Partido de la temporada en Miribilla

«Es un partido clave y si lo jugamos con Miribilla seremos mejores», dijo Ponsarnau en su comparecencia previa al choque, en el que espera la versión top de su equipo y al mismo tiempo el calor de la grada. «El pasado fin de semana vivimos una fiesta», comentó en referencia a las más de 9.000 personas que acudieron al choque frente al Tenerife para engrandecer los actos de celebración del 25 aniversario del club. «Para que esta historia siga siendo larga y perdure el máximo tiempo en la ACB hay que entender que el del Granada es un partido importante. A ver si viene mucha gente, que venga a animar, a darnos su apoyo y a jugar con nosotros», pidió colaboración a una grada que pocas veces falla y que será fundamental para hacerse con la victoria.

Porque el Bilbao Basket es consciente de lo que hay en juego, lo que supondría tumbar al Granada, un triunfo acompañado de muchos extras. Supondría alejarse del descenso, propinar un duro golpe a un rival directo, armarse de moral y llegar además en perfecto estado anímico al duelo de ida de la semifinal de la FIBA Europe Cup frente al Dijon, calendado para el próximo miércoles en la cancha del Palais des Sport Jean-Michel Geoffroy (20 horas). Todo ello en 40 minutos de baloncesto, que en el caso de los hombres de negro exige ser intenso, físico, con mucha presencia en la pintura y defensivamente impecable.

Para ello habrá que trabajar como estajanovistas desde el salto inicial ante un rival que viene tocado anímicamente por su derrota contra el Lleida y también por las lesiones. El Granada cortó a una pieza importante como Wiley, Bamforth, Ubal y Clavell son bajas, mientras que Sergi García y Pere Tomàs entran en el apartado de dudas. Los nazaríes acaban de fichar a Sam Griffin del Lavrio griego, un escolta americano tirador, y siguen en el mercado. En Miribilla estará también Omar Silverio, quien no cumplió con las expectativas en el Surne y ahora busca una segunda oportunidad en el conjunto andaluz. Ojo al dominicano porque estará con ganas de hacer daño.

Salvo alteraciones e imprevistos de última hora, Ponsarnau podrá contar con todos sus hombres después de disfrutar de una semana limpia en la que ha podido trabajar con calma. La plantilla tiene presente la magnitud del desafío y su técnico no duda que la respuesta será la adecuada. «Siempre hemos dado la talla en este tipo de partidos», reivindicó el compromiso del equipo, preparado para medirse al Granada y dar un paso de gigante hacia la tierra firme de la clasificación.

«No puede ser que el partido sea más importante para ellos que para nosotros», advirtió el técnico del Surne en la previa. El equipo está a 40 minutos de buen baloncesto y elevada temperatura ambiente de avanzar de forma decisiva hacia el objetivo nuclear de la temporada: la salvación.