho más serio. Veníamos de un varapalo muy grande y ahí demostramos dónde estábamos y que queríamos quedarnos», cuenta Richi Uriz, que ahora milita en el Cáceres de la LEB Oro y que contra el TAU acabó con puntos en la ceja. «Fue un partido muy difícil a nivel colectivo y con el golpetazo a nivel personal», bromea el navarro, uno de los héroes del ascenso a las órdenes de Txus Vidorreta.

Como Maluenda. Otro de los que colocaron esa primera piedra que hoy alcanzará la planta 500 de la ACB, el equipo número 18 que lo consigue; ha superado con mucho los 184 duelos del Caja Bilbao. El escolta zaragozano recuerda con una sonrisa aquellos tiempos: el salto de categoría, La Casilla... «Fue una época muy bonita, mejor de lo esperado. Por todo: por la ciudad, por el equipo, por los compañeros, por el nivel de juego, por los amigos que hice...». Y el pabellón y el ambiente le enamoró: «Me encantaba y me encanta el público de Bilbao. Jugar con una Casilla llena, tanto en la LEB pero sobre todo en la ACB, te da alas. Te hace jugar mejor. La gente transmite tanto... Me pareció espectacular», evoca.

Aquella primera temporada acabó con doce victorias, tres por encima del descenso, y con tres MVP; César Sanmartín (34 puntos de valoración, jornada 10) Germán Gabriel (40, jornada 12) y Richard Scott (32, jornada 27). Y comenzó el crecimiento, partidos en el Bizkaia Arena del BEC, que culminó con aquella final ACB contra el Barcelona en junio de 2011. El Bizkaia Bilbao Basket había acabado sexto en la liga regular y tumbó al Valencia y al Madrid en las series por el título. Nada pudo hacer contra los culé. Pero la evolución era imparable para un bloque que ya había pisado una final europea en Turín en 2009. «Para nada me esperaba un crecimiento tan rápido -asume Maluenda-. El ascenso fue meteórico».

Uriz asiente. «El club creció mucho. Hablamos de jugar una final ACB, la Euroliga, el play-off, la Copa del Rey... No me sorprendió tanto el crecimiento, como que se haya subido y bajado tan rápido. Hubo años muy poderosos, se jugó bien, con jugadores importantes... Y a los pocos años, por exceso, se dio un paso atrás. Pero ahora se ha empezado de cero y creo que las cosas se están haciendo bien», celebra el mayor de los Uriz -su hermano Mikel también jugó en Bilbao-, que no terminó aquel curso con los vizcaínos. «Txus (Vidorreta) me dijo que no iba a contar mucho conmigo y me fui al GBC». Pero siempre ha seguido la trayectoria vizcaína. Igual que ha hecho Maluenda. Dos de los pioneros de esta maravillosa travesía por la mejor competición por equipos de Europa que hoy vivirá el partido 500 del RETAbet. Será en Manresa, donde los hombres de negro pueden cimentar muchos duelos más en la ACB.