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En varios partidos disputados por el Bilbao Basket esta temporada en Miribilla ha habido ojeadores de la NBA. Ven a todos los jugadores en general y ponen el foco en alguien en particular, en este caso en el joven Agustín Ubal. El base uruguayo de ... 19 años, cedido por el Barcelona, ha despertado el interés de varias franquicias de la mejor liga del mundo. Siguen su evolución de cerca porque consideran que su margen de progresión es importante. Tanto es así que los 'scouts' de los San Antonio Spurs, Memphis Grizzlies, Washington Wizards y Golden State Warriors se han acercado al Bilbao Arena para verle en directo, mientras que el enviado especial de los Oklahoma City Thunders fue a Manresa con el objetivo de 'espiar' al sudamericano. Como es lógico, la cuota de protagonismo de Ubal como hombre de negro es escasa, pero a nadie se le escapa que apunta maneras y que el tiempo invertido bajo el paraguas de Jaume Ponsarnau le vendrá de maravilla a la hora de progresar.
La última presencia de un ojeador NBA en Miribilla tuvo lugar la semana pasada ante el Real Madrid. Un enviado especial de los Warriors asistió a un partido espectacular, con casi 10.000 espectadores en las gradas encargados de crear un ambiente fantástico. El Surne tuteó a los blancos hasta los segundos finales y acabó cayendo por 80-85, un encuentro en el que Ubal dispuso de poco más de tres minutos en la cancha. Ahora bien, dejó una muestra de su personalidad con una canasta que hizo enloquecer a la marea negra. El chaval, cuando la bola quemaba, se metió en el corazón de la pintura y fue directo a por el gigante Tavares. Lejos de empequeñecerse y doblar el pase ante el máximo taponador histórico de la Euroliga, el uruguayo encaró la pared caboverdiana y dejó una bandeja contra el cristal que levantó al público de sus asientos. «Cada vez que me cantan 'uruguayo, uruguayo' se me pone la piel de gallina. Me dan más ganas de tirarme de cabeza a la pelota en la siguiente jugada porque así siento el baloncesto», dijo antes del Madrid.
En la semana anterior, un 'scout' del Oklahoma le vio en Manresa. No pudo hacerlo como le hubiera gustado porque jugó un minuto y 12 segundos, un suspiro en que metió una canasta de dos y cogió un par de rebotes. A diferencia de la ACB, donde su protagonismo es escaso, en la Champions disfruta de más oportunidades. Promedia casi 11 minutos para un total de 7,5 puntos y ocho de valoración. Es además internacional absoluto con su país, un joven con futuro que pule su baloncesto en Bilbao y lleva ojeadores NBA a Miribilla.
Nikola Radicevic tiene complicado estar este miércoles en la cancha del Unicaja, donde el Bilbao Basket abrirá 2023 con un exigente compromiso frente al el conjunto malagueño. El base arrastra molestias en el tendón de Aquiles de su pie izquierdo, justo el contrario del que le hizo perderse varios encuentros entre octubre y noviembre. Esta vez la gravedad de la dolencia no es la misma y el serbio debería ponerse en un tiempo prudencial a las órdenes de Jaume Ponsarnau, quien de hecho no pudo contar con él en plenitud de condiciones en el último encuentro ante el Real Madrid. Radicevic jugó poco más de seis minutos, limitado por su estado físico. Con este panorama, Agustín Ubal está llamado a dar minutos de calidad y aire a Ludde Hakanson en las labores de dirección.
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