Rubén Domínguez controla el balón y el juego ante la defensa de Álex Font, del Leyma Coruña. Moncho Fuentes
Rubén Domínguez | Alero del Surne Bilbao Basket

«Para mí el partido en La Coruña es el comienzo de algo grande»

A sus 21 años, el gaditano se convirtió en el centro de todas las miradas en la ACB con sus 35 puntos y ocho triples en la victoria ante el Leyma

Lunes, 30 de diciembre 2024, 00:52

Rubén Domínguez transmite calma y seriedad con un discurso carente de euforia y alejado del triunfalismo, impropio de un joven de 21 años que apenas unas horas antes de atender a EL CORREO desde el aeropuerto de La Coruña había puesto patas arriba el universo ... ACB. Sus 35 puntos y ocho triples en la victoria del Bilbao Basket ante el Leyma conllevaron registros históricos. El alero del Surne se convirtió en el máximo anotador del club en un partido de la Liga Endesa y al mismo tiempo igualó la plusmarca de las conversiones conseguidas desde los 6,75. Nada de ello le hace tirar la purpurina al aire, dar rienda suelta a sus emociones y dejarse llevar por la corriente de halagos y felicitaciones. Frío como el hielo y más sereno que un controlador aéreo, el gaditano analiza con calma su actuación estelar y permite concluir que uno está ante un jugador rebosante de confianza. «Sé lo buen tirador que soy y los porcentajes que tengo. Si fallo tres seguidos, meteré los dos siguientes», avisa este hombre de negro.

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- Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí en forma de 35 puntazos. ¿Ya se lo cree?

- No tanto. Todavía no. Tampoco se asimila tan rápido. Cuando termine la jornada, llevemos unos días preparando el partido del Andorra diré... ¿qué he hecho? No lo he asumido aún.

- Fue una explosión.

- Sí. Sin duda.

- Al día siguiente de su hazaña, las redes sociales y los medios de comunicación echaban humo. Todo el mundo del baloncesto hablaba de sus números. ¿Qué pensaba al ver todo aquello?

- ¿Qué pienso? Soy una persona que intenta mantener la calma en todo momento. No pienso en que esto ha solucionado nada. Para mí es el comienzo de algo grande. Hablamos de una gran victoria y del inicio de mi carrera. Es el trabajo diario, no hay más secretos. Sé que el camino no será hacer todos los días este tipo de partidos.

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- ¿Qué le han dicho los compañeros y el cuerpo técnico?

- El equipo, los compañeros... hubo primero unas cuentas collejas. Luego estaban muy orgullosos. Les estaba agradecido porque con lo joven que soy, solo puedo hacer algo así si ellos me lo permiten. No vale con que yo lo intente, sino que ellos tienen que buscarme y tratarme como a uno más. Y así fue. Les di las gracias a todos, y ellos a mí también. ¿Los entrenadores? Alguno me vacilaba, otros me felicitaban... Todo estuvo muy bien.

35 puntos en 23 minutos

«Veía el marcador, la anotación, y pensaba que el minutaje era más alto. Ni siquiera sabía que había metido 18 puntos en el último cuarto»

- Estuvo 23 minutos en la pista e hizo 35 puntos. Cuando lo repasa mentalmente, ¿cómo explica lo que hizo?

- Es curioso porque yo no sabía que estaba 'tan poco' en la pista. Veía el marcador, la anotación, y pensaba que el minutaje había sido más alto. Al ver 23 minutos dije: 'Madre mía'. Ni siquiera sabía que había metido 18 puntos en el último cuarto.

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- ¿Sabía los puntos que llevaba?

- Más o menos, pero llegó un momento en el que no me preocupaba. El partido se rompía, estábamos ganando y no lo tenía en mente.

- Desde ya es el máximo anotador del Bilbao Basket en un partido de la ACB y comparte el mejor registro de triples con Luke Recker y Álex Reyes (8). ¿Cómo se siente?

- Todavía no lo sé. Siendo tan joven y teniendo la marca histórica de un club, pues... no lo sé. Es un sueño, sin duda.

Confianza

«Sé lo buen tirador que soy y los porcentajes que tengo. Si fallo tres seguidos sé que meteré los dos siguientes»

- Es un jugador con mucha personalidad. Da la sensación de que el brazo no se le encoge sin importar si falla o acierta, de que nunca se echa atrás.

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- Es así. Hay varios factores. Una de las cosas que me hizo reflexionar mucho sobre ello fue cuando estuve entrenando con varios entrenadores de la NBA. Hicimos ejercicios de tiro. Ellos contaban. Eran 100 tiros. Metí 89. Estaban mirándome los entrenadores del Milwaukee. Me dijeron: 'Tienes que tener claro que si llevas un ocho de ocho o un cero de ocho eres el mejor tirador del campo'. Eso me hizo dar un click en la cabeza. Parece que cuando fallas tres ya no eres el mismo tirador, y no es así. Y hay otra cosa: sé lo buen tirador que soy y los porcentajes que tengo. Si fallo tres seguidos sé que meteré los dos siguientes. Son números.

- Estadísticas.

- Totalmente. Siempre que sean buenos tiros.

Un antes y después

- Ahora el 'scouting' y las vigilancias de los rivales serán más duros. ¿Le preocupa?

- La verdad es que no. Sé que tendré que buscar espacios, pero la atención que me va a prestar el rival será la misma que me preste mi equipo. Es algo equitativo.

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- ¿Teme que el regreso de Kullamae y Rabaseda una vez recuperados y el fichaje de Siverio le resten minutos?

- No. En esta liga, si juegas más allá de ciertos minutos dejas de ser eficiente. Jugando aproximadamente 15 -era más o menos su media hasta el día de La Coruña- se puede ser muy eficiente. Vemos que en la ACB funcionan rotaciones rápidas, juego rápido, muchas posesiones, muchos tiros. Estoy muy cómodo con ello y por eso no me preocupa.

- Le ha venido bien disponer de una competición europea para no perder ritmo y luego transitar sin dificultades a la ACB.

- Sí, se lo recomendaría a cualquier jugador porque no es solo cuestión de confianza, sino del peso en el equipo. Que te traten como a uno más, que no estés siempre en el banquillo. Hay que estar dentro para que cuando llegue lo importante, o partidos más duros, te vean como a uno más.

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- Más allá de su récord en La Coruña, el equipo consiguió ganar y encadenar dos victorias. ¿Respiran mejor?

- Sí, se respira mejor, pero no estamos satisfechos porque hemos dejado escapar unas cuantas victorias. Estas dos nos vienen bien de cara al partido contra el Andorra. Sobre todo por cómo hemos jugado, por las sensaciones.

- ¿Lo que hizo ante el Leyma marca un antes y un después para usted?

- Diría que sí. Ha sido un partido histórico.

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